martes, 31 de octubre de 2017

CARTA ABIERTA DE LA FEDERACIÓN TAURINA DE NAVARRA

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Seguimos Esperando sus disculpas Sr. Vicepresidente del Gobierno Tras un tiempo más que suficiente esperando en vano, remitimos esta carta para exigir una rectificación por parte de la vicepresidencia del Gobierno de Navarra, Manu Ayerdi perteneciente a la formación política, Garoa Bai. No olvidamos las desafortunadas palabras que usó la segunda autoridad de Navarra, calificando a la fiesta taurina de San Fermín como un “maltrato animal”. Manifestamos públicamente que sus disculpas son necesarias y vamos a exponer el por qué. Cualquier cargo del Gobierno Foral puede opinar o sentir cualquier cosa sobre la tauromaquia. Sin embargo, en el ejercicio de la autoridad pública y de la representación de la sociedad, se está obligado a contener la sensibilidad personal sobre los asuntos delicados para la opinión pública. Uno de ellos es la fiesta de los toros. Somos conscientes de que corren muy malos vientos para la gran familia taurina en el día de hoy; y ello es así porque vivimos en un mundo globalizado que desprecia a las tradiciones populares mediante una deshumanización hipócrita. Los que levantan con una mano la bandera del animalismo se engordan con la otra en base a hamburguesas producidas por ganadería intensiva. El contexto en el que se produjeron aquellas declaraciones fue un rifirrafe parlamentario en el que se debatía sobre el descenso de visitantes en San Fermín. Nosotros no entramos en ningún debate político sino que afirmamos que, pese a quien pese, los festejos taurinos siempre van a ser los actos estrella de la ciudad y los que atraigan a la mayoría de visitantes a Pamplona. Los Sanfermines son lo que son merced a nuestro incomparable encierro y a la Feria del Toro, referentes internacionales para la tauromaquia. Nos parece tan grave calificar de “maltrato animal” al corazón de nuestras fiestas de San Fermín, que preferimos entrar en la consideración de que se ha cometido un error. Un error que jamás puede repetirse. Debemos también expresar a todos los ciudadanos, sobre todo a los que no conocen las características propias de las ganaderías de lidia, que es imposible que Pamplona mantenga el encierro sin la existencia de la Feria del Toro. Realizar encierros de toros con las cabeceras de camada del campo bravo es inseparable de sus correspondientes festejos mayores en la plaza. El toro bravo no es sacrificado tras una vida antinatural hacinado en un establo, sino que vive libre y muere libre, combatiendo en el ruedo.
Señores políticos: un miembro del gobierno de Navarra no puede ejercer el activismo antitaurino usando argumentos absurdos y despreciar a la parte de la sociedad que es aficionada a los toros. La Navarra taurina se merece el mismo respeto que se otorga a otros colectivos, mucho más minoritarios que el nuestro. La tauromaquia es un patrimonio cultural. No lo decimos simplemente nosotros sino que así ha quedado regulado normativamente en las más altas instancias jurídicas. En la misma Constitución, el artículo 44 encomienda a los poderes públicos el deber de promover y tutelar el acceso a la cultura. En la reciente ley 18/2013 del 12 de Noviembre para la regulación de la tauromaquia, en su artículo 5 del aparatado 1º, se establece la competencia de la administración general para garantizar su conservación y promoción. Por tanto, actos institucionales contrarios a la tauromaquia pueden ser ilegales y son, indudablemente, irresponsables. Una autoridad foral no puede situarse junto a la caterva de cantamañanas que, cada presanfermín, se desnuda y ensucia el casco viejo. Tenemos muy cerca el ejemplo francés, donde las autoridades gubernamentales han prohibido las manifestaciones antitaurinas cuando coincidan con festejos en las plazas de toros y ello ha supuesto la desaparición de la conflictividad social. Señores políticos: no vayan a la plaza de toros si no son aficionados pero respeten a los que sí lo somos. La plaza de Pamplona está siempre llena de un público que entra pagando una entrada de su bolsillo. Por toda Navarra, los festejos taurinos son un éxito de público aunque no cuenten con las subvenciones que reciben otras minorías. Los aficionados se merecen que los gobernantes cumplan con su obligación de defender a la tauromaquia como cultura que es. Además, deben tener bien claro que la tauromaquia en Navarra nunca va a desaparecer porque está en los genes de los navarros. Señor vicepresidente del Gobierno de Navarra: seguimos esperando sus disculpas. En Nombre de todas las entidades que componen la Federación, su presidente Patxi Garbayo. En Pamplona a 27/10/2017

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