Un año complicado para todos los toreros y también para usted al no estar anunciado en San Isidro
Como bien dices, una temporada complicada para todos por esos momentos por los que atravesamos, pero bien es cierto que no más difícil que en años precedentes. Lo que hay que hacer es aprovechar al máximo el día a día en cuanto a preparación para, cuando lleguen las oportunidades, saber dar el paso adelante que necesitamos. Lo de Madrid, sin lugar a dudas, me ha marcado un poco el devenir en este inicio, pero ahí va a seguir estando esa plaza y allí estaré después de San Isidro con toda seguridad. Y lo que tendré que hacer es no fallar ese día para conseguir los objetivos que nos hemos marcado mi apoderado y yo.
Hombre, pero imagino que un poquito dolido y resentido estará, pues el año pasado sí que estuvo acartelado para el Domingo de Resurrección y el festejo se suspendió por el mal tiempo...
Fue una auténtica mala suerte que se suspendiese aquel festejo, pero mostrarme resentido o dolido porque después de aquello no me hayan vuelto a llamar no conduce a nada. Lógicamente uno siempre quiere estar y torear en Madrid, pues es el triunfo que todo torero necesita. Por lo tanto, prefiero quedarme con las cosas positivas y no caer en el error de las lamentaciones ya que lo importante es dar un porqué cuando me den otra oportunidad allí para que esto no vuelva a ocurrir.
El caso es que el público de Madrid siempre le espera con ganas, como se vio aquel 15 de agosto de 2012 cuando cortaba un apéndice ...
Eso es lo verdaderamente importante. Y en mi caso, siempre que he logrado expresarme en Las Ventas he percibido ese cariño de los tendidos. Desde mis inicios reconozco que he sido un torero que ha encajado bien en Madrid, lo que en cierto modo me da alas para crecerme y esperar que llegue ese momento que me permita cuajar ese toro con la experiencia que he ido acumulando durante todos estos años.
Donde sí que ha estado este año ya es en La México. Una experiencia inolvidable, pese al ganado
Fue uno de esos sueños que he visto cumplidos y que jamás podré olvidar. Lo que fue una lástima es que el ganado no me ayudara nada para haber dado mi verdadera dimensión como torero. Me quedo con haber vivido ese momento y haberme mostrado allí como torero.
Ahora que ya estamos en abril, ¿cómo se lleva eso de ver los toros de Sevilla por televisión?
Pues mal, porque lo que siempre quieres es estar en esas ferias que te motivan de verdad, y más aún cuando ya has estado allí acartelado como es mi caso. Pese a todo, sé que tengo condiciones para, cuando me den esa oportunidad, hacerme imprescindible en ellas. Y es que sé perfectamente que soy torero para estar en este tipo de ferias y para estar con las figuras. Y los momentos difíciles que vivo ahora me vienen hasta bien para no caer en viejos errores y me sirven para crecer como torero.
El año pasado volvía a La Maestranza con otra de Cuadri que nada tuvo que ver con la de 2004 en la que a punto estuvo de abrir la Puerta del Príncipe
La pasada temporada acudía con astados de la misma ganadería con la que me presenté en Sevilla hace ahora una década y en la que solo la espada me privó de un grandísimo triunfo. Todos tenían en mente aquella tarde, entre otras cosas porque era el mismo hierro que entonces, pero luego los toros nada tuvieron que ver los de una corrida y la otra. Y cuando esto sucede a matadores que estamos en mi situación, te acaba frenando las temporadas.
Le noto con un nivel de autoconfianza mucho más alto que en temporadas anteriores
Es la madurez y los años que no pasan en balde, pues la experiencia te enseña que el lamento no vale de nada. Y ahora soy plenamente consciente de lo que llevo dentro, de todo lo que soy capaz de hacer y eso me da seguridad. Quizá ahora me faltan oportunidades, pero tengo otras cosas que antes echaba de menos, como puede ser esa fe ciega que muestra hacia mí Lázaro Carmona, esa confianza que día a día me transmite y que tanto bien me está haciendo.
Quizá eso se valore más cuando uno ha estado ya en manos de una casa grande
Los toreros pasamos distintas etapas a lo largo de nuestra vida profesional y ahora mismo lo que anhelaba era todo eso que conlleva la palabra apoderado: tener a mi lado esa persona que compartiera el día a día conmigo para poder cambiar impresiones. Sinceramente noto que Lázaro me está sabiendo motivar y darme la inyección de moral que necesitaba. Él también ha sido matador de toros y sabe lo que pasa por mi mente en cada momento, cuándo las cosas van bien o van mal.
Como bien dices, una temporada complicada para todos por esos momentos por los que atravesamos, pero bien es cierto que no más difícil que en años precedentes. Lo que hay que hacer es aprovechar al máximo el día a día en cuanto a preparación para, cuando lleguen las oportunidades, saber dar el paso adelante que necesitamos. Lo de Madrid, sin lugar a dudas, me ha marcado un poco el devenir en este inicio, pero ahí va a seguir estando esa plaza y allí estaré después de San Isidro con toda seguridad. Y lo que tendré que hacer es no fallar ese día para conseguir los objetivos que nos hemos marcado mi apoderado y yo.
Hombre, pero imagino que un poquito dolido y resentido estará, pues el año pasado sí que estuvo acartelado para el Domingo de Resurrección y el festejo se suspendió por el mal tiempo...
Fue una auténtica mala suerte que se suspendiese aquel festejo, pero mostrarme resentido o dolido porque después de aquello no me hayan vuelto a llamar no conduce a nada. Lógicamente uno siempre quiere estar y torear en Madrid, pues es el triunfo que todo torero necesita. Por lo tanto, prefiero quedarme con las cosas positivas y no caer en el error de las lamentaciones ya que lo importante es dar un porqué cuando me den otra oportunidad allí para que esto no vuelva a ocurrir.
El caso es que el público de Madrid siempre le espera con ganas, como se vio aquel 15 de agosto de 2012 cuando cortaba un apéndice ...
Eso es lo verdaderamente importante. Y en mi caso, siempre que he logrado expresarme en Las Ventas he percibido ese cariño de los tendidos. Desde mis inicios reconozco que he sido un torero que ha encajado bien en Madrid, lo que en cierto modo me da alas para crecerme y esperar que llegue ese momento que me permita cuajar ese toro con la experiencia que he ido acumulando durante todos estos años.
Donde sí que ha estado este año ya es en La México. Una experiencia inolvidable, pese al ganado
Fue uno de esos sueños que he visto cumplidos y que jamás podré olvidar. Lo que fue una lástima es que el ganado no me ayudara nada para haber dado mi verdadera dimensión como torero. Me quedo con haber vivido ese momento y haberme mostrado allí como torero.
Ahora que ya estamos en abril, ¿cómo se lleva eso de ver los toros de Sevilla por televisión?
Pues mal, porque lo que siempre quieres es estar en esas ferias que te motivan de verdad, y más aún cuando ya has estado allí acartelado como es mi caso. Pese a todo, sé que tengo condiciones para, cuando me den esa oportunidad, hacerme imprescindible en ellas. Y es que sé perfectamente que soy torero para estar en este tipo de ferias y para estar con las figuras. Y los momentos difíciles que vivo ahora me vienen hasta bien para no caer en viejos errores y me sirven para crecer como torero.
El año pasado volvía a La Maestranza con otra de Cuadri que nada tuvo que ver con la de 2004 en la que a punto estuvo de abrir la Puerta del Príncipe
La pasada temporada acudía con astados de la misma ganadería con la que me presenté en Sevilla hace ahora una década y en la que solo la espada me privó de un grandísimo triunfo. Todos tenían en mente aquella tarde, entre otras cosas porque era el mismo hierro que entonces, pero luego los toros nada tuvieron que ver los de una corrida y la otra. Y cuando esto sucede a matadores que estamos en mi situación, te acaba frenando las temporadas.
Le noto con un nivel de autoconfianza mucho más alto que en temporadas anteriores
Es la madurez y los años que no pasan en balde, pues la experiencia te enseña que el lamento no vale de nada. Y ahora soy plenamente consciente de lo que llevo dentro, de todo lo que soy capaz de hacer y eso me da seguridad. Quizá ahora me faltan oportunidades, pero tengo otras cosas que antes echaba de menos, como puede ser esa fe ciega que muestra hacia mí Lázaro Carmona, esa confianza que día a día me transmite y que tanto bien me está haciendo.
Quizá eso se valore más cuando uno ha estado ya en manos de una casa grande
Los toreros pasamos distintas etapas a lo largo de nuestra vida profesional y ahora mismo lo que anhelaba era todo eso que conlleva la palabra apoderado: tener a mi lado esa persona que compartiera el día a día conmigo para poder cambiar impresiones. Sinceramente noto que Lázaro me está sabiendo motivar y darme la inyección de moral que necesitaba. Él también ha sido matador de toros y sabe lo que pasa por mi mente en cada momento, cuándo las cosas van bien o van mal.
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