Ocho novilleros se juegan un puesto en el Carnaval ante vacas de El Pilar

CIUDAD RODRIGO
El jueves se conocerá el nombre del triunfador y los cuatro finalistas

La suerte está echada. El calendario de tientas del Bolsín Taurino de Ciudad Rodrigo concluía esta tarde con la celebración de la final en la que se midieron ocho novilleros ante vacas de la ganadería de El Pilar.

Tras cuatro fines de semana de tientas, y con la participación de 60 aspirantes, el nombre del triunfador de esta edición, la 57, y de los cuatro finalistas saldrá de entre: Juan Antonio Pérez Pinto, de Ciudad Rodrigo; Jesús Martínez, de Cercedilla; Juan Manuel Hernández, de Guadalajara; Jesús Álvarez Escobedo, de Camas; Pablo Robina, de Segovia; Ángel Olmo de Albacete; Daniel Crespo, de Puerto de Santa María y Cristian Ponce, de Salamanca.

Durante los próximos días, los cuatro miembros del jurado del Bolsín mantendrán en secreto el nombre del triunfador que no se dará a conocer hasta el jueves por la noche en un acto que se desarrollará en el Teatro Nuevo de Ciudad Rodrigo.

Todos ellos, los cinco, obtendrán como premio a su trayectoria en este concurso, un puesto en uno de los dos festivales taurinos que con motivo del Carnaval del Toro se celebrarán en la localidad salmantina. En concreto, el domingo matarán tres novillos de la ganadería de Manuel Gimeno, el triunfador y el primer y segundo finalista. El lunes, con astados de la misma ganadería, saltarán al ruedo el tercer y cuarto finalista. El Bolsín Taurino de Ciudad Rodrigo es el certamen para novilleros más antiguo de España. Por él pasaron en su día novilleros que, aunque no lo ganaron, luego fueron grandes figuras como El Niño de la Capea.

En tiempos mucho más recientes, el Bolsín ha contado con nombres como el de César Jiménez o Juan del Álamo, que tomó la alternativa la pasada temporada. En un principio, surgió como una asociación humanitaria que pretendía prestar apoyo a todos esos maletillas que desde cualquier punto del país, llegaban a Ciudad Rodrigo en los meses de invierno con el objeto de participar en alguna de las muchas tientas que se celebraban en las fincas de la comarca.

En la actualidad, la mayoría de los aspirantes son inscritos por escuelas taurinas donde reciben formación tanto teórica como práctica para ser toreros.

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