Como hemos repetido hasta la saciedad, la brillantez del futuro de la Fiesta no se logrará nunca a través de la labor de la Policía, ni de la sanción y el castigo. La Fiesta no se purificará si no se purifican los espíritus de cuantos la forman: ganaderos, diestros, apoderados, empresarios, aficionados, escritores y críticos. Si no ponemos todos lo mejor de nuestra generosidad y entrega con criterio altruista de enamorados de su gallarda belleza.
miércoles, 11 de marzo de 2015
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