El toro bravo más
grande que se ha lidiado en la historia de las corridas, pesaba 950 kilos y era
de la ganadería de Arranz. Y el valiente espada que se enfrentó a la fiera fue el
diestro mexicano David liceaga, que mato
a la fiera en la Monumental de Barcelona en 1932.
”! Miau”! Este es el
grito que se oye en el tendido 7 de las Ventas cada vez que un ganadero
presenta un toro con un peso y unas hechuras menores a las deseadas por los
aficionados de los aficionados de tan exigente sector de la plaza.
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