lunes, 26 de enero de 2009

CERET












¡¡¡Que alegría!!!
Cada vez queda menos para ir a Francia (Ceret). Que buenos momentos hemos pasado y los que pasaremos.
Miar lo que nos mandan

SUERTE DE VARAS

SUERTE DE VARAS

El presidente saca el pañuelo y ordena la salida de los picadores. A uno le corresponde ejecutar la suerte de varas. Se colocara en contraquerencia, (parte opuesta a chiqueros) y el otro compañero cubrirá la salida “haciendo puerta” (se situará en la parte opuesta del redondel).

Esta suerte, como eje principal de la lidia, trata de ahormar, adecuar y mejorar el comportamiento del toro, durante el resto de los tercios; quebrando su fortaleza y pujanza naturales para atemperarlo, corrigiendo los defectos de la cabeza y obligándole a humillar la testuz. Por otra parte, es la prueba fundamental con la que se mide su bravura.

En la mayoría de los toros hoy lidiados los picadores pican trasero. Sólo por equivocación en el centro del morrillo.

La suerte de varas se va perdiendo, en su forma y en su fondo. Pocas veces, vemos la segunda o la tercera vara, donde se muestra el poder y la bravura del toro. Hoy en día prácticamente solo vemos simulacros, puyazos traseros. Para faenas interminables a toritos inválidos, disminuyendo el riesgo y como no “la emoción”.

Uno de los momentos más bellos y espectaculares, de una corrida de toros, es observar arrancarse a galope a un toro bravo (muy infrecuente) y ver como el del Castoreño-el privilegiado del toreo actual-, ejecuta correctamente la suerte.


Ahora no colocan los matadores en su sitio al toro, falto de casta e invalido. Una suma de despropósitos, que hacen peligrar esta suerte tan bella, siendo el problema mas grave de la fiesta en la actualidad –caballo, peto, puya, picador - .Es el cáncer de la fiesta.
Tiene que haber una reforma, pronto.

GERARDO DIEGO


SUERTE DE VARAS

Cruje el rey sus soberanos
huesos. Qué poderío.
Y el caballo alza sus manos
como tañendo el vacío.
Un minuto dura, eterno,
el alto pujar del cuerno
contra el pulso que se afianza.
Ni uno de los dos cediera
si el maestro no tendiera
la larga de la esperanza.


MUSICA-Diego Clavel- LETRA-Gerado Diego