Escrito por Alberto F. Cerdera
De un anuncio publicitario a un monumento, así ha sido la evolución registrada por el toro de Osborne ubicado en el término municipal de Benahadux. Este símbolo de la industria vitivinícola jerezana ha sobrepasado todos los límites publicitarios y se ha convertido en un símbolo que identifica a nuestro país. Ahora, la Junta ha declarado como Bien de Interés Cultural esta conocidísima silueta.
El anuncio de esta declaración fue realizado ayer en el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, donde también se anunció que los toros de Córdoba y Santa Elena (Jaén) también cuentan con la misma condición que el de Benahadux.
En España llegó a haber 500 toros de Osborne repartidos por las carreteras, de los que sólo se conservan unos 90. Sin duda, esta silueta es uno de los ejemplos de diseño publicitario más exitosos de nuestro país. Prácticamente ningún anuncio había adquirido la condición de monumento, pero es que la sencillez y la fuerza que despliega esta imagen la convierten en uno de los iconos por excelencia para identificar a nuestro país.
El toro de Osborne pasó de las botellas de la conocida marca de licores a las carreteras de todo el país y, últimamente, esta figura también forma ya parte de la iconografía turística y de souvenirs que tanto les gusta a los turistas que nos visitan.
Los toros de Osborne fueron diseñados por el publicista Manuel Prieto Benítez, fueron instalados entre 1958 y 1970, para mantenerse hasta nuestros días, cuando son considerados una muestra del pop art más exitoso.
El toro ubicado en la Nacional 340 es uno de los 17 que se encuentran repartidos por toda la geografía andaluza.
DIARIO DE SEVILLA
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