"Escribano", de Cuadri, romaneando, que es gerundio
Supimos durante la semana
pasada del cónclave del Foro de la
Juventud Taurina, de su puntual y
generosa entrega de premios a los cardenales taurómacos actuales, que no es más
que un concilio amigable para seguir perpetuando una santa sede, en la que los feligreses
que no comulgamos con ellos quedamos marcados como herejes y ateos sólo nos
queda ir al destierro de las plazas donde se rinde culto al toro, y no al
glamour, es decir, seguir teniendo fe en algo aunque no se vea sin tener que
rendir cuentas a papas y pontífices.
Aprovechamos la resaca de
la fumata blanca, el ensimismamiento en otra revelación de El Juli, otro “Sermón
de las Siete Palabras” (como aquella “Soflama de los Siete Tweets”) en el que profetizó a los kikos
del taurinismo 2.0 que con noches así "el toreo está más cerca del futuro que del pasado", y fue ahí cuando nos dimos cuenta
que era el mejor momento de dar esquinazo a
tanta parábola, y que podría ser una gran fin de semana este desafío
ganadero castellonense .Que el callejón de la plaza levantina estaría despejado
y sólo con mozos de espadas y como mucho algún fotógrafo, y que en los tendidos
encontraríamos jóvenes que habían pagado un abono económico de dos días en las
entradas sin tener que cargar con esa culpa redentora de tener que aplaudir al
que les hizo ese descuento. Además sabíamos que de la Cabaña Brava mañica se
asomaban a Castellón, huyendo de Serolo más que nada, Félix y su primo Julio,
así que todo era miel sobre hojuelas.
Porque, qué cosa esta del toro, en Castellón la gente que acudió
durante el fin de semana a este desafío ganadero, sabía qué ganaderías eran,
¡pero nadie sabía el nombre de los toreros! Una pueblo extraño estos levantinos,
que son capaces de saber qué ganadería es Barcial (que no lidiaba) y no saber
cuál es García Jiménez (que lidió el día anterior), o de tatuarse en el antebrazo
cual letras chinas los hierros de Victorino Martín, La Quinta y Pereira Palha (juro
que yo lo vi), o como esa niña, cándida y pizpireta con su piruleta en el
tendido justo detrás de nosotros, que nada más salir el primer victorino de la tarde del Sábado por la
puerta de toriles, no pudo por más que rezongar un “¡pero si es un novillo!”. Qué cosas tiene esto del toro.
Si esto fuese un portal taurino al uso para público generalista diríamos que este fin de semana con desafío ganadero, dentro de sus claroscuros, concluiríamos que el triunfador fue Javier Castaño y que hubo un par de toros potables de Cuadri (los dos que hacían sextos) que la miurada de Castaño estuvo por debajo del poder del charro y su cuadrilla, y que el que le tocó ayer a Rafaelillo era un toro de los antiguos, ilidiable y con visado para ir directamente extraditado al matadero.
Si esto fuese un portal taurino al uso para público generalista diríamos que este fin de semana con desafío ganadero, dentro de sus claroscuros, concluiríamos que el triunfador fue Javier Castaño y que hubo un par de toros potables de Cuadri (los dos que hacían sextos) que la miurada de Castaño estuvo por debajo del poder del charro y su cuadrilla, y que el que le tocó ayer a Rafaelillo era un toro de los antiguos, ilidiable y con visado para ir directamente extraditado al matadero.
Pero fíjense ustedes por dónde, avatares de la vida, nosotros somos aficionados (Félix no ha parado en todo el fin de semana de taladrarnos con el “más que aficionados somos consumidores, ya que somos los únicos sopas que, cada vez más, pagamos en la Tauromaquia 2.0, y que encima quieren que sigamos calladitos), y contamos estas cosas que nos pasan sin intención alguna de alharacas ni protagonismo, y en un espontáneo rapto de honestidad –también gestado en un cónclave- salimos ayer con un único pensamiento sin que hubiese Nuevo Testamento por medio que nos alienase, y pensamos que si exigimos a los demás sinceridad y respeto deberíamos predicar con el ejemplo, por sacrílego que fuese.
Y si concluimos que Miura trajo un par en tipo de la casa, algunos sospechosos de pitones, no es por desmerecer a Javier Castaño ni a Rafaelillo. Porque algo paradójico, como un peligro sordo e inminente, fue lo que vimos de Javier Castaño y su cuadrilla. El año pasado les seguimos a todos los sitios que pudimos, nos ganó con las distancias que daba a sus toros, los pares poderosos de Adalid y el cite de largo de Tito. Y si decimos que pensamos que esta fórmula no vale para todas las tardes, que en Castellón su toro de 2 orejas (la del primero que cortó fue más condescendiente que ganada con méritos) careció de fuerza desde que salió de toriles, que aun poniéndolo de largo ni tuvo buen son ni transmisión para llegar a ninguno de los toques con el que se le citó; que queremos que Adalid no sólo paree, que también haga su brega correspondiente y no sólo luzca el toro (sigue dándole todas las ventajas al burel, aunque como aquel par de Feria de Otoño de abajo arriba y cuadrándose en la cara no le vimos, por desgracia, ninguno) nos duele un poquito nuestro corazón de aficionados toristas, seguidores de Castaño y cía, pero yo sé que es mejor decirlo, para ellos y para los que allí no estuvieron. El mal trago de decir la verdad se pasa pronto.
Y si decimos que la mitad de los toros que trajeron los hijos de Celestino Cuadri fueron un ejemplo de integridad y honradez (palabras que ahora son excepción casi siempre) que de un plumazo barre todo lo que se ha lidiado en Castellón no sólo este fin de semana, sino la semana entera, es porque son ellos mismos los que se traen el guión aprendido de Comeuñas, y cuando hay toro lo demás puede esperar.
Nos han intentado convencer que decir “casta” es decir “genio”, pero nadie explica una cosa ni la otra, porque si explicasen nos daríamos cuenta que se pueden disociar, desunir, y no siempre es lo mismo. Porque lo curioso es que la casta se puede torear. Pero lo preocupante es que la casta embiste, y cuando lo hace rompe en bravura, y eso hace tiempo que está muy feo y no gusta. Como nos tiene dicho don Fernando Cuadri “el toro ha de tener, per sé, una base que es la casta: el afán de lucha. Si la saca acometiendo entonces sale la bravura, y si lo hace con el torero es cuando sale la nobleza. Porque la nobleza sola no existe: hay bravura con nobleza, sin embargo el retruécano aquí no se aplica (un toro simplemente noble es un toro simplemente tonto)”.
Casta, bravura, nobleza. Por ese orden. No llegar a la meta de nobleza atajando por la movilidad, el toreo de reunión, el buen fondo y algo más que sé que me dejo en el tintero. Este fin de semana hemos visto toros bravos. Y aquí seguimos.
Para poder entender la diferencia entre querer triunfar y poder hacerlo basta con que esbocemos un paralelismo entre “Escribano”, el 6º del sábado que le tocó a Eduardo Gallo, y “Comino”, el 6º del domingo que le tocó a Bolívar. La lidia, brega y tercio de varas (ese señor del saco que se come a los taurinos por las noches) de “Escribano” fueron informes por no decir inexistentes. El toro no tuvo una segunda puya, una cosa que él mismo pedía después de romanear en un primer encuentro que recordó mucho al de Aviador en Madrid. Con el galafate crudo pero encabronao y con ganas de más, Gallo no sólo no quiso lidiar a “Escribano” en los terrenos que el propio toro ofrecía –más en los medios- sino que aquerenciado e inmóvil intentó instrumentar faena en el sitio donde había sido picado, cerquita y encimado, y ahí el cuadri ya se supo ganador por KO sin ni siquiera haberse calzado los guantes. Humillación, recorrido y motor sin control no sirven de nada, que decía el otro. Nos quedamos sin ver un bombón de toro que nos dejó un sabor amargo, no tanto por sus defectos (que no mostró) como por la insuficiencia y desacoplamiento de Eduardo. A ver si en Sevilla hay más suerte, y menos casta.
De la otra mano, ayer Bolívar se cruzó con “Comino”, que según el ganadero venía de banquillo y no iba a ser titular. Este sí tuvo segundo encuentro en el caballo, sin tanto poder como “Escribano” pero con un puntito más de alegría al acudir al cite del piquero, y justo cuando el mismo morito se colocó en suerte para una tercera vara (que nadie le había dicho nada al bicho, que fue él solito, no vayan ustedes a creer) en el gesto anti-taurino más bochornoso de todo del fin de semana aparece un señor presidente (el mismo del día de Jandilla y Gª Jiménez) que no sabemos aún si estaba resfriado y por eso sacó y escondió el pañuelo tantas veces como le vino en gana, ni sabemos aún si estaba cambiando el tercio pensando que el toro ya estaba visto (incluso Bolívar imploró al presidente no cambiar el tercio!!) y ahí nos quedamos todos , con la incertidumbre de saber si el toro era bravo como para justificar la dividida vuelta al ruedo que dio al final o si verdaderamente el presidente nos quería hacer un favor para que no nos llevásemos un disgusto con el toro.
Aun así Bolívar tuvo todavía tiempo de gustarse, sí gustarse, en tres tandas con el “Comino” que puso gestos a todas esas palabras que recitamos de carrerilla cada vez que queremos hablar del toro que soñamos: prontitud, fijeza, humillación, casta, peligro…
Y si no decimos nada de Victorino es por no opinar en esta ocasión mal de sus toros, que fueron más que justos de presentación (lo más cárdeno del fin de semana fue Félix, que ya es decir), y suspenso en comportamiento, ya que fueron renuentes casi huidizos en ciertos tramos de sus respectivas lidias. Gustaron sus cuernas veletas casi vueltas, playeronas, poco características de la casa pero muy del gusto de los pagos donde anduvimos.
Y si no mencionamos nada del resto de toreros es por el respeto casi solemne que les tenemos, yo al menos, y no afear la de todo aquel que se apunta a este tipo de ganaderías sin ir antes a buscarlas en libro de la Unión. Que recordamos ahora el desafío era de ganaderías, no de coletas.
Y así nos volvimos de La Plana, cual náufragos remando en nuestro pequeño bote, como las barquitas del lago del Retiro, con nuestros cuatro recuerdos de un fin de semana ganadero, como el que se va alejando de ese transatlántico titánico lleno de taurinos que poco a poco se va hundiendo, mientras la orquesta del monoencaste y las carpas sigue tocando, y en la cubierta El Juli gritando a todo el que alcance a oírle: “los jóvenes taurinos primero” .
FOTOS DEL 2º DÍA DEL DESAFÍO GANADERO
Miura con
problemas de pitones y de próstata.
Pincho "Miureño"
Otro Miura con problemas de pitones y mansedubre.
“Comino" entregado en la suerte de varas
Luis Bolívar gustándose con el de Cuadri
Estocada caída
del colombiano.
“Comino” dando
una vuelta triunfal.
Para leer más sobre el fin de sermana pinchar aquí.
Para ver fotos del primer día del desafío ganadero pinchar aquí.
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1 comentario:
Victorino, suspenso las dos tardes, Diego Urdiales voluntarioso y Uceda Leal regular, le vi la mejor media de todo el fin de semana, fallo a espadas.
Miura, aprobado, sus toros ha perdido el poder que se le supone a esa ganadería, mejor presentados los del segundo día, toros para el Torero, excesivo premios para Javier Castaño, es de agradecer su forma de lidiar, aunque para ello necesite mas Toro, Rafaelilo ni esta ni se le espera.
Cuadri, dos Toros suspensos y dos notables, El Gallo no supo resolver la ecuación y dejo inedito al que para mi podía haber sido el mejor Toro del ciclo, todo lo contrario que hizo Luis Bolivar que se entendió perfectamente con el segundo de su lote.
La asistencia media entrada el Sábado y algo menos el Domingo.
55€ las dos entradas en las filas 11 y siguientes de sol.
Temperatura agradable la del Sábado y un poquito mas de fresco el Domingo.
La compañía, ...sobresaliente.
Si siguen siguen en "esta" linea la nos veremos el año próximo.
Por cierto..., el año pasado fue mejor.
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