Está a punto de iniciar su vigésimo cuarta temporada como matador y eso que decían las malas lenguas que 2013 iba a ser la última
(Se ríe). Hemos sido capaces de cambiarles la opinión después de la temporada pasada en la que disfruté e hice disfrutar mucho a los míos y también a la gente que ya no confiaba. Tenía ilusión por verlos así.
Tiene que estar contento con el año recién terminado, sobre todo después del complicado 2012
La mayor satisfacción fue superar lo que sufrí en ese 2012, no ya como torero, sino también como persona. Psicológicamente no estaba bien y por muchos motivos. Es verdad que iba al campo y era capaz de disfrutar ante un animal, pero yo me preguntaba, qué estoy haciendo yo o qué están haciendo los demás. En otro caso, en el que ya has cogido peso, no tienes ganas de tomar los engaños... esa falta de festejos parece que te invita a dejar tu mundo. Pero no era mi caso. Yo me sentía torero, pero no me veía en las Ferias. Ni en las ferias ni en las plazas de menor repercusión, con todo el respeto que les tengo, porque ellas te pueden devolver o, como a mí, darme el apoderamiento de Simón Casas.
La temporada pasada la inició con dos orejas en Requena, en un festival, y la acabó en un cartelón en Zaragoza con premio por parte de los aficionados. ¿Se puede decir que 2013 fue un buen año?
Fue una temporada con mucha ilusión, feliz y muy positiva. Quizá fue un corto número de corridas, sólo 15, pero bueno, destacar la actuación en Fallas, en Valencia, en Málaga, en mi Córdoba, El Puerto de Santa María, Zaragoza... Hubo 10 ó 12 faenas que disfruté mucho. Tuve la suerte de que me embistieron los toros y eso se agradece, porque es fundamental. Es verdad que la rúbrica en Zaragoza fue importante.
¿Puede repercutir esa tarde en lo que venga para 2014?
Lo más importante es la ilusión, tener la misma que al principio. Tener esa afición intacta, porque todos los días tengo cosas nuevas por crear y corregir, pese a estas alturas de la profesión. Uno siempre desea lo bueno, estar en las ferias, pero siempre digo que esta profesión hay que vivirla día a día. Puedes empezar muy bien la temporada y que se te abran de par en par todas las puertas de las Ferias, y luego tener la mala suerte de que un toro te pare, te deje en cama y no puedas solucionar nada. Siempre pido suerte, salud y que embistan los toros. Del resto ya trataré de encargarme yo; eso sí, siempre con respeto.
En ese 2013 volvió, ya con Simón Casas como apoderado, a Madrid en el 20 aniversario de su Puerta Grande. ¿Cómo se sintió?
Me ilusionaba volver. Llevaba seis años en los que no había hecho el paseíllo en Madrid. Dejé de ir porque no me sentía cómodo, y la gente no estaba cómoda conmigo. Ese paréntesis fue bueno. Fue una satisfacción tremenda. No salió la corrida para cuajar la faena que deseas en Madrid, pero cuando llegué al hotel, estaba satisfecho.
24 años de matador. ¿Queda algo del novillero?
Las formas, la afición y la vocación de seguir ilusionado, de ponerme el traje de torear. De sentirme torero.
¿Ha cambiado mucho?
Sí, afortunadamente. Tengo muchos defectos y otros que he corregido. Es lo bonito, tener la capacidad de mejorar, sabiendo que cada día tienes sorpresas. Con la técnica y el poso que te dan los años, se disfruta más ahora el toreo. Antes, cuando te llegaba el éxito era como algo normal, que no se iba a acabar nunca. Ahora ves que ya te quedan menos años pero tienes una madurez que te hace disfrutar de otra forma.
Es nacido en Barcelona y fue acogido por Córdoba, pero ha sentido siempre respeto en Cataluña
Dios quiera que pronto podamos volver a la Plaza de Toros de la Monumental.
¿Cree que habrá de nuevo toros en Cataluña?
Si Dios quiere, sí. Lo triste y el dolor es porque siempre es algo político. Afición se ha visto que hay muchísima. Pero nos hemos visto faltos de respeto por los anti, que ignoran lo que es esta profesión y tienen el atrevimiento de opinar de lo que desconocen. Opinan para hacer daño. No tienen en cuenta todo lo que supone el mundo de los toros, tampoco de los empleos que genera. Además hay una falta de respeto de los políticos. Una pena, porque hace no mucho eran los que estaban presentes en la barrera, en el callejón, haciéndose fotos en el patio de Cuadrillas, cuando aquello interesaba. Dios quiera que se vean en la obligación de ceder, por un motivo u otro, pero que se puedan volver a ver toros en la Monumental. No concebiría verla cerrada y que a mis hijos no les pueda llevar a una corrida de toros o que lo que yo hice y otros compañeros en esa plaza no sea historia viva. La Plaza de Toros se hizo para eso. Sólo pedimos respeto. Nosotros no nos metemos con ninguna otra profesión.
¿Hay Finito para rato?
Mi familia respeta que siga en activo, me ven feliz y ellos son felices. Mientras un toro me permita expresarme y sentirme torero voy a seguir siéndolo.
diariopalentino.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario