“Se extrañan los observadores de que hoy acuda poco público a los toros y de que la gente se aburra de muerte en los tendidos. Y si esos observadores se la dan de sociólogos, o si son taurinos profesionales, pontifican que los gustos de la gente han cambiado, con el imparable desarrollo de la civilización, y esa es la causa. Sin embargo el que ha cambiado es el propio espectáculo, que se llamará lidia, o corrida, hoy como ayer, pero no es el mismo ni se parece. Para complicar las cosas, los taurinos profesionales sentencian: si hoy se hiciera el toreo de los tiempos de Joselito y Belmonte, el público no lo admitiría. Quizá. Aunque lo más probable sería que si se produjera semejante renacimiento, se apresurarían a recuperar su localidad en el tendido los miles y miles de aficionados puros que están en casita, y allí llevan años, porque esta fiesta desnaturalizad que se les sirve ahora no les interesa lo más mínimo”.
Texto del prólogo de Joaquín Vidal del libro de J.Lòpez Pinillos, Parmeno, "Lo que confiesan los toreros".
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