lunes, 4 de octubre de 2010

"CHINCHÓN"


La Plaza Mayor del municipio, reconocida como Conjunto Histórico-Artístico, es escenario de lujo para la fiesta de los toros, con su trazado irregular, las balconadas, soportales y la estructura desmontable.
El modelo de plaza de toros que siguió la Villa de Chinchón, fue el tradicional de la Edad Media, adaptando el espacio de la Plaza Mayor. En este momento inicial se configuraba de forma rectangular.
En 1738 se celebraron dos célebres corridas de toros, en la toma de posesión del infante Felipe de Borbón, hijo de Felipe V como Conde de Chinchón. En esta época la plaza ya tenía una configuración parecida a la actual.
Con el tiempo los ángulos se achataron y creció en tamaño, manteniéndose hasta 1880, año en que "Frascuelo" regala el famoso tabloncillo que parece que procedía de la antigua Plaza de Toros de Madrid.
Con esta medida se eleva la categoría de la plaza, presenciando las corridas desde las balconadas, carros y debajo del tabloncillo, costumbre tradicional en Chinchón hasta que en 1968 se reforma la plaza adoptando el diseño actual, en cuanto a tamaño y ubicación de los tendidos. Los corrales han ocupado siempre los bajos e la casa consistorial.



«Los únicos que pueden acabar con la Fiesta son los toreros y los ganaderos, lo demás es política»

Andrés Vázquez ,ex matador de toros descubre un azulejo que le recordará en la plaza de Madrid
Maestro que ha salido doce veces a hombros de la plaza de Las Ventas
«Los toros tienen que salir a la plaza como los han parido»
Humilde y dispuesto, no dejó el gran torero zamorano de agradecer a nadie su presencia en el acto, ni de dedicarle unos minutos a todo aquel que se acercaba a felicitarle. Alto y claro expuso su opinión sobre la Fiesta, y sobre los compañeros que hoy le han tomado el relevo en los ruedos.
—¿Cómo se siente tras este reconocimiento multitudinario en la capital de España?
—Estoy encantado. Recuerdo que todo el mundo me preguntaba que por qué toreaba tanto en Madrid, que allí chillaban mucho, pero yo me divertía siempre, y lograba callar esas voces haciendo lo que sabía hacer en la plaza.
—Sin embargo, la plaza madrileña de «Las Ventas» no es un coso muy querido por muchos matadores.
—Por eso mismo, porque es un público muy exigente, y además que nadie puede engañar, ni uno de Villalpando que pilló picardías por las capeas. A la afición de la plaza de «Las Ventas» no se le puede contentar con cualquier cosa. Exige calidad, respeto y buenas faenas. Y ese es el motivo de que a algunos no les guste torear en ella.
Lo ha dicho bien claro y para todo el que le quisiera escuchar. «Los toros tienen que salir a la plaza como han sido paridos, lo demás es denigrar el toreo». ¿Considera que se encuentra ya en una posición privilegiada para decir lo que piensa y no lo que esperan que diga?
—Desde luego, tengo 78 años, un bocadillo en Villalpando y no tengo que contentar a nadie. Lo que digo lo digo bien alto y bien claro. Lo mismo para las autoridades que para los toreros, el toro ha de salir íntegro a la plaza, y desde luego el que se pique, ajos come. Los que están dentro, los toreros y los ganaderos, son los únicos que pueden acabar con la Fiesta nacional y los que la pueden echar a perder, porque los demás que se oponen lo hacen por pura política.
—¿Le augura un largo futuro a la Fiesta?
—Hombre y tanto. Mientras quede un español habrá fiesta de los toros, eso lo aseguro yo sin ninguna duda.
—A pesar de los triunfos conseguidos durante su carrera, siempre ha mantenido los pies en la tierra. Pero este homenaje ya ha asegurado que no lo va a olvidar en la vida.
—Desde luego que no lo olvidaré nunca. Ha sido muy emotivo, recordando anécdotas, historias, e incluso han dicho muchas cosas buenas de las que yo ni me acordaba ya, y que no se si merezco.
Volverá a Villalpando con una amplia sonrisa recordando este día.
—Me iré a mi pueblo, donde tengo mi casa y donde practico todo lo que puedo toreo de salón en el polideportivo. Una vida normal, tranquila y sí, recordando este homenaje y a toda la gente con la que he compartido mi vida y mi profesión.

   
laopiniondezamora.es

NI TOROS NI TOREROS