viernes, 27 de agosto de 2010

"Taurus. Del mito al ritual" analiza en Bilbao la importancia del toro en el arte

El Museo de Bellas Artes acoge la exposición .
Se muestran 208 piezas desde la Edad de Bronce hasta hoy, pasando por Goya, Zuloaga, Picasso, Miró o Barceló

Zeus adoptó la forma de toro para engañar y seducir a Europa, madre del rey Minos de Creta. Pero desde mucho antes, desde la prehistoria, el toro ha ocupado un lugar destacado en la cultura de las civilizaciones mediterráneas, como han demostrado las pinturas rupestres halladas en cuevas como Altamira o Lascaux. El Museo de Bellas Artes de Bilbao acoge una singular exposición que bajo el título de Taurus. Del mito al ritual analiza la trascendencia cultural de la figura taurina a lo largo de la historia del arte. El origen de esta muestra, que está producida por la propia pinacoteca, con el patrocinio de BBK, Iberdrola y la colaboración de Euskaltel, se encuentra en la conmemoración del centenario del Club taurino Cocherito de Bilbao.
Según explica el director de la pinacoteca, Javier Viar, que también ha comisariado la exposición, "la muestra ha crecido durante su gestación hasta convertirse en una profunda y exhaustiva revisión del mito del toro, para la que se han contado con obras cedidas por medio centenar de museos y colecciones internacionales". En total, se han conseguido reunir más de 208 obras entre pinturas, esculturas, obra sobre papel y artes aplicadas desde la Edad del Bronce y la cerámica griega hasta la actualidad, pasando por Goya, Zuloaga, Gutiérrez Solana, Picasso, Miró, Saura, Equipo Crónica o Barceló, entre otros.
Taurus. Del mito al ritual está dividida en dos grandes secciones: El mito y los mitos del toro y El ritual de la fiesta, esta última, a su vez, ordenada en seis apartados en torno al desarrollo de la tauromaquia: los orígenes, los lugares, los personajes, la lidia, la tragedia y la gloria, y las imágenes de después de la fiesta.
Recorrido
Nada más entrar en la Sala BBK de la pinacoteca, el espectador se topa con piezas arqueológicas como la vasija de Amlach, fechada hacia 1200 antes de Cristo, de origen iraní, dos ánforas griegas del siglo I a.C. del Museo Arqueológico de Nápoles, el toro de Porcuna, realizado en caliza en el año 600 a.C., y dos bronces representando los cuernos de un toro, del siglo I d.C. También se pueden ver obras de arte contemporáneo, como las Cabezas de toro, de Luis Fernández Picasso o Miró.
El toro aparece también como figura central de varios mitos griegos. En este apartado se pueden contemplar la escultura Europa sobre el toro (470 a.C.), del museo del Louvre, El rapto de Europa (Martin de Vos, 1603), de la colección propia del Bellas Artes, Hércules lucha contra el toro de Creta, de Zurbarán o cuatro minotauros de Picasso.
Algunas de las galerías se visten de rojo púrpura para acoger el ritual de la fiesta. En Creta, Grecia y Asia Menor surgieron los espectáculos protagonizados por estos animales. Algunos jinetes griegos los fatigaban para luego abatirlos por los cuernos. Pero, el ritual surgió en la Península Ibérica: en época prerromana se desarrollaron las cacerías del toro salvaje, los árabes practicaron juegos taurinos... La costumbre del toro nupcial está documentada en las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, de mediados del siglo XIII, que ilustran la existencia de un rito nupcial que consideraba que la sangre del toro tenía una mágica cualidad fertilizante.
En esta parte de la exposición, también se pueden ver obras como La Vista de la Villa de Bilbao, de Thomas Morony (1784) en la que se aprecia la antigua plaza de toros, donde en la actualidad se ubica el mercado de la Ribera, Vista de la plaza y corrida de toros en Madrid, (1791), de Antonio Carnicero, El ruedo ibérico, de Equipo Crónica, que recuerda a la España cañí de 1981...
También hay algunas mujeres toreras como Las señoritas toreras, prestado por el Pompidou, dibujos de Ramos Uranga, desconocidos por el gran público... La muestra también reúne en Bilbao las series completas de célebres grabados sobre las distintas facetas de la lidia del toro, como La Tauromaquia y Los toros de Burdeos, de Goya o el Toro y La tauromaquia o el arte de torear, de Pablo Picasso. Concretamente, el encuentro bestial entre dos elementos contrapuestos, toro y caballo, fue una obsesión a lo largo de la vida artística de Pablo Picasso.
La exposición finaliza con un apartado dedicado a la tragedia y a la gloria: Tragedia que se percibe en obras significativas como Corrida de toros y Cabeza de toro muerto, ambas de Luis Fernández; La muerte de un torero, del onubense Daniel Vázquez Díaz y La víctima de la fiesta, del vasco Ignacio Zuloaga en el que un cabizbajo picador regresa a casa en un famélico caballo blanco cubierto de roja sangre. Y momentos de gloria en la plaza, efímera como intensa que ser percibe en cuadros como El saludo del torero, de Mariano Fortuny o Machaquito como apoteosis del torero cordobés de la época, de Romero de Torres. Taurus se puede ver hasta el 5 de septiembre en el museo bilbaíno.

"Se debería de promover la itinerancia de estas exposiciones, para fomentar el conocimiento del mundo del toro"

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