EFE - MADRID
El empresario Manuel Martínez Erice, gerente de Las Ventas, aseguró ayer que «la crisis que golpea a todos los sectores no afecta en absoluto a la feria de San Isidro, porque la Fiesta interesa mucho, y está más viva que nunca».
«Otra cosa son los espectáculos fuera de ese ambiente, los de temporada, que son deficitarios. Habría que replantearse los pliegos de condiciones, pues los tendidos vacíos, más allá de su repercusión económica negativa, dan mala imagen», advirtió.
José Tomas lo imanta todo. Martínez Erice lo tiene claro: «Con él se aseguran todos los llenos. No hace falta meterlo en la feria, pues el abonado lo quiere a toda costa, y para tener la entrada del día que actúa basta con no renunciar al derecho de abono».
Pero el hombre de negocios quiso recalcar que «es una operación diseñada por las exigencias mismas para su contrato, pues de otra manera hubiera sido imposible ver a Tomás en Las Ventas. Un torero que no se deja televisar lo condiciona todo».
«Además, la clave de tanta expectación está en que se deja ver poco. Así convierte sus actuaciones en auténticos acontecimientos. Y es puro. Las rarezas que dicen de él son cuestión de principios, pues con 100 millones y más encima de la mesa tampoco se dejaría aparecer en la pequeña pantalla, estoy seguro».
Sobre la ausencia, un año más, de Ponce, contestó que «habría que preguntarle a él», para añadir que «el desacuerdo ha sido únicamente económico, pues pidió un dinero que no se le podía dar». Y echó más leña al fuego: «Ya dijo hace cinco o seis años algo de que A Madrid voy una tarde porque no puedo media. Y asegura que su familia lo pasa mal cuando torea en esta plaza. La duda es si se arreglaría todo poniéndole un dinero muy grande». A su juicio, hay figuras que aprovechan la polémica de encontronazos en San Isidro para subir su caché.
La influencia de la plaza de toros más importante del mundo es innegable. «Madrid puede hacer un torero en una tarde, lo que no ocurre en ninguna otro sitio. Ahí está Talavante, y antes Rincón».
Respecto de los toreros de América que vienen a España y pasan necesariamente por Las Ventas, señaló que «no son muchos, pero es bueno que estén. El colombiano Bolívar, ya un clásico, cae bien».
Los astados ya es otra cuestión. «No hay jerarquía para contratar ganaderías. Las figuras eligen entre las 30 que les ofrecemos. En todo caso Victorino Martín, que este año no viene por el problema de la brucelosis que hace cinco le hizo perder muchos toros, es el único que con su solo nombre llena el cartel». Y abundando sobre el mismo nombre, Martínez Erice da un titular muy periodístico: «Victorino es como ganadero lo que José Tomás como torero. Aunque hay que reconocer que en los dos últimos años no le han salido las cosas aquí».
Nacido en el seno de una familia netamente taurina, en la que él es la cuarta generación, este empresario reconoció que «aquí no se hereda. Si no hay afición y trabajo, es como el hijo del buen médico, que estudia o no hay nada que hacer. Agradezco a la vida que me haya puesto en este sitio, y quiero corresponder haciéndolo lo mejor posible».
Tras confesar su indignación sobre el debate en Cataluña, insistió en que hay que saber vender bien la Fiesta para asegurar su futuro. Incluso fuera de los ruedos: «El campo engancha. El animal en su hábitat. 40.000 hectáreas de dehesas solo porque existe el toro bravo. La economía que lo respalda es brutal». «Lo que nos golpea ahora es porque este mundillo ha estado aletargado, no ha defendido su esencia. Y una culpa ajena, la pequeña pantalla que ya no ofrece corridas en plazas y ferias realmente interesantes. No queremos el dinero porque nos televisen, queremos que el toreo sea una disciplina más de la que hay que informar. Lo dicen más de 40 millones de espectadores en la taquilla».
FUENTE" EL ADELANTADO DE SEGOVIA"
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