martes, 1 de octubre de 2013

«Ahora los empresarios se lo deben pensar antes de ofrecer algo indigno»

«Ahora los empresarios se lo deben pensar antes de ofrecer algo indigno»

Israel Lancho Matador de toros
Denunció ante la prensa a una empresa que le ofrecía torear por debajo de los mínimos. Ahora, casi dos meses después, el torero de Badajoz reflexiona sobre todo lo que supuso este hecho
«Desde que nos están dando tantos palos hay un poco más de unión entre los toreros»
Su nombre saltó a la palestra en la madrugada del 4 de agosto, cuando se puso en contacto con un medio de comunicación a nivel nacional para denunciar que una empresa le había ofrecido torear una corrida de toros por debajo de la cantidad económica estipulada por convenio. 2.500 euros era la cifra que Israel Lancho (Badajoz, 1979) hubiese cobrado por torear astados de la ganadería portuguesa de Palha en Méntrida (Toledo) el pasado 9 de septiembre.
A partir de la denuncia pública en el programa de Manolo Molés, comenzó un cruce de declaraciones, ya que la empresa le acusó de haber querido manipular las defensas de los morlacos. Mientras, a través de las redes sociales, algunos matadores de toros mostraban su apoyo a Israel Lancho, que se encontraba en esos momentos en Perú, donde ha hecho la totalidad de su temporada este año.
Casi dos meses después de la denuncia, Israel Lancho regresó la semana pasada a Extremadura para cargar las pilas antes de volver a partir rumbo a América, donde le esperan varios compromisos profesionales a lo largo del mes de octubre. Con el análisis que permite el paso del tiempo, el diestro de Badajoz ha hecho balance de su campaña, de cómo vivió todo lo que rodeó a la polémica de Méntrida y de su futuro en Perú, y todo ello de frente y sin enmendarse.
-Esta temporada todos sus compromisos han sido en suelo peruano. ¿Cómo lo valora?
-Con mucho agradecimiento a Perú por haberme dado el sitio y la oportunidad, y por valorarme. El año pasado fui a matar dos corridas, salieron las cosas bien, y maté finalmente siete u ocho. Este año vamos a llegar a 30. Eso demuestra que te dan la oportunidad y que la valoran, cosa que en España es impensable. Quizás vaya a Venezuela y a Colombia. Mi experiencia ha sido buena no, lo siguiente, extraordinaria. Y, sobre todo, estoy muy agradecido. Y a la vez que estoy toreando y haciendo lo que más me gusta, estoy descubriendo un país, conociendo gente y todas mis palabras son buenas hacia Perú.
-Allí los contratos se ganan tarde a tarde ¿no?
-La carrera de un torero cambia en diez minutos. En Perú, cuando cortas orejas, e incluso haciendo una buena actuación sin tocar pelo porque pinchas, si lo que has hecho en la plaza ha calado, cuando llegas al hotel hay varios empresarios que te quieren contratar. En España te tienes que hartar de llamar y llamar y no encuentras ningún hueco. A lo mejor es la crisis, o que el negocio se lleva aquí de otra manera, o quizás sí lo sabemos y no queremos decirlo.
-¿Qué le queda aún este año?
-Voy dos tardes a la feria de Santa Cruz, toreo el 29 de septiembre y el 1 de octubre y después tengo compromisos los días 3, 8, 12 y 22 de octubre, ya firmados. En noviembre no tengo nada de momento, y en diciembre tengo otras dos, en la feria de Macusani, al sur de Perú.
-¿Qué es lo mejor y lo peor para un torero español en Perú?
-Lo mejor es sentirte realizado. Llega un momento en el que uno no duda de su propia capacidad, pero cuando atraviesas malas rachas piensas durante unos segundos si te estarás equivocando y no servirás para esto. A mí Perú me ha quitado las dudas. No digo que vaya a ser figura del toreo, pero me considero un buen torero, honrado, con mi personalidad y a mi manera, y de eso he podido darme cuenta por fin allí, ganándome los contratos tarde a tarde. Se me han quitado las dudas y eso es lo mejor, la seguridad que me ha dado en mí mismo. Lo peor es el tema de la distancia. Allí los viajes son muy duros, son muchas horas de carretera por zona de sierras donde ves las nubes por debajo, y se pasa miedo. Pero, lo que te hace superar esos momentos duros, es el cariño del público.
-¿Se queda con la 'espinita' de no haber podido torear en España en 2013?
-Tengo la ilusión de poder hacerlo el año que viene, de volver a hacer una temporada digna en España. Pero, si me tengo que quedar sin torear en España por cuestiones como lo de Méntrida, me siento orgulloso de no torear. Tengo mucha paciencia, junto con el tesón es mi mayor virtud. Si no lo ven hoy, a lo mejor con unas gafas se corrige la vista y el día de mañana lo ven. No le guardo rencor a nadie, ni a ningún empresario. Esto es un negocio y si hoy no intereso puede que mañana sí, o puede que no, pero no pasa nada. Lo importante es que me siento pleno, desarrollado y bien, porque sé que estoy capacitado para vivir de mi profesión y eso es lo más bonito del mundo. El año que viene, si Dios quiere, tengo mucha fe en que la empresa de Badajoz tenga un puesto para mí.
-¿Qué pasó en Méntrida?
-Estaba dolido. Tenía mucha ilusión y muchas esperanzas puestas en esa corrida, porque era mi único contrato en España. Volvía con la corrida de Palha, y desde que me lo comentaron me pareció perfecto. No se habló nada de dinero y yo di por hecho que los mínimos estaban cubiertos. Si me hubiesen dicho que iba a cobrar 2.500 euros hubiese dicho que no desde el principio y no me hubiese hecho ilusiones. Pero, de repente me dicen que tengo que cobrar 2.500 euros y me di cuenta de que lo que habían hecho era jugar con mi ilusión. Por orgullo no podía aceptar eso. Es cierto que otras veces me han ofrecido corridas de toros por ese dinero, pero me he limitado a no ir, nadie se ha enterado y luego han ido otros toreros compañeros míos, que eso me ha sentado muy mal, pero allá ellos. Cada uno tiene su guerra. Creo que una persona que se viste de torero, y más en mi caso que he estado a punto de morir, tiene unos mínimos que hay que respetarlos.
-¿Le preguntó al empresario por qué no le pagaba los mínimos?
-Sí, me dijo que porque no le daban subvención en el Ayuntamiento de Méntrida. Pero si no puede montar una corrida de toros, que organice una novillada sin caballos. Lo que no se puede pretender es que lo que no da la administración de subvención lo pongamos los toreros de nuestros honorarios. A mí me sale un toro malo y yo apechugo. Y si me tiene que coger, pues me coge. Y si a usted como empreario una tarde le toca perder dinero, pues lo pierde.
-¿Le habían ofrecido en otras ocasiones torear por debajo de los mínimos? ¿Es una práctica común?
-Es muy frecuente y quien diga que no, miente. Sobre todo se lo ofrecen a los toreros que están en mi situación, a los del grupo B y del C. No lo digo con resentimiento, sino porque una vez que ya se ha destapado la caja de Pandora, hay que decirlo. Ahora es cuando se están uniendo todos los toreros, que es lo que nos faltaba a nosotros, unión. Y tenemos que destapar a los que son tuneleros, porque son el cáncer de la fiesta. Si nadie aceptase cobrar por debajo de los mínimos, los empresarios tendrían que contratar realmente a los que ellos creen que van a llevar más gente a la plaza, no a los que cobren menos.
-Han pasado casi dos meses. Analizándolo, ¿cree que hizo bien o mal al denunciarlo ante los medios de comunicación?
-No lo sé, no me he sentado a valorarlo. Sé que ha sido positivo porque yo me siento bien. No sabía la repercusión que iba a tener, siempre pensé que me iban a linchar. Lo único que pensé es que estaba en Perú, que allí me valoraban y si me tenía que quedar el resto de mi vida en América, me quedaba. Lo que no se puede hacer es dejar que te violen, pongas buena cara y encima no lo digas. Eso no está bien. Si usted me ha intentado violar yo lo voy a decir, y voy a decir el por qué. Lo que no podía permitir es que la gente me linchara. Tengo los mensajes guardados, yo le dije que no iba a torear esa corrida por ese dinero y también le dije que había anunciado la corrida con el morbo de que Israel Lancho volvía a torear la de Palha. No iba a consentir que la afición pensara que me estaba quitando de matar esta corrida. Le dije al empresario que cuando me preguntaran por qué no iba a torear, iba a contar la verdad.
-Y entonces decidió ponerse en contacto con la prensa.
-Me llamó la prensa. Molés me dijo que si lo podía contar en la radio y le dije que sí, que no pasaba nada porque no había hecho nada malo y no tenía que ocultarme de nada. Y así fue. Agradezco a todos los compañeros que han salido en mi defensa, como Padilla, 'El Juli', Perera, Talavante, Tejela. Me he sentido muy apoyado. Esto no me va a dar más corridas, tampoco pretendo aprovecharme de la situación. Lo hice porque en ese momento me dolió. No trato de ser un abanderado de la honradez, ni mucho menos, pero al final me acosté con la conciencia tranquila y eso es lo que importa.
-¿Qué repercusiones tuvo?
-A raíz de eso mis apoderados me dejaron y ahora toca buscar horizontes nuevos. Me quedé solo con lo de Perú y me sentí arropado. De momento me siento bien con lo que he hecho y no me arrepiento. A lo mejor el día de mañana, si esto tiene otras consecuencias, tendré que arrepentirme o no, no lo sé.
-Más allá de los mensajes de apoyo en las redes sociales, ¿hay verdadera intención por cambiar las cosas? ¿Qué pasos se han dado en ese sentido?
-De aquí para atrás no ha habido unión. El tema de Cataluña fue por culpa de la desunión y el pasotismo, porque cada uno miraba a lo suyo y ya está. Desde que nos están dando tantos palos hay un poco de más unión entre los toreros. Eso sí, una cosa es la élite, en la que yo no estoy y no sé las conversaciones que llevan a cabo y cómo manejan la situación entre ellos. Poco te puedo decir en ese aspecto. De cara al público, con el tema de cobrar por debajo de los mínimos, se ha denunciado a otros compañeros que están yendo por debajo de los mínimos. A lo mejor es un grado más de unión, de un día para otro no se va a convertir en un bloque, pero se ha dado un paso adelante para que otros compañeros empiecen a denunciar a gente corrupta. Ahora mismo los empresarios se lo tienen que pensar antes de ofrecerte una cosa indigna. O al menos, creo que deberían pensárselo.
-¿Confía en que su denuncia sea la primera piedra para un posible cambio?
-Sí, porque de lo único que me arrepiento es de no haberlo dicho antes. He tenido que llegar al punto de inflexión de ofrecerme menos de lo mínimo en la única corrida de toros que iba a torear este año en España. Cuando tomé la alternativa toreé diez o doce corridas de toros y en todas cobré lo estipulado. Y poco a poco fue disminuyendo la cantidad. Me ofrecían corridas por debajo de los mínimos, cosa que yo no aceptaba, y quizás en ese momento tenía que haberlo denunciado, pero el resto de empresarios me hubiesen linchado. Llega un momento en el que hacer el mal, si lo haces con tanta naturalidad y frecuencia, parece que está bien porque se normaliza. Pero no, porque aunque lo hagas cien veces, sigue estando mal. Si creen que es imposible pagar esa cantidad, pues que cambien el reglamento, que bajen todos los sueldos y adapten un poco el espectáculo al momento que vive España. Lo que no se puede pretender es que al torero que más falta le hace, le quiten el dinero para subvencionar los toros.
-Le veo optimista con la situación.
-Siempre soy optimista, porque creo que esto de la crisis va a servir como criba, y va a mandar para casa al que tiene que mandar para casa. Llegará el momento en el que se una un poquito más la gente, y el sospechoso se destape. Quizás es la forma de que se queden solo los que tienen que estar.
-¿Solo los que tienen que estar?

-El problema es que había ganaderos, por ejemplo, que lo tenían como capricho y fastidiaban al ganadero de toda la vida porque regalaban sus toros. Lo mismo ha pasado con los empresarios y los apoderados. Hay empresarios que hacen las cosas bien, como por ejemplo, Cutiño y Domínguez, que me contratarán o no, pero lo que han tenido que darme me lo han dado. Y con los toreros igual, ha habido gente que estaba por capricho, aprendían el oficio y ahí estaban. Ganaderos, empresarios, toreros, apoderados y hasta banderilleros que han ido cobrando menos, jugándose la vida por nada, y estropeando el mercado y a la afición. Para ser taurino lo primero que hay que ser es romántico del toro.

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