jueves, 31 de julio de 2008

Crónicas de un Pueblo. La Cuadrilla de la Muerte

Salimos de Madrid el Jueves 24 por la tarde Luismi y yo camino de Collado Villalba, a lo Thelma y Louise versión ibérica con ánimo de ver a El Payo, acartelado con un autóctono de por allí que al final se llevó más orejas que ninguno (sólo entre primos y coleguitas llenaban 3/4 del aforo) y con Javier Cortés, a a la postre la más grata sorpresa de la tarde y que se ganó nuestro favor. Vimos novillos de Pablo Mayoral, Dolores Aguirre, Luis Algarra, Peñajara, Conde de la Maza y Carmen Segovia, desiguales de tipo y comportamiento, es lo que tiene una novillada concurso, aunque la tarde fue bastante entretenida.
Sin más demora nos fuimos turisticamente a Segovia, disfrutando del puerto de Navacerrada, de esas 7 revueltas como 7 verónicas, de manos bajas, de embestida embarcada hasta detrás de la cadera. Nos esperaba Juan en su taurina bodega con un revuelto de morcilla y una carrillada vuelta y vuelta de esas que te quitan el sentío. Todo regado con un Luis Cañas que sirvió de preludio a una cálida y sincera tertulia.
Ahí estaba yo, de convidado de piedra, como Dominguín en su confirmación mientras Manolete y Pepe Luis Vázquez se dedicaban quites y lances aquella tarde de 1945. El privilegio es del nuevo, pero la faena es de los maestros.
Café con olor a pinares y pa la piltra, el día siguiente prometía.
25 de Julio, Santiago Apóstol. Nos levantamos pronto, con ganas de hacer bien las cosas, sabiendo que esa jornada iba a quedar en nuestro recuerdo.
Lo primero que vimos fue Los Porretales, extensa finca lindera con el río Cega donde pastan cabezas de distintas ganaderías bajo el auspicio de un tratante que los coloca al mejor postor en los festejos populares de la zona. La primera foto (mejorable de calidad) corresponde a este paraje. No es tanto lo que se ve, es más lo que se siente cuando disfrutas observando ganado bravo en su hábitat, primer sitio donde manda y sabe de su poder.



Seguimos la "rodmuvi" por Turégano, pueblo de gran tradición taurina donde nos invitaron a un Festival al día siguiente al que acudían Juan Mora, Julio Aparicio y Morenito de Aranda entre otros. Al final fuimos Juan y yo; a Luismi ya le habíamos facturado en tren pa Madrid.






Nuestro siguiente objetivo era Carbonero el Mayor, pero antes nos dio tiempo a tomar un pincho en Cantimpalos (sí, el pueblo de los chorizos).
Llegamos a Carbonero a la hora de comer, habíamos reservado mesa y dos piedras calientes para comer buey en el único restaurante de España donde lo que se come lo crían ellos mismos (Arzak dixit). Os puedo asegurar que después de haber visto algunas tertulias taurinas no sé si por la confianza, o por la cercanía o por lo pausado del momento ese día, en esa mesa hubo uno de los momentos más profundos que yo he podido compartir con estos dos. Se habló de encastes, de Belmonte, de José Tomás, de las verónicas elípticas de Morante, del Guerra y su ventajismo......












Rafael, José, Machaquito y El Guerra .....










..... y Joselito con Belmonte, casi

En fin, que acto seguido nos enseñaron los del restaurante la finca donde ceban a estos mansos tan sabrosos, algunos de ellos llegados de ganaderías tan ilustres como la de Victorino o Murteira Grave, todo esto con la propina de una clase gratis de capas y pelaje.



Ya era hora de acercar a Luismi a Segovia para que volviera a la capi, nadie quería terminar el día pero sonaron dos avisos y tuvimos que terminar la faena.
Antes nos dio tiempo de visitar la iglesia de Vera Cruz, a la entrada de Segovia (Luismi dice que es templaria, Juan y yo creemos que no). Ya se encargó el Barral de entrar y hacer la visita del médico, yo por si acaso me esperé en el patio de cuadrillas para hacerme la foto con él. Y de ahí para la estación de trenes. De regalo foto del Alcázar de Segovia.




Una vez leído esto, entero, soy consciente de lo almibarado que ha quedao, ñoño inclusive.

Pero creo que debe ser así, es que yo quiero que sea así. Quiero quedarme con esos pellizcos que hacen que sigamos viendo toros, que hacen que sigamos quedando como rinconeros, no siempre tiene que ser en la plaza, ni en Feria, ni en los bares de al lado de Las Ventas.
Queríamos compartir esto con vosotros, y si sirve para que nos animemos a más de estas pues mejor que mejor.

Ojalá hubieseis podido estar, al menos 5 minutos, y daros cuenta (como creo que me di yo) de lo que uno puede aprender sin saber los otros todo lo que están transmitiendo.

Espero por el bien del Rincón, por el bien de la Fiesta, por mi propio bien, que momentos como estos se multipliquen y podamos respirarlos cuantos más mejor.


Un abrazo pa tós.