A punto de embarcar los toros de los encierros de Cuéllar, el ganadero vallisoletano Pepe Mayoral, como no podía ser de otra manera, tiene los deberes cumplidos. Es decir, las reses de los cuatro encierros que ha manejado en su finca de la localidad vallisoletana de Castronuño durante este último mes han sido “encabestradas” adecuadamente.
Como se viene realizando estos últimos años, cuatro de los cinco hierros que se van a encerrar en la villa cuellarana, han estado bajo las riendas y la tutela de este ganadero vallisoletano, que se ha empleado con dedicación y esmero, a esa difícil tarea de encabestrar estas reses procedentes de distintos ganaderías y puntos de la península.
Tarea nada fácil. Y de ello hemos sido testigos en cuellar7.com que hemos vivido in situ en distintas jornadas el manejo de los encierros de La Glorieta, Condesa de Sobral, Lagunajanda y Brazuelas por el campo. Las reses de estos cuatro hierros, todas ellas de procedencia del tronco común del encaste Domecq, han superado el examen de este ganadero de raza, que ha hecho con los cuatro encierros idénticos recorridos a los que las reses van a vivir en los encierros de Cuéllar.
Y ciertamente, en el campo, la cosa funciona. Las reses han salido de sus cercados a campo abierto, han caminado y corrido por los rastrojos y el pinar, y han cruzado el antiguo cauce de un arroyo…sabiamente conducidas por Mayoral. Pero como el propio ganadero afirma, en su finca se dan las condiciones ideales…el manejo con tan solo cuatro caballos, sin ruidos, ni la excitación del ganado que se producen en los encierros de la villa cuellarana. Y esa “incertidumbre” Pepe, no saber qué va a pasar, es parte de la esencia de los encierros de Cuéllar.