jueves, 17 de marzo de 2016

PASE DE LA SILLA



Un buen amigo me ha regalado un cuadro de una litografía de La Lidia, Cogida de Punteret en Montevideo.

 Joaquín Sanz Almenar “Punteret”, el torero valenciano, nacido en Játiva, el 26 de febrero de 1888, en la plaza de la Unión de Montevideo al tratar de banderillear sentado en una silla al toro “Cocinero” de la ganadería de D. Felipe Victova, recibió una cornada que le quito la vida. Aquella cornada tuvo grandes consecuencias aparte de la muerte de Punteret, fue motivo de la prohibición de las corridas de toros en Uruguay, a petición de los diputados de la capital, a quienes impresionó fuertemente la desgracia del torero valenciano.

EL ARTE EN UNA SILLA


El Gallo y su pase de la silla   

"Pide una silla, se sienta y da un pase sin levantarse. Sigue colosal. Hay un pase de pecho tan ceñido que le da el toro con los cuartos traseros. (Entusiasmo y música) Da unos naturales, cambiando la muleta por la espalda. Es el resurgimiento de su vida torera. Como en los buenos tiempos: artista, florido, elegante, valiente. Se llena el ruedo de sombreros. El toro le coge y le derriba. Emoción y sentimiento en el público. Se repone y vuelve al toro confiado. Las ovaciones no se interrumpen". (Gregorio Corrochano, ABC del 31 de julio de 1918)
Al quiebro  esta suerte consiste en citar al toro sentado en una silla y marcarle la salida al llegar al terreno y echando a un lado los brazos y parte superior del cuerpo, levantándose al humillar la res y dar frente al costado ante el que cuadra y se para, clavando las banderillas libre ya del derrote. El toro embiste a la silla, que suele llevarse en las astas,

PASE DE LA SILLA



El primero que lo realizo fue  el torero Rafael "El Gallo" en 1918, son una serie de pases sentado sobre una silla en el centro del ruedo.






El pase de la silla es uno de los pases que a día de hoy todavía se realizan, como es el caso del torero Morante de La Puebla.















 Rafael pide una silla./ ¿Silla?, ¿Una silla?. De paja/ Ya han encontrado la alhaja./ Ya se sienta en su Sevilla/ cálculo de maravilla/ Tres de maestro le ha dado/ alto, de pecho, ayudado/ En trono de querubines/ y cantando por bajines/ Todos de pie y él sentado.

Gerardo Diego



sentado en silla de anea.


 El modesto torero Manuel Álvarez Prieto "El Bala" fue herido en un banderillas plantados al quiebro en una silla, y tuvo que ser amputada su pierna derecha a la altura del muslo. Esto sucedió en la década de 1970 en San Sebastián.

          
            Debió acabarlas Antonio Carmona Luque  (Gordito), matador de toros sevillano (1838-1920) que en sus años diez años de banderillero (1853-1863) le gustaba poner banderillas sentado en una silla. Sin embargo, otros diestros se le anticiparon en siglos, especialmente los navarros, ya que a los toros de casta navarra, prontos y rápidos, eran muy apropiados para los más diversos juegos en las plazas. Pero Gordito colocó la tarde del (18-09-1858), en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, y “por primera vez aparece esta manera en el toreo” –dicen algunos tratadistas, lo cual no es cierto-, un par de banderillas en silla. Sin embargo, el  sevillano no lograba realizar su especialidad ante toros de otras castas, como la castellana, de siempre más inciertos en sus acometidas.



            Debemos hacer notar que, semejante y arriesgada novedad, producía un espectacular lucimiento  y le coloca en posición excepcional entre los banderilleros de su tiempo, pues semejante habilidad se le consideraba sin competencia. Igualmente, en la brega, por su inteligencia y soltura, era extraordinario, y poniendo banderillas en todas las formas conocidas resultaba inimitable. En septiembre de 1858, también en Sevilla, toreó en dos corridas en competencia con el Cuco, y la ventaja fue toda de Antonio Carmona, que llegó a dar el quiebro con los pies amarrados. Los elogios que se le tributaban eran desmesurados. 
             En la Plaza de Toros de Madrid,  el (20-06-1861), se lidiaron seis toros de don Vicente Martínez, por Cayetano Sanz y los Panaderos, hermanos –Manuel y José- de Gordito. Éste comenzó sus quiebros en el segundo toro. A poco de su salida colocó un pañuelo en la arena, púsose encima y, dejando llegar a la res, la cambió a cuerpo limpio, sin que la cosa despertase gran entusiasmo. Pero en el quinto toro logró que éste se desbordara, banderilleándole solo y sentado en una silla.  He aquí cómo describe su faena Carmona Jiménez en el citado Boletín de Loterías y Toros:
            «El Gordito, apenas hecha la señal de banderillas, cogió una silla y se fue al toro. Antes de ponerse en suerte y, por consiguiente, de sentarse, le acometió, librándose de él por medio de un pase con la misma silla, que le valió un aplauso. Sentado, en fin, citó al bicho, el que arrancó por el lado contrario al que le citaba el diestro, y tan rápidamente, que le obligó a colocarlas banderillas algo bajas par tener que salir del embroque con mucho brío para no ser cogido. pero que no fue obstáculo a que sonase un estrepitoso palmoteo, porque casi no    es posible explicar cuándo colocó los palos ni por dónde se marchó el diestro. Tan   instantáneo fue el movimiento de arrancar el toro, meter los brazos y levantarse de la silla, de donde apenas se separa. Vuelto a sentarse en ella, dejando colgada la montera al lado derecho de la misma,  que es adonde se inclina para llamar al bicho, y ya más aplomado el toro, fuése acercando paso a paso, arrastrándose en la silla con notable tranquilidad hasta quedar a unas tres varas  del toro; una vez allí le alegró hasta que arrancó a él, y haciendo un cambio y dejando colocado en el morrillo un excelente par de banderillas, se libró del hachazo, que todo le aguantó la silla, rompiéndose en mil pedazos. Frenéticos y entusiastas aplausos resonaron por toda la plaza, y eso que no puede aplaudirse en el momento porque es suerte que aterra.»
            
     

POEMA DE RAFAEL DUYOS A RAFAEL ORTEGA 'GALLITO'


En medio del redondel
cita sentado en la silla
-silla trono de Sevilla-
-¡Sevilla de Rafael'-:
y no hay copla ni pincel
que copie al niño gitano
cuando muleta en la mano
-voz de Serva la Barí-
entona el kikirikí
con gracia de soberano...


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