Piedras Negras, una de las más afamadas y legendarias ganaderías mexicanas que en 2020 serán 150 años de existencia.
La hacienda de San Mateo Huizcolotepec, Piedras
Negras, ubicada en el municipio de Tetla, Tlaxcala, antiguamente fue
propiedad de los padres Betlemitas. Con el nombre de Piedras
Negras, nace como tal en el año de 1874, gracias al empeño que en ello puso José
María González Muñoz, quien incluso a escondidas de su padre Mariano
Antonio González Fernández asentó sus primeros pies de cría en el
potrero Malpais.
La idea de tener ganado bravo en casa se realiza
el 5 de marzo de 1882, fecha histórica en la cabaña de toro bravo en México.
Ese día en el Estado de México, lidia por
primera vez Piedras Negras en la plaza “El
Huizachal“.
Cinco años después, el 30 de octubre de
1887, Piedras Negras se presenta en la Ciudad de México con 3 Toros 3 en la
plaza “San Rafael” para el torero gaditano Diego
Prieto, el llamado “Cuatrodedos” y Carlos
Borrego “Zocato”
Esta aventura que dio inicio con ganado
criollo de Tepeyahualco, continúa en 1908, año en que llega ganado de Saltillo,
quedando en Piedras Negras dos sementales de la
ilustre casa del Marques y dos sementales; “Tabaquero” y “Tinajito“, llegando
también uno de Murube y otro de Miura.
En 1896, la divisa Negro y Rojo debuta
en México
Según don
Manuel De Haro, Piedras, la de la célebre divisa negro y
rojo debuta en México en 1896 y Tepeyahualco lo hace en 1895.
En el año de 1983 el Departamento del
Distrito Federal otorga a esta ganadería carta de reconocimiento de antigüedad
de presentación en la capital con fecha al año de 1895.
Este célebre Mariano
Antonio González, procreó un hijo, de nombre Manuel
Dámaso Francisco Guadalupe Alejó González, quien de su matrimonio con doña
Trinidad González González tuvo dos hijos: Romárico
y Lubín González González.
Al primero se le conoció siempre como
“Maco” y al segundo, Lubín como “El Gachupín”.
En Piedras Negras para distinguir el ganado de una y
otra casa, de unos a otros potreros se decide e inicia el corte en forma de
corbatín en la badana
Romárico era el más empeñoso, laborando al lado de su padre.
Corría el año de 1903 y sería por el entusiasmo e interés demostrados por
“Maco” que su padre decidió entregarle para su administración y desarrollo la
hacienda de “La Laguna”, donde Romárico funda
la ganadería con ese nombre.
El origen del corbatín en la badana:
Lubín decide e inicia el corte en forma de corbatín en la
badana, gargantilla o lo que en los humanos llamamos “papada” de sus toros para
mejor distinguir los dos hatos ganaderos.
Llamándose badana al pliegue cutáneo que sobresale en el
cuello del toro y se extiende hasta el pecho, a los toros bastos de piel y con
papada muy desarrollada se les llama “badanudos“, no así a los toros
piedranegrinos a quienes en el momento del Herradero, cuando reciben las marcas
herradas a fuego con el hierro de la casa y los números en el costillar, según
les corresponda de acuerdo a los libros y el árbol genealógico que
cuidadosamente se lleva con los registros de nacencias.
Esta marca: el corbatín es única y exclusiva de esta casa
de toros criar.
Técnicamente se le llama señal y se hace a manos del
propio ganadero, quien a su vez, y en su debido tiempo enseña y lo hace
conjuntamente con el hijo primogénito quien será heredero recipiendario no sólo
de la tradición y orgullo de la familia, sino también de la responsabilidad que
esto conlleva.
Una señal única
Las señales que pueden ser muchas se practican en las
orejas, una o dos y pueden ser estas señales una combinación de diversos cortes
que van desde un simple rasgado, muesca, de forma hundida, de horquilla, o
bellamente ahigaradas o en media luna, estas se practican con tijera especial y
al acto se le llama “aseñalar”.
Pero en el caso del “corbatín” es único, y por lo
general, estos momentos que literalmente: “marcan” la vida de un becerro o
becerra, ocurren simultáneamente con el “destete“.
En Piedras
Negras y como debe ser, es el propio ganadero y nadie más quien
“aseñala“, e utiliza un afilado cuchillo de monte, mismo que con toda la carga
emocional que esto conlleva, guarda cuidadosamente hasta que llegue el día en
que, en emotiva e íntima ceremonia, como si se tratara de una solemne
alternativa en la plaza de toros, ahí, en el potrero de herrar, serán pasados,
entregados al heredero los trastos de herrar y cortar el corbatín; icono,
verdadero escudo de armas de esta muy asolerada casa ganadera.
Fuente: Intolerancia
Diario
Marco González es el actual ganadero de Piedras Negras, lleva al cargo de la ganadería mas de 20 años, siendo la sexta generación y siempre ha estado en manos de la familia el hierro.
Miura y Piedras Negras, dos ganaderías hermanadas.
Gracias a el veterinario de la Casa Edmundo Espinoza, que nos mostró las dependencias de la Hacienda y los potreros.