viernes, 19 de diciembre de 2008

HOMENAJE ANTONIO ORDOÑEZ

XX ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANTONIO ORDOÑEZ

Artículo publicado en Tribuna de Salamanca el 23/12/98.POR ALFONSO NAVALON.

Dos mujeres de bandera

Serían las nueve de la mañana del mismísimo día de San Fermín y corría el año de gracia de 1964, cuando nuestro invicto caudillo, dejaba parte del poder conferido por la gracia de Dios, en las santas manos del Opus Dei, partido político, dedicado piadosamente a la multiplicación de sus bienes terrenales, como actividad principal dentro de sus destinos religiosos. Acababa de terminar el encierro y ya habíamos dado cuenta de las magras con tomate del almuerzo con los pastores de la Casa de la Misericordia de Pamplona. Aquel año estaba retirado Antonio Ordóñez y veníamos de torear el festival de Medina de Rioseco , donde con ese afán de conocerlo todo, salí de banderillero con el rondeño.

Parábamos en el viejo hotel Yoldi y como era la primera vez que iba a los Sanfermines, Antonio puso especial interés en enseñarme todos los secretos de las fiestas. Y a punto estuve de pasarlas enteras en el hospital porque un toro del Conde de la Corte me tiró una cornada con tanto temple que metió el pitón por el bolsillo del pantalón y se desparramaron por el ruedo los escasos caudales que llevaba. Fue un milagro. Ni un rasguño y los mozos me devolvieron hasta la última peseta rubia. Ordóñez hablaba mucho del baile de la alpargata del Casino, donde se reunían las chicas de la alta sociedad. Estábamos esperando en la terraza del hotel La Perla, donde vivía "Heminguay" y nos quedamos dormidos sobre la mesa al frescor de la plaza del Castillo.

Caer profundamente dormido entre tanto barullo es otro de los milagros de San Fermín. Abrí los ojos y en la mesa de al lado había dos mujeres de impresionante trapío. Una morena, completamente vestida de blanco y una rubia, esplendorosa vestida de negro.
Así que cometí la irreverencia de despertar al maestro: ¡Antonio, sin sortear! La que tú no quieras me la quedo yo. Y se puso a filosofar: "Mejor tratarlas un poco y ya nos iremos acoplando, que hay mucho tiempo por delante". El torero se las quedó mirando y dijo que sí; que nos íbamos a llevar la mejor de la feria. Luego me dio otra lección de templanza:
No les digas nada ahora, que ellas ya se han dado cuenta y dentro de un poco entrarán solitas . Estas mujeres tan guapas están acostumbradas a que se les vengan los hombres como moscas y no conviene impacientarse. Así que las llevamos al baile de la alpargata y quedamos a la hora de la corrida para luego ir a cenar juntos. Las dos italianas se lo pasaron en grande viendo los toros; luego nos fuimos a bailar con las peñas y a cenar fuera de Pamplona a un caserío junto a uno de esos ríos de cristal que bajan del Pirineo.

Comimos pochas, cangrejos y truchas pescadas esa misma mañana. Y nos plantamos de limpio en el Club de Tenis más encelados que un galgo detrás de una liebre. Bailamos lo suelto, las joticas y el twist que entonces hacía furor y cuando la orquesta empezó con los boleros nos fuimos al cuerpo a cuerpo cuando tocaban aquello de 'por el camino verde que va a la ermita'. Pero aquello empezaba a mosquearme. No habíamos logrado separarlas, y ahora la rubia no me daba facilidades para juntar la carita . Ni se ponía mimosa, y cuando traté de apartarla disimuladamente hacia los jardines que hay detrás de la piscina, no hubo manera. Siempre tenía que estar cerca de la morena y mientras bailábamos las veía mirarse, reírse y hablar entre ellas.



así que me entró un mosqueo que no es para contarlo. Maestro, creo que no nos hemos llevado las más guapas, ¡nos han tocado las dos tortilleras de la feria! Ordóñez estaba llevando la lidia sin ningún entusiasmo y de pronto se echó a reír estrepitosamente: Ya me di cuenta cuando estábamos cenando las truchas, pero como te veía tan entusiasmado, ¡no quería quitarte la ilusión !. Han pasado ya treinta y tres años desde entonces. Antonio y yo estuvimos muchos años sin hablarnos. Luego hicimos las paces y una tarde cuando toreaba su nieto coincidimos en el callejón de la plaza de Cáceres y nos pusimos en el mismo burladero a comentar la corrida. De pronto, el rondeño se echó a reír con mucha guasa: ¿Te acuerdas de las dos bolleras que nos putearon en Pamplona? .

Musica:Romance de Antomio Ordoñez en la Feria de Sevilla(Tangos).Al cante Paco del Pozo




XX ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANTONIO ORDOÑEZ

Antonio Ordóñez

(Ronda, 1932 - Sevilla, 1998)

Tercer hijo de una de las saga de toreros más importantes, su padre fue Cayetano Ordóñez, más conocido como "El Niño de la Palma", Fue a la escuela de las Esclavas de Ronda, donde acreditó buenas cualidades para el fútbol. Pero su padre le tenía fe como torero y en Sevilla le llevaba el carretón hasta la Venta de Abao, donde se hizo becerrista. Su carrera como novillero-prodigio la hizo al lado y casi a la sombra de uno de los grandes de su generación: Manolo Vázquez, el pequeño de otra dinastía taurina en la que destacó el elegantísimo Pepe Luis. Pero Antonio Ordóñez no tenía rival cuando le echaba ganas.
Vistió por primera vez de luces cuando tenía 16 años, en 1948. Un año después se convierte en un novillero de gran proyección y actúa en las principales plazas, entre ellas la de Madrid. El 28 de junio de 1951 tomó la alternativa en Madrid junto a la pareja de moda: Julio Aparicio y Miguel Báez Litri. Poco después, en la temporada de 1952, se coloca en la cabeza del escalafón, con 74 corridas.


Pronto ganó popularidad por su dominio del toro y su lidia sobria, serena y clásica, propia de un destacado seguidor de la «escuela rondeña».

Desde el día en que tomó la alternativa, Ordóñez ocupó en el juicio de críticos y aficionados un lugar destacadísimo, que nunca abandonaría en sus casi 20 años de matador de toros, tanto arte y tanto valor juntos ni sería capaz de expresar ambos con su entera y proverbial naturalidad.

Fue, sin embargo, un torero castigadísimo por los toros, con un saldo de más de una cogida seria por temporada y con graves lesiones en las articulaciones, que dificultaron su movilidad en el ruedo. Su rivalidad con Luis Miguel Dominguín, acentuada por los reportajes que el premio Nobel Ernest Hemingway publicó en la revista estadounidense Life, se resume en diez mano a mano celebradas entre el 17 de junio en Zaragoza y el 21 de agosto de 1959, en Bilbao. Para la historia, Ordóñez fue el triunfador de aquel "verano sangriento", en palabras de Hemingway.

Más valorado con el capote que con la muleta, se dijo de él que no hubo otro igual en el toreo a la verónica, muy amplia de capote y profunda en el lance, hasta el punto de estar considerada por los entendidos como una de las cimas del toreo y ser recordada con nostalgia. Destacó también como matador, recibiendo muchos toros a lo largo de su vida, y encontrando, en el último tramo de su actividad, una estocada de recurso, y efectos fulminantes, caída en un rincón llamado desde entonces "el rincón de Ordóñez".

Siempre se llevó mal con la izquierda, en los toros y en la política, y como con la izquierda se mata, no fue gran matador. Adquirió el vicio o la ventaja de citar a recibir y dejar una estocada baja en lo que Cañabete llamó «el rincón de Ordóñez».


Pero en el volapié se notaba más la fechoría y la gente aprendió a silbarlo. Se le perdonaba el paso atrás en las verónicas, cuando lo daba, y su desconfianza con la zurda, por lo bien que componía la figura, sin forzar la suerte ni perder cierto aroma, cierto estilo indefinible y como añejo de andarles a los toros que suele llamarse Escuela Rondeña.

Diferentes comentarios y opiniones del planeta de los toros.

  • "El Maestro de verdad, el espejo en el que mirarse". Jose Mari Manzanares ( padre )
  • "Empaque, clase, gusto, aroma a hierbabuena, duende, arte…". R. Corbelle
  • "Un ser excepcional". Humberto Parra
  • "La pureza: valor, arte y buen gusto". Joselito
  • "Sólo el nombre Antonio Ordóñez ya era bonito". Roberto Domínguez.
  • "Ordóñez hacía lo que es el toreo". Julio Aparicio
  • "Antonio Ordóñez era el ejemplo". Espartaco
  • "Un prodigio del toreo". Pacorro
  • "Torero de toreros, torero completo". Sebastian Castella
  • "Torero de valor y torero de arte". Litri
    "El mejor torero de todos los tiempos". Diodoro Canorea
  • "Uno de los principales toreros del siglo". Álvaro Domecq
  • "Maravilla del toreo". Diego Puerta
  • "Parecía un torero de otro mundo". Andrés Vázquez
  • "De los toreros que más me ha gustado ver torear". Jaime Ostos

Musica:Alegrías de Antonio Ordóñez.Al cante Paco del Pozo