Cuando se rajaba la voz era cuando más duende tenía.Tenía la misma creencia de aquel guitarrista que un día le dijo a Federico García Lorca: “ El duende no está en la garganta; el duende se sube por dentro desde la planta de los pies”. Al torero gitano Rafael de Paula le oí decir casi los mísmo : “ El duende entra por la palma de la mano”.
RAFAEL DE PAULA