jueves, 26 de mayo de 2011

Postdata


Hoy ha sido una de esas tardes interminables, estas hasta los mismos, de las que tienes ganas de irte a tomarte unas cañas y a cenar. No podía durar mucho más la resaca de tanta Puerta Grande (ayer ya tuvimos que sacar la sal de frutas para la indigestión).

Confirmaba Joselito Adame alternativa, y ya de paso se ha postulado como otro de los mexicanos que quieren hacer patria aquí (se pulió en la Escuela de Tauromaquia de Madrid). Con todo el descaro y desparpajo de un novel, y con las fallas y ejes de mejora de un recién llegado. Primer brindis al rey (que ha estado hoy con su pueblo).

"Escribano" se llamaba. Nunca tuvo a nadie cerca. Parado en la verónica, no quiso caballo (de lo poco que tuvo) y fue tardón en la muleta. Hasta el mejor escribano echa un borrón. Joselito se entregó, pero el toro se gripaba, no tuvo continuidad, termino la faena por ceñidas bernadinas. Aun así ha quedado una sensación de que se podía haber sacado algo más al toro.
Cerró la tarde como la empezó: con cojones y buscando gustar. El sexto ha sido desde la salida descaradamente mansurrón, abanto y sin ganas de pelea. Ha sido imposible hacerle una digna lidia. No se ha parado en ningún momento, ni en varas ni en banderillas. Ya con la muleta se ha venido al 5, a buscar al tostado, y ahí el manso estaba como en casa. Prometedores aplausos han animado a Joselito para llevarse a su burel a los medios. Y ahí ya sí que no. Encimista con él, Adame ha ido improvisando pases cambiados por la espalda (tres) alternados con circulares invertidos (tres, y muy forzados) mil y uno pases de pecho y así hasta infinito. Lo poco agrada....
La media estocada, letal eso sí, no ha servido para que Joselito se llevase el mismo premio que Sebastián. Serán los galones, digo yo.


Postdata: Todo lo que aquí expuesto se ha ejecutado sin cargar la suerte en ninguno momento de la tarde, sin cruzarse a pitón contrario ni tan siquiera una vez, nunca se ha mandado al toro en cualquiera de sus embestidas, siempre ha pasado el toro por la pala del pitón. De la ganadería podemos decir que ha traído a la primera plaza del Mundo una corrida desrazada y sin casta, desigual presentación y ausente de empaque en las formas  y de trapío en el fondo. Sin remate, muy cornalona sin más.



Siglo XXI – Edad del Toreo moderno.

Castella empezó por bajo con el capote su faena al ensillado segundo. Y punto. Sin picar prácticamente, en un plisplas nos presentamos en el tercio de muleta. Brindis de la República francesa al rey de España. Ha convencido Castella a su toro de que las cosas debían hacerse despacito (que no templado) y con buena letra (aunque no se entienda nada). Empiezan las dislocaciones de hombro, me estiro y me estiro, ahora el pase de la firma (producto estrella de la Feria). Así dos tandas más. Otra de naturales. Los tendidos ya están rotos de aplaudir hace rato. Empieza la "performance": arrimones, pase de las flores, molinete... El toro noble, noble ( "con clase", que motejan los taurinos) le ha aguantado, con la lengua fuera, hasta el final. Estocada fea, bajonazo pulmonar, sangre a borbotones. Con todo y eso,  oreja de las modernas para Sebastián.
En su segundo poco hay que contar. El toro no hay querido nunca combate, aunque Castella, a su modo, poco a poco ha ido metiendo al bragado en vereda. Han lucido dos tandas, intermitentes, fuera de cacho, en las que eso parecía más un tiovivo girando que una lucha de poder a poder. Vueltas y más vueltas. Todo ha terminado con el toro espantado. Y Castella a gustito.

El primero de Perera ya ha sido protestado en la salida. Mucho no promete, no. Y por arte de birlibirloque Miguel Ángel nos ha teletransportado al tercio de capote. No, yo tampoco me lo explico. Tercer brindis al rey. Inicio de los circulares, M-30 (Gallardinas) y radiales. Dos veces. La peonza humana. Nunca se ha acoplado Perera con el burel. Incluso ha habido susto, revolcón para el extremeño. La noticia buena es que hoy no ha hecho falta ponerse los Levi´s, como el jueves pasado. El toro hace rato que no está. Todo ha terminado de aquella manera, estocada haciendo guardia y Perera aguantando el chaparrón de broncas.
El quinto le ha salido dubitativo. Perera ausente, como ido. El toro distraído en todos los tercios. Huidizo, fugándose de todos los lances. Ya en la muleta (sí, otra vez hemos llegado al último tercio sin casi visitar los anteriores) hemos visto un ejemplo actual de que es más riesgoso torear al hilo que cargar la suerte. Coladas constantes han hecho más peligrosa la faena de lo que debiera. Siempre hay un naufragio si se da este caso: o te ahogas tú ( y tienes que rectificar) o ahogas al toro ( malversando la faena).
"No es manso, es que Perera le aburre hasta él", mi vecina de abono dixit. Miguel Ángel remata con una inyección en lugar de una estocada, más trasera que otra cosa.
Si hay que apostar por alguien "con futuro", Perera hace tiempo que dejó de ser caballo ganador.



Oscar y JuanPasmo

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