martes, 3 de diciembre de 2019

GANADERÍA DE PIEDRAS NEGRAS




Piedras Negras, una de las más afamadas y legendarias ganaderías mexicanas que en 2020 serán 150 años de existencia.







La hacienda de San Mateo Huizcolotepec, Piedras Negras, ubicada en el municipio de Tetla, Tlaxcala, antiguamente fue propiedad de los padres Betlemitas.  Con el nombre de Piedras Negras, nace como tal en el año de 1874, gracias al empeño que en ello puso José María González Muñoz, quien incluso a escondidas de su padre Mariano Antonio González Fernández asentó sus primeros pies de cría en el potrero Malpais.
La idea de tener ganado bravo en casa se realiza el 5 de marzo de 1882, fecha histórica en la cabaña de toro bravo en México.
Ese día en el Estado de México, lidia por primera vez Piedras Negras en la plaza “El Huizachal“.
Cinco años después, el 30 de octubre de 1887, Piedras Negras se presenta en la Ciudad de México con 3 Toros 3 en la plaza “San Rafael” para el torero gaditano Diego Prieto, el llamado “Cuatrodedos” y Carlos Borrego “Zocato”
Esta aventura que dio inicio con ganado criollo de Tepeyahualco, continúa en 1908, año en que llega ganado de Saltillo, quedando en Piedras Negras dos sementales de la ilustre casa del Marques y dos sementales; “Tabaquero” y “Tinajito“, llegando también uno de Murube y otro de Miura.
En 1896, la divisa Negro y Rojo debuta en México
Según don Manuel De HaroPiedras, la de la célebre divisa negro y rojo debuta en México en 1896 y Tepeyahualco lo hace en 1895.
En el año de 1983 el Departamento del Distrito Federal otorga a esta ganadería carta de reconocimiento de antigüedad de presentación en la capital con fecha al año de 1895.
Este célebre Mariano Antonio González, procreó un hijo, de nombre Manuel Dámaso Francisco Guadalupe Alejó González, quien de su matrimonio con doña Trinidad González González tuvo dos hijos: Romárico y Lubín González González.
Al primero se le conoció siempre como “Maco” y al segundo, Lubín como “El Gachupín”.
En Piedras Negras para distinguir el ganado de una y otra casa, de unos a otros potreros se decide e inicia el corte en forma de corbatín en la badana
Romárico era el más empeñoso, laborando al lado de su padre. Corría el año de 1903 y sería por el entusiasmo e interés demostrados por “Maco” que su padre decidió entregarle para su administración y desarrollo la hacienda de “La Laguna”, donde Romárico funda la ganadería con ese nombre.

El origen del corbatín en la badana:

Lubín decide e inicia el corte en forma de corbatín en la badana, gargantilla o lo que en los humanos llamamos “papada” de sus toros para mejor distinguir los dos hatos ganaderos.

Llamándose badana al pliegue cutáneo que sobresale en el cuello del toro y se extiende hasta el pecho, a los toros bastos de piel y con papada muy desarrollada se les llama “badanudos“, no así a los toros piedranegrinos a quienes en el momento del Herradero, cuando reciben las marcas herradas a fuego con el hierro de la casa y los números en el costillar, según les corresponda de acuerdo a los libros y el árbol genealógico que cuidadosamente se lleva con los registros de nacencias.
Esta marca: el corbatín es única y exclusiva de esta casa de toros criar. 
Técnicamente se le llama señal y se hace a manos del propio ganadero, quien a su vez, y en su debido tiempo enseña y lo hace conjuntamente con el hijo primogénito quien será heredero recipiendario no sólo de la tradición y orgullo de la familia, sino también de la responsabilidad que esto conlleva.
Una señal única
Las señales que pueden ser muchas se practican en las orejas, una o dos y pueden ser estas señales una combinación de diversos cortes que van desde un simple rasgado, muesca, de forma hundida, de horquilla, o bellamente ahigaradas o en media luna, estas se practican con tijera especial y al acto se le llama “aseñalar”.
Pero en el caso del “corbatín” es único, y por lo general, estos momentos que literalmente: “marcan” la vida de un becerro o becerra, ocurren simultáneamente con el “destete“.
En Piedras Negras y como debe ser, es el propio ganadero y nadie más quien “aseñala“, e utiliza un afilado cuchillo de monte, mismo que con toda la carga emocional que esto conlleva, guarda cuidadosamente hasta que llegue el día en que, en emotiva e íntima ceremonia, como si se tratara de una solemne alternativa en la plaza de toros, ahí, en el potrero de herrar, serán pasados, entregados al heredero los trastos de herrar y cortar el corbatín; icono, verdadero escudo de armas de esta muy asolerada casa ganadera.



Marco González es el actual ganadero de Piedras Negras, lleva al cargo de la ganadería mas de 20 años, siendo la sexta generación y siempre ha estado en manos de la familia el hierro.


Miura y Piedras Negras, dos ganaderías hermanadas.




Gracias a el veterinario de la Casa Edmundo Espinoza, que nos mostró  las dependencias de la Hacienda y los potreros.




















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