Hemingway llegó por primera vez a Pamplona en julio de 1923, acompañado de su mujer Hadley y un grupo de amigos. Estos serían para el joven Ernest los primeros sanfermines de una larga serie, e inspiradores de la novela Fiesta (The sun also rises), fuertemente autobiográfica y mucho más exitosa de lo que el joven autor podía esperar por entonces. Este relato de las circunstancias que rodearon las fiestas pamplonicas del 23, con sus encuentros amorosos y anécdotas de toros, alcohol y juerga, supuso uno de los mayores éxitos y la consagración de un escritor que años más tarde llegaría a recibir el premio Nobel.

Pasión por los toros
En los sanfermines se inició también una de las que llegarían a ser las grandes pasiones de Hemingway: la fiesta de los toros. Este espectáculo de valor y riesgo tocó en lo más hondo de las emociones del escritor; Ernest, un hombre obsesionado con la muerte y que tenía en la caza una de sus mayores aficiones, veía en los toros la lucha suprema entre el hombre y el animal, entre la vida y la muerte.

En sus siguientes visitas, el escritor conocería y entablaría amistad con varios toreros. En la primera etapa de sus estancias en España serían Cayetano Ordoñez (“Niño de la Palma”) y Cagancho quienes ocupasen los primeros puestos de su particular escalafón. Sin embargo, fue en 1953, en su primer viaje a pamplona tras la guerra civil, cuando Hemingway iniciase la que sería su relación más intensa con un torero: Antonio Ordóñez, hijo de Cayetano.
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