domingo, 16 de enero de 2011

La adrenalina de los encierros

 
El madrileño Alberto Martín y el vallisoletano José Antonio Rico relatan su experiencia delante del toro
La Asociación de Aficionados y Corredores del encierro abrió en la noche del viernes sus primeras Conferencias del Toro 'Villa de Cuéllar', en las que contó con la presencia de dos expertos que narraron su punto de vista sobre 'El arte de correr toros'. 
El madrileño Alberto Martín y el vallisoletano José Antonio Rico mostraron a las decenas de personas asistentes sus distintos puntos de vista sobre la carrera y explicaron las sensaciones a las que se someten durante unos minutos en cada encierro, tras ver un vídeo de presentación con imágenes de los corredores en los encierros de San Sebastián de los Reyes, Pamplona y Cuéllar, cuyas diferencias también marcaron parte de la charla.
Los corredores hablaron de sus comienzos corriendo encierros y cómo, poco a poco, la afición se convierte en algo más. Curiosa fue la versión ofrecida por José Antonio Ovejero, quien incluso de niño quiso ser torero. Desde entonces, según explicó, ha ido «viendo, viviendo, aprendiendo y adquiriendo conocimientos sobre el toro», animal al que ama. 
Ambos corredores aseguraron que los toros son parte de su forma de vida y que el animal ofrece numerosas sensaciones, difíciles de explicar. También coincidieron en que la posibilidad de una cogida siempre existe cuando sales a correr un encierro, pero en esos momentos «no piensas en ello, sino que buscas la emoción y otro tipo de sentimientos».
Las diferencias y similitudes entre los encierros de San Sebastián de los Reyes (Madrid), Pamplona y Cuéllar también centraron buena parte de la conferencia. Alberto Martín admitió envidiar a los corredores de hace años en Pamplona, no por mayor facilidad, «sino porque se veía llegar a los toros, cosa casi imposible hoy». No obstante, todavía se siente «impactado» por su trazado. Del de San Sebastián de los Reyes señaló que es una carrera muy violenta y rápida, con toros de menos peso y la ventaja de una gran preparación, mientras que del encierro de Cuéllar destacó su enorme tradición.
Sentir al astado
Por su parte, José Antonio Ovejero es menos partidario del encierro de Pamplona por su masificación, lo que obliga en muchas ocasiones a tener que centrarse en buscar un lugar donde correr que en la carrera propiamente dicha. «Mucha gente no sabe la seriedad que conlleva y muchas veces tienes que ir a acompañar al toro y a mí me gusta sentirlo», explicó.
Respecto a la localidad madrileña, destacó su gran cuidado y la gran publicidad que se realiza del mismo, lo que, a su juicio, puede ser su decadencia. También admitió su gusto porque en esas carreras el toro llega veloz y en ocasiones busca y pierde un poco los papeles. Sin embargo, destacó su preferencia sobre ver llegar al toro y acoplarse a su carrera, lo que ocurre en los encierros de Castilla y, sobre todo, en el de Cuéllar.
Tras las palabras de los expertos, se abrió un debate con el público, en el que se habló sobre si el encierro de la villa puede llegar a masificarse, hubo diversidad de opiniones sobre el exceso de bueyes y se alabó la organización.
 
nortedecastilla.com

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