PEDRO JAVIER CÁCERES es crítico taurino y periodista. |
El toro es la materia prima y el torero el protagonista. Ambos necesarios, el uno sin el otro abocan a la nada.
Y el organizador también.
Aunque a veces la endogamia del sector y los vicios del sistema hacen del reparto de poderes una acumulación en algunos que mal utilizada es perversa.
A partir de ahí, si no hay público, afición, la ruina asoma a los toros al abismo.
Estos ponen el dinero, el empresario se lo juega, el torero arriesga su vida y el toro está condenado a la muerte.
En cualquier caso respeto para todos. En especial para el toro.
Porque el toro no habla, su criador tampoco (cuando lo hace prima antes no molestar por no perder mercado y el colectivo es de por sí cainita, ellos lo llaman competencia) y los medios ven en el animal un espécimen desprotegido en el que verter todos los males de la Fiesta.
Está pasando tras la revuelta originada por los toreros con los derechos audiovisuales.
Han ejercido más presión que Guardiola ayer al juez de línea hasta conseguir que pitara penalti a favor del Barça que el trato de favor, además de sublimar sus cualidades, se exagera cuando estas aptitudes no afloran poniendo al toro en la diana indiscriminadamente.
En un desayuno de trabajo (que se prolongó hasta el aperitivo) de la Unión de Criadores de Toros de Lidia se nos informó de la situación tan crítica, de todo tipo, que atraviesa el campo bravo.
Todo lo que allí se expuso es material sensible y para tenerlo en cuenta. También las medidas que aportaba la gremial para paliar la situación.
Pero en ningún momento se enredó con los legítimos derechos audiovisuales como parte esencial de la Fiesta, o, apelando a la responsabilidad y conciencia de estos momentos difíciles, obviar lo material. Correcto.
Si se echó en falta una postura firme ante los medios para que el TORO no fuera vapuleado como se le está tratando. No es estilo de los ganaderos presionar con tácticas de sindicalista de clase pero tampoco es bueno mostrar indolencia pajuna.
Ante tal inquisición EL TORO necesita un abogado defensor, visto lo visto, que los de oficio no están por la labor.
Se ha entrado en una dinámica donde el toro no es presunto, sino culpable. Sí o sí, salvo excepciones raras que confirman la regla.
Se le exige al toro que ponga el 80% o más en el buen fin del desarrollo del espectáculo.
Y a veces aún poniéndolo, si el torero no pone el 20, para muchos sigue siendo el toro, este el de hoy, el que mató a Gallito ya Manolete.
Ha pasado en Valencia, donde se ha minimizado la cantidad de toros posibles de triunfo que han salido.
Ha pasado igualmente los domingos de Ramos en Madrid y de Resurrección en Madrid, Sevilla y Málaga.
¡Que casualidad! Que en Málaga a El Juli le valieran los dos “cuvillos”.
Pero estamos con lo de Sevilla…de ahora mismo.
Llevamos una corrida y una novillada.
Hierros de Montealto (debutante en La Maestranza) y Fuente Ymbro que hacía cinco años no lidiaba utreros en El Baratillo
Han cumplido con su primera obligación: el rigor en una intachable presentación como Sevilla se merece. Serios, cuajados y con remate.
Además han sacado movilidad. Con más bravura o mansedumbre, fuertes o flojos, embistiendo o pasando por allí, mayor o menor fondo…
¡Vamos teniendo que lidiar —verbo en desuso-, y torear!
De todo ha habido.
En la novillada de Fuente Ymbro dos novillos, al menos, buenos y uno el quinto mejor.
La precocidad de Adrián y el valor del primerizo Gonzalo Caballero les valió un trofeo a cada uno. Pero la terna dejó dudas de todo tipo.
Principalmente en Caballero por su bisoñez.
De cualquier manera, oyes y escuchas y deduces que la novillada no fue la ideal, ni buena.
En la de Montealto, hubo al menos tres, que la clase media de hace 15, 20 años les corta las orejas, o la oreja, por lo menos.
¡Que sí!, que si no es por la espada Oliva Sota corta la del primero y quizá Silveti la del tercero.
Me gusta el progreso del mexicano.
Una vez se vaya haciendo más puede ser el torero que México está esperando y España, también.
Corrida de Montealto, resumen de prensa apresurado:
¡Leña al mono hasta que hable euskera!: Los toros de Montealto no dieron opciones.
Si llegan a llevar otro hierro, o la matan las figuras, cambia la película o la serie entera.
Al TORO le hace falta un “defensor” más que a un menor.
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