miércoles, 23 de mayo de 2012

I Jornadas taurinas de Roa de Duero, "Toros y vino" así



Murieron con las orejas puestas


Se mascullaba en la grada por la memoria de aquel Alcurrucén  con el que Julito Aparicio ascendió hasta esa cota, altísima, desde la que lleva despeñándose unos cuantos años. Se ha mentado aquel 6-J de 2008, el día de la resaca de la enésima venida del Salvador de Galapagar, cuando El Cid debió –cual Thor con su martillo- enarbolar su zocata en lo alto del escalafón para así dejar claro quién carajo era el gallo del corral, y mira tú por dónde apareció de matute Perera y se convirtió para nosotros en el clavo ardiendo que metería bulla, más si cabe, en la têtê de la course de los matadores en ese momento.
Se han oído cuchicheos entre dientes también de ese Fandiño que con su arrojo vizcaíno y su aiválaostia insistente consiguió hacer de Las Ventas su Hamelin y seguirle cada vez que sonaba la flauta.

Hoy los de Núñez se han ido con las pelúas puestas, cuando primero, tercero y cuarto (como mínimo) han sido propicios para salir en volandas a hombros de capitalistas Alcalá para arriba.
El Cid, que es como nuestro particular soldado Ryan al que todos buscamos y nadie encuentra, ha sumado un sello más a esa cartilla de racionamiento a la que ya nos ha mal acostumbrado (la oreja del año pasado fue fraternal, como la propina de los Domingos de un padrino). Ha tenido dos toros de triunfo, confortables para el toreo y propicios para el tercio de muleta, bonancibles, francos, sin un reproche que echarles, sobre todo en su segundo, “Fiscal” llamado, que según los auditores de Standard & Poor´s que habitan en los mentideros era de rating Triple A, o sea, el toro de la Feria. Le ha faltado a la corrida en general, y a esto burel en particular, parte del tercio de varas que se ha recetado por exceso en anteriores corridas. Cruditos y sin ahormar defectos se han presentado los morlacos a la muleta, síntomas que se han enfatizado en este segundo de Manuel Jesús, que tras dos buenas tandas con la derecha y al cambiarse de mano no ha sido capaz de acoplarse con este “Fiscal” y ejercer el mando que ya había atesorado hasta ese instante.
Pedirle a Miguel Ángel Perera que sea escueto y práctico en sus faenas es como ir al Burger King y pedir una ensalada. Mucho nos tememos que después de la encerrona en ese Otoño venteño de hace ya tres años, con esas cornadas a pares que para más inri se complicaron durante ese mismo Invierno, Perera no volverá ni a tener la confianza que sólo la plenitud física te otorga ni a combinar ese gusto por el toreo que sí posee con las correctas lecturas de los terrenos y de las faenas a realizar. De hoy recordaremos el incalculable tesón que ha derrochado con el que hacía quinto, manso de Cossío, porque ir más allá es ponerse a cavilar y eso nos llevaría a hablar de arrimón y faena para la galería.
Cuando entras en todos los quites, cuando pruebas a hacer tus faenas en distintos terrenos según la demanda, cuando te tiras a matar como el niño que hace bomba en la piscina, es entonces cuando creemos que ese guiño de honradez sirve de salvoconducto para irse de la plaza de Madrid con barbilla altiva. Sin llegar a ser un esteta con los trastos –que lo bueno es que él no lo pretende- este Fandiño te engancha para que antes de terminar ya le eches de menos, de que llegue la próxima visita suya. A este chico nada podemos reprocharle hoy, a sabiendas de sus cositas a mejorar y de que por estos predios le hemos visto más atinado en pasadas ocasiones.

Entretenida y solaz la tarde de hoy, así como el rato de después de los toros con nuestros amigos David El Toro de la Jota, Pedro Dominguillos y Josemi de Zaragoza, que, como los de Alcurrucén, también se han ido sin mucho castigo pero han dado juego mientras han durado las fuerzas. A lo mejor por eso nos ha parecido amena la tarde.