'Los toros furtivos. Relatos taurinos de la clandestinidad' es un libro que relata la organización de una corrida de toros en una sociedad española que las ha prohibido. Los amantes de la fiesta nacional son personas proscritas y viven en la clandestinidad más absoluta. Esta visión exagerada del futuro de las corridas de toros, editada por Calamburg Narrativa, responde a la inquietud que en muchos amantes de esta actividad ha despertado su prohibición en Cataluña. El autor es el periodista palentino y crítico taurino y de teatro Javier Villán (Torre de los Molinos, 1943), que también es un reconocido poeta.
-¿Por qué ha escrito este libro en el tono y la forma en que lo ha escrito?
-Este libro es una vieja fantasía que hace tiempo me rondaba la cabeza. Lo de Cataluña solo hizo activar un viejo pensamiento, un antiguo proyecto literario de política-ficción. No creo que sea un libro profético, pero tiene algo de visionario. Y parte, naturalmente, pese a su ironía y su sarcasmo en ocasiones, de una indiscutible pasión por los toros. Y de la aplicación a las corridas prohibidas de unos mecanismos de clandestinidad para su supervivencia. Si te atienes al relato final, 'El triunfo', con una corrida en la plaza de San Pedro, presidida por Su Santidad, no solo hay mucho humor en estos relatos, hay también optimismo y espíritu de resistencia. Es un libro que vengo escribiendo, esbozando hace tiempo. El tono en cierta medida de humor y la forma de relato, la prosa adecuada, el estilo lo determina el propio desarrollo del libro. Es una prosa que podíamos llamar 'guerrillera', de arraigo fuerte en la picaresca española y en los textos de divertimento con dosis críticas y de contenido profundo. Ni un ensayo doctrinario ni un libro de poemas hubiera servido a mis propósitos.
-¿Por qué ha incluido a personajes reales?
-Las personas reales que aparecen en el relato 'La conspiración' se convierten en personajes de la acción, son aficionados ilustres, intelectuales y artistas de gran prestigio. O antitaurinos a los que hay que escuchar. Su presencia, imaginaria, por supuesto, pero verosímil, responde a la idea inicial de crear un 'frente ibérico de liberación taurina', idea que atraviesa casi todo el libro. Es un frente de ideología plural, cuyo espíritu frentista solo obedece a su pasión por los toros, independientemente de la ideología y la posición política: los hay de derechas, de izquierda, monárquicos antifranquistas, liberales... Esa sustancia intelectual explica en parte la naturaleza de la fiesta. Y explica también la condición del libro y el activismo de los conspiradores, infiltrados en los Comités de Represión..., en el Santo Oficio que, en definitiva, viene a ser la abolición. En el fondo, no se trata solo de prohibir, sino de borrarla de la faz de la tierra: la fiesta nunca existió y hay que vaciar de referencias taurinas, museos, bibliotecas, memoria...
Avatares históricos
-¿Cree que algún día llegará este estado de clandestinidad en los toros?
-No, seguro que no. La fiesta ha sobrevivido a muchos avatares históricos e intelectuales, a muchas decadencias. Este puede ser un libro visionario, pero no es un libro profético. De cualquier forma, sería iluso no advertir los peligros culturales, políticos y sociales que la amenazan. Con todo, en toda clandestinidad, política o taurina, hay siempre una especie de romanticismo muy atractivo. Las clandestinidades políticas quedaron atrás. No sería bueno que llegase la clandestinidad taurina. Es un problema de libertad, filosofía que recorre todo el libro.
-¿Aparte de lo que ha ocurrido en Cataluña, cree que la fiesta de los toros está en decadencia?
-Lo de Barcelona se veía venir. Hace tiempo que en Cataluña se perdió la mayor parte de la afición: falta de respeto al toro, desaparición de todas las plazas de la zona -menos la Monumental-, o cierto indoctrinamiento sobre la naturaleza españolista de la fiesta, símbolo de un poder represor. Acabó reducida a una afición minoritaria y a un espectáculo para turistas. Al final se ha politizado descarada y obscenamente. Lo de Barcelona, permíteme el tópico, era la crónica de una muerte anunciada. Los políticos se han limitado a descabellar a un toro postrado. La fiesta en Barcelona y en todos los sitios necesita una purificación.
-¿Por que cree que hay cada día más antitaurinos en España?
-No sé si hay cada vez más antitaurinos en España. Pero es cierto que una fiesta secular ya no tiene el tirón que tenía. Unos alegan crueldad y defensa de los derechos del animal, lo cual es una falacia en una sociedad que no respeta ni siquiera los derechos humanos más elementales. Otros piensan que es una liturgia trasnochada, como la liturgia de la Iglesia. La juventud tiene otras opciones y otra educación, incluso otra mala educación muy adicta al pensamiento único...
-¿Cómo combatir ese abolicionismo?
-En Barcelona, creo que todo está pendiente de recursos y nuevos trámite burocráticos. En defensa de la fiesta me atrevería a decir que no debe haber argumentos políticos, sociales, históricos o artísticos para prohibir los toros. Es una defensa de la libertad, quien no quiera ir que no vaya. No por eso serán más cultos ni más refinados, ni más humanitarios.
-¿Comparte con Gimferrer que el libro es una broma divertida o cree que la oposición a los toros hay que tomársela en serio?
-Comparto todo el prólogo de Gimferrer. 'Relatos de la clandestinidad taurina' es una broma pesada sobre una prohibición que, según algunos, no admite bromas. Pero es, sobre todo, una resistencia, una autodefensa Y, aunque sea de forma, valleinclanesca y esperpéntica, la corrida y la memoria de la corrida salen triunfantes.
-Prepara en la actualidad un diccionario taurino. ¿Cómo lo concibe?
-Hace tiempo que vengo trabajando en un 'Diccionario de autor: ética, estética y sociología del toreo'. Pretendo reflejar en él no solo el significado de términos técnicos taurinos y el lenguaje de uso, sino su naturaleza, su historia, su grandeza y sus miserias, y su picaresca también. Será mi tauromaquia particular, mi experiencia de 22 años como cronista taurino de El Mundo y mi experiencia de mas de 40 de aficionado. Muchas páginas, quizá demasiadas. En ese futuro diccionario hay entradas que se resuelven con cuatro cinco líneas y otras que son verdaderos ensayos de 10 o 12 folios. El título creo que lo define muy bien: 'Ética, estética y sociología del toreo'.
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