martes, 30 de diciembre de 2008

JOSE ESCOLAR


Visita a la finca de Jose Escolar con los amigos maños de "La Cabaña Brava".La preciosa finca llamada 'Monte Valdetiétar' de la localidad de Lanzahíta en Ávila, se encuentra la ganadería de Don José Escolar Gil, que luce divisa blanca y roja, con señal de oreja horquilla en ambas.

La formaron en 1940 los hermanos Olano con hembras de Cruz y vacas y un semental de Samuel Flores, pasando sucesivamente por don José Lorenzo García, Hijos de don Lisardo Sánchez que anunciaron Encinasola, señora viuda de Chaves, don José Domecq de la Riva y don Felino Fernández que la formó con reses de don Victorino Martín, adquiridas a los señores Fernández Durán y Vergara González. En 1981 fue adquirida por don José Escolar Gil que conserva únicamente las reses procedentes de don Victorino Martín.
Procedencia Marqués de Albaserrada..Los mal llamados ,vitorinos pobres.
Para este año tiene 6 corridas de toros y 2 novilladas picadas componen la camada 2009 de una de las ganaderias triunfadoras del año 2008.
MUSICA-Agujetas-En Graná murio Valero.(Bulerias).

lunes, 22 de diciembre de 2008

domingo, 21 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD





LOS COMPONENTES DE ESTE BLOG,OS DESEAMOS
FELICES FIESTAS
UN FELIZ 2009
LLENO DE EXCELENTES FAENAS Y TOROS BRAVOS.
SALUD Y SUERTE

sábado, 20 de diciembre de 2008

HOMENAJE RAFAEL ORTEGA

HOMENAJE AL MAESTRO RAFAEL ORTEGA
Rafael Ortega Domínguez ”El tesoro de la Isla”. (Isla de San Fernando, Cádiz, 1921 - Cádiz, 1997) XXI aniversario de su muerte,este sencillo homenaje con el que pretendo recordar a todos la figura del gran matador de toros que cosechó numerosas tardes de éxitos.Aqui un extracto de su obra.



Por Rafael Ortega.EL TOREO PURO

A mí siempre me ha gustado el toreo rondeño, el toreo puro que han hecho, por ejemplo, Ordóñez y Antoñete, sin menospreciar el toreo sevillano cuando también se hace con pureza: dentro del corte de toreo sevillano me han gustado mucho en mis comienzos Pepe Luis Vázquez, Pepín Martín Vázquez, con el que toreé un par de corridas, y Manolo González, mi padrino de alternativa; también he visto torear muy bien a Manolo Vázquez. Con otro estilo, sentí gran admiración por Manolete, que a su manera hacía un toreo puro y estoqueaba muy bien. Manolete era un torero que no sabía correr cuando tenía que hacerlo.

Luego tuve la suerte de conocer a Domingo Ortega. No sólo le vi bastante, también toreé mucho con él cuando reapareció en 1953, y me fijé en su toreo todo lo que pude, pero no para imitarlo, porque somos toreros muy distintos: yo he toreado siempre mejor con la mano izquierda que con la derecha y muy parado, y Domingo ha sido uno de los toreros, de entre los que yo he visto, que mejor ha toreado con la mano derecha y que mejor les ha andado a los toros. Reapareció, como digo, conmigo, y me acuerdo de una vez que toreamos en Almería y nos sacaron a los dos a hombros. Y cuándo íbamos por las calles, él me decía:

- Rafael, qué vergüenza, qué vergüenza, yo con este pelo tan blanco…

Y yo le contestaba:
- Qué sinverguenzón que eres, con lo que vas gozando y aún te lamentas.

Y la gente decía:
- Maestro, usted ha estado muy bien, pero su sobrino ha estado mejor.

Pues creían que yo era el sobrino de Domingo, por el pelo y la diferencia de edad.

Pero a lo que iba. Para mí, claro que existen la escuela rondeña y la sevíllana. El toreo puro me lo definió muy bien Domingo Dominguín, padre, que fue apoderado mío:

- Es como cuando llega un señor y le saludas:

“¿Cómo está usted? Muy bien, gracias. Vaya usted con Dios”.

Esto es: citar, parar y mandar. Se le echa al toro el capote o la muleta para adelante, y es el cite. Luego, usted para al toro. Y luego, usted lo manda, lo lleva y lo despide. Yo sé que en la tauromaquia de Belmonte se dice: parar, templar y mandar, y también sé que Domingo Ortega añadió: parar, templar, cargar y mandar, que es lo que da mayor pureza al toreo. Pero para mí es importante algo previo, citar, o sea, echarle la muleta al trapo para adelante al toro. Llamarlo con la muleta quieta no es citar. También es malo llamarlo con el zapatillazo. El torero que lo da no es bueno torero porque eso es robar el pase, es la muleta la que tiene que adelantarse y citar. Así que lo que yo veo. Para hacer el toreo puro, es esta continuidad: citar, parar templar y mandar, y a ser posible cargando la suerte.

El toreo de adorno es otra cosa: las chicuelitas, dejar pasar al toro con los pies juntos, el kirikikí, las cositas esas que son bonitas –qué duda cabe- y que también tienen mérito, porque todo lo que se le haga al toro con gracia y “con ese cuerpo” es plausible; pero yo no siento ese toreo. El toreo, lo mismo que en el cante, que en todo lo que hagas, que en todas las profesiones artísticas, es sentimiento: el que lo ejecuta tiene que sentir lo que hace, para poderlo transmitir, si lo hace sin sentimiento, no transmite, y para lograrlo es muy importante que el torero se enfrente a cada toro con frescura, improvisando lo que el toro le pida, porque el toreo no se puede traer hecho de casa. Naturalmente, yo me he adornado con justeza y creo que “he estado bonito” al rematar una serie de pases con un afarolado, con un molinete o un cambio de mano y al salir de la cara del toro con aire de torero, esto es, improvisando de acuerdo con el sentimiento del momento, pero no con esas reolinas que hoy vemos. Tampoco “me he sentido” dando chicuelitas, y sólo acudía a ellas algunas veces por recurso. La chicuelita es bonita, es preciosa, pero no tiene la grandeza del toreo puro aparte de que le pegas al toro un cambio. Igual me pasa con el toreo a pies juntos: ni mi cuerpo va con eso, ni lo siento, porque no se carga la suerte. Por el contrario, sí “he sentido” el echarme el capote a la espalda, que ahora no lo hace nadie; éste es un toreo también muy puro, porque yo me echaba el capote a la espalda, citaba, echaba la pierna para adelante y cargaba la suerte, así que era un toreo de más exposición, pues tiraba del toro con medio capote como si estuviera toreando con la muleta.

Pero el toreo de capa fundamental se hace a la verónica. Lo primero es escoger el capote que le va a uno, pues hay tres tallas: el capote pequeño, que es para el niño, el mediano y el grande. Yo he toreado siempre con el mediano, porque, como bajaba mucho las manos, el capote grande los toros me lo pisaban y me lo quitaban. La verónica pura, la que rompe y domina al toro es la que se da con las manos bajas, cargando la suerte y ganándole terreno al toro. El toro tiene más fuerza que tú, y si no comienzas a dominarlo con el capote, como digo, se te impone y el torero va a la deriva. Por eso mi tío El Cuco me decía siempre:

- Nunca le levantes la mano ni al toro ni al hombre.

Porque si se la levantas al hombre, y éste es un tío, será para pegarle, no sólo para levantársela, digo yo, pues en otro caso verás lo que te pasa; y con el toro es igual: el toro hay que bajarle siempre la mano, y hay que empezar a hacerlo con el capote, porque para mandarle al toro éste tiene que humillar. Así que a los toros yo procuraba ligarles la verónica honda, con el capote recogido, cargando la suerte y arrastrándolo, para que el toro humillara… Esto tanto de salida como en los quites, que casi siempre hacía también a la verónica para continuar dominando al animal, y cerrando siempre con la media, pues si la das bien y te vas con aire por el costillar del toro no cabe duda de que así también lo quebrantas y lo dominas. A veces también me ha gustado adelantarle mucho el capote a un toro que está, después del puyazo, un poquito parado; le echaba un poco de teatro, le adelantaba el capote y le daba así la verónica. Pero si el toro se viene pronto ya que darle el lance justo, citándolo, parándolo y ganándole terreno allí donde más convenga para dominarlo, pues la regla de oro del toreo es saber cuál es el terreno más favorable para hacerlo. Me acuerdo de que hace poco estábamos viendo una corrida juntos Enrique Martín Arranz y yo, y le dije al torero que estaba toreando en ese momento:

- Cambia al toro de sitio.

Y Enrique me dijo a su vez:

- ¿Por qué le dice usted eso, maestro?
- Pues porque en ese sitio manda el toro.

Al cambiarle los terrenos, el toro cambió a su vez a bueno, y ya se le pudo torear. Al toro hay que llevarlo siempre adonde tú creas que vas a poder con él. Aunque hay algunos que no, y cualquier terreno es bueno para torearlos, caso todos los toros tienen querencias y el ochenta por ciento la tienen al sitio por el que han salido, a los chiqueros, que es donde resultan más peligrosos.

Yo he toreado bien de capa a muchos toros, sin ir más lejos la tarde aquélla de Almería que antes decía, con Domingo Ortega. Pero lo más sonado fue cómo recibí a un toro de Samuel Flores, en Barcelona, en 1954, que en las crónicas lo llamaron El carro de la carne. Era un toro grandísimo, muy gordo, muy bien hecho el toro. De salida se arrancó el burladero que hay a la izquierda y se lo echó al lomo; y allá fui yo y le pegué desde el tercio doce o catorce lances, ganándole terreno hasta la boca de riego, porque el toro embistió muy fuerte. Me tocó la música y tuve que dar la vuelta al ruedo antes de que salieran los picadores. Y ahí es donde yo digo eso de “romperse los toros”. A éste sólo le pegaron después un puyazo, y ya no embistió a la muleta. Lo toreé demasiado con la capa, lo había dominado con la capa y casi podía haberle entrado a matar tras la media verónica de cierre.

Con la muleta hay pocos pases clásicos y puros, pero los verdaderamente fundamentales son los que pide cada toro. Hay toros que quedan más picados que otros, que tienen más fuerza, que tienen más brusquedad, y entonces hay que reducirlos con la muleta. Desde luego, lo primero que tiene que hacer el torero es procurar no cortarle el viaje al toro con la muleta. Como ya lo he dicho antes, el torero tiene que dominar siempre al toro, pero llevándolo largo; el torero que se va a la oreja del toro, para castigarlo, no torea. La embestida ha de llevarse lo más larga que se pueda, pero con naturalidad, sin las reolinas dándole vueltas al toro. Dar los pases totalmente en redondo, eso no es el toreo; eso les gusta hoy a los públicos, pero a mí no. El pase debe darse, cuanto más largo, mejor, pero con cite y con remate, y quedándose uno colocado para ligar el siguiente. El toro tiene que venir humillado, metido en la panza de la muleta y con la suerte cargada. La mayor parte de los toreros lo que hacen es descargar: tú citas por un lado o por el otro y, en vez de echar para adelante la pierna contraria, lo que haces es echar la otra para atrás; y eso no es cargar, es descargar. El torero bueno es aquél en que cargas las suerte y apoyas el peso sobre la pierna contraria; y la última parte del pase ha de permitir que el toro te deje colocarte de nuevo modificar el terreno, pues lo más clásico lo más puro es que, en la faena, cuanto menos andas, mejor. No me refiero a “andarles a los toros”, como lo hacía Domingo Ortega, sino a eso de dar un pase aquí y otro allá y recorrer toda la plaza para pegarle veinte muletazos sueltos y desligados al toro: eso no es.





- Antonio Ordóñez: “Rafael Ortega es el que mejor ha toreado de todos nosotros”.
-Joaquín Vidal: “El diestro más completo del último medio siglo. Un auténtico torero de época, éso fue Rafael Ortega”.
-Alfonso Navalón: “El torero más clásico y profundo que conocí”.
-Antonio Chenel: "¿Rafael Ortega?: el mejor. El más puro con el capote, muleta y espada, aunque con la espada era único. Ya es hora de que se diga claro y alto”
El torero que más me ha impresionado ha sido Manolete y el que más me ha gustado, Rafael Ortega, a quien considero además el torero más completo y el que ha toreado con mayor pureza"
Antonio Chenel "Antoñete" (1985)
MUSICA:Mis caramelos.Al cante,El Negro



viernes, 19 de diciembre de 2008

HOMENAJE ANTONIO ORDOÑEZ

XX ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANTONIO ORDOÑEZ

Artículo publicado en Tribuna de Salamanca el 23/12/98.POR ALFONSO NAVALON.

Dos mujeres de bandera

Serían las nueve de la mañana del mismísimo día de San Fermín y corría el año de gracia de 1964, cuando nuestro invicto caudillo, dejaba parte del poder conferido por la gracia de Dios, en las santas manos del Opus Dei, partido político, dedicado piadosamente a la multiplicación de sus bienes terrenales, como actividad principal dentro de sus destinos religiosos. Acababa de terminar el encierro y ya habíamos dado cuenta de las magras con tomate del almuerzo con los pastores de la Casa de la Misericordia de Pamplona. Aquel año estaba retirado Antonio Ordóñez y veníamos de torear el festival de Medina de Rioseco , donde con ese afán de conocerlo todo, salí de banderillero con el rondeño.

Parábamos en el viejo hotel Yoldi y como era la primera vez que iba a los Sanfermines, Antonio puso especial interés en enseñarme todos los secretos de las fiestas. Y a punto estuve de pasarlas enteras en el hospital porque un toro del Conde de la Corte me tiró una cornada con tanto temple que metió el pitón por el bolsillo del pantalón y se desparramaron por el ruedo los escasos caudales que llevaba. Fue un milagro. Ni un rasguño y los mozos me devolvieron hasta la última peseta rubia. Ordóñez hablaba mucho del baile de la alpargata del Casino, donde se reunían las chicas de la alta sociedad. Estábamos esperando en la terraza del hotel La Perla, donde vivía "Heminguay" y nos quedamos dormidos sobre la mesa al frescor de la plaza del Castillo.

Caer profundamente dormido entre tanto barullo es otro de los milagros de San Fermín. Abrí los ojos y en la mesa de al lado había dos mujeres de impresionante trapío. Una morena, completamente vestida de blanco y una rubia, esplendorosa vestida de negro.
Así que cometí la irreverencia de despertar al maestro: ¡Antonio, sin sortear! La que tú no quieras me la quedo yo. Y se puso a filosofar: "Mejor tratarlas un poco y ya nos iremos acoplando, que hay mucho tiempo por delante". El torero se las quedó mirando y dijo que sí; que nos íbamos a llevar la mejor de la feria. Luego me dio otra lección de templanza:
No les digas nada ahora, que ellas ya se han dado cuenta y dentro de un poco entrarán solitas . Estas mujeres tan guapas están acostumbradas a que se les vengan los hombres como moscas y no conviene impacientarse. Así que las llevamos al baile de la alpargata y quedamos a la hora de la corrida para luego ir a cenar juntos. Las dos italianas se lo pasaron en grande viendo los toros; luego nos fuimos a bailar con las peñas y a cenar fuera de Pamplona a un caserío junto a uno de esos ríos de cristal que bajan del Pirineo.

Comimos pochas, cangrejos y truchas pescadas esa misma mañana. Y nos plantamos de limpio en el Club de Tenis más encelados que un galgo detrás de una liebre. Bailamos lo suelto, las joticas y el twist que entonces hacía furor y cuando la orquesta empezó con los boleros nos fuimos al cuerpo a cuerpo cuando tocaban aquello de 'por el camino verde que va a la ermita'. Pero aquello empezaba a mosquearme. No habíamos logrado separarlas, y ahora la rubia no me daba facilidades para juntar la carita . Ni se ponía mimosa, y cuando traté de apartarla disimuladamente hacia los jardines que hay detrás de la piscina, no hubo manera. Siempre tenía que estar cerca de la morena y mientras bailábamos las veía mirarse, reírse y hablar entre ellas.



así que me entró un mosqueo que no es para contarlo. Maestro, creo que no nos hemos llevado las más guapas, ¡nos han tocado las dos tortilleras de la feria! Ordóñez estaba llevando la lidia sin ningún entusiasmo y de pronto se echó a reír estrepitosamente: Ya me di cuenta cuando estábamos cenando las truchas, pero como te veía tan entusiasmado, ¡no quería quitarte la ilusión !. Han pasado ya treinta y tres años desde entonces. Antonio y yo estuvimos muchos años sin hablarnos. Luego hicimos las paces y una tarde cuando toreaba su nieto coincidimos en el callejón de la plaza de Cáceres y nos pusimos en el mismo burladero a comentar la corrida. De pronto, el rondeño se echó a reír con mucha guasa: ¿Te acuerdas de las dos bolleras que nos putearon en Pamplona? .

Musica:Romance de Antomio Ordoñez en la Feria de Sevilla(Tangos).Al cante Paco del Pozo




XX ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ANTONIO ORDOÑEZ

Antonio Ordóñez

(Ronda, 1932 - Sevilla, 1998)

Tercer hijo de una de las saga de toreros más importantes, su padre fue Cayetano Ordóñez, más conocido como "El Niño de la Palma", Fue a la escuela de las Esclavas de Ronda, donde acreditó buenas cualidades para el fútbol. Pero su padre le tenía fe como torero y en Sevilla le llevaba el carretón hasta la Venta de Abao, donde se hizo becerrista. Su carrera como novillero-prodigio la hizo al lado y casi a la sombra de uno de los grandes de su generación: Manolo Vázquez, el pequeño de otra dinastía taurina en la que destacó el elegantísimo Pepe Luis. Pero Antonio Ordóñez no tenía rival cuando le echaba ganas.
Vistió por primera vez de luces cuando tenía 16 años, en 1948. Un año después se convierte en un novillero de gran proyección y actúa en las principales plazas, entre ellas la de Madrid. El 28 de junio de 1951 tomó la alternativa en Madrid junto a la pareja de moda: Julio Aparicio y Miguel Báez Litri. Poco después, en la temporada de 1952, se coloca en la cabeza del escalafón, con 74 corridas.


Pronto ganó popularidad por su dominio del toro y su lidia sobria, serena y clásica, propia de un destacado seguidor de la «escuela rondeña».

Desde el día en que tomó la alternativa, Ordóñez ocupó en el juicio de críticos y aficionados un lugar destacadísimo, que nunca abandonaría en sus casi 20 años de matador de toros, tanto arte y tanto valor juntos ni sería capaz de expresar ambos con su entera y proverbial naturalidad.

Fue, sin embargo, un torero castigadísimo por los toros, con un saldo de más de una cogida seria por temporada y con graves lesiones en las articulaciones, que dificultaron su movilidad en el ruedo. Su rivalidad con Luis Miguel Dominguín, acentuada por los reportajes que el premio Nobel Ernest Hemingway publicó en la revista estadounidense Life, se resume en diez mano a mano celebradas entre el 17 de junio en Zaragoza y el 21 de agosto de 1959, en Bilbao. Para la historia, Ordóñez fue el triunfador de aquel "verano sangriento", en palabras de Hemingway.

Más valorado con el capote que con la muleta, se dijo de él que no hubo otro igual en el toreo a la verónica, muy amplia de capote y profunda en el lance, hasta el punto de estar considerada por los entendidos como una de las cimas del toreo y ser recordada con nostalgia. Destacó también como matador, recibiendo muchos toros a lo largo de su vida, y encontrando, en el último tramo de su actividad, una estocada de recurso, y efectos fulminantes, caída en un rincón llamado desde entonces "el rincón de Ordóñez".

Siempre se llevó mal con la izquierda, en los toros y en la política, y como con la izquierda se mata, no fue gran matador. Adquirió el vicio o la ventaja de citar a recibir y dejar una estocada baja en lo que Cañabete llamó «el rincón de Ordóñez».


Pero en el volapié se notaba más la fechoría y la gente aprendió a silbarlo. Se le perdonaba el paso atrás en las verónicas, cuando lo daba, y su desconfianza con la zurda, por lo bien que componía la figura, sin forzar la suerte ni perder cierto aroma, cierto estilo indefinible y como añejo de andarles a los toros que suele llamarse Escuela Rondeña.

Diferentes comentarios y opiniones del planeta de los toros.

  • "El Maestro de verdad, el espejo en el que mirarse". Jose Mari Manzanares ( padre )
  • "Empaque, clase, gusto, aroma a hierbabuena, duende, arte…". R. Corbelle
  • "Un ser excepcional". Humberto Parra
  • "La pureza: valor, arte y buen gusto". Joselito
  • "Sólo el nombre Antonio Ordóñez ya era bonito". Roberto Domínguez.
  • "Ordóñez hacía lo que es el toreo". Julio Aparicio
  • "Antonio Ordóñez era el ejemplo". Espartaco
  • "Un prodigio del toreo". Pacorro
  • "Torero de toreros, torero completo". Sebastian Castella
  • "Torero de valor y torero de arte". Litri
    "El mejor torero de todos los tiempos". Diodoro Canorea
  • "Uno de los principales toreros del siglo". Álvaro Domecq
  • "Maravilla del toreo". Diego Puerta
  • "Parecía un torero de otro mundo". Andrés Vázquez
  • "De los toreros que más me ha gustado ver torear". Jaime Ostos

Musica:Alegrías de Antonio Ordóñez.Al cante Paco del Pozo


miércoles, 17 de diciembre de 2008

Fotógrafo fotografiado

El Lunes fueron entregados los premios "Enrique Ponce" de la temporada 2008.
Juan Pelegrín ha sido premiado por el Club Allard de Madrid como fotógrafo más valorado.
Juan siempre se ha portado muy bien con los del Rincón, siempre que puede nos re-trata de manera especial.
No he conseguido ninguna foto suya así que os mando el link de la noticia donde se le ve con gente grande del mundo taurino.

Desde aquí nuestra felicitación Juan.


miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un quite por VERÓNICAS

Chapeau Juan , pero ahi va mi quite ....

Entre huracán y salga brisa ;entre león y salga cordero;entre loco y salga cuerdo
pagina 214 Memorias de Clarito, Cesar Jalon



Dos y la media , ahi queda eso

VERÓNICA

verónicas

Joaquín Rodríguez Costillares (1746-1799), torero que inventó el pase de verónica y el volapié para entrar a matar al toro. Nacido en Sevilla, pasó su infancia entre ganaderos y marchantes. Formó en la cuadrilla de Pedro Palomo antes de independizarse, cosa que hizo a la edad de 20 años. Tras torear en Sevilla y otras plazas llegó a Madrid y en los años que van de 1776 a 1780 consiguió atraerse al público, sobre todo al aristócrata, por lo que entró en rivalidad con Pedro Romero que era el torero popular. La importancia de Costillares para la historia del arte torear fue trascendental: a él se debe la formación de cuadrillas, sometidas a las órdenes del maestro, así como la invención de variados lances y el perfeccionamiento de la suerte de las banderillas. Murió de un tumor en la mano derecha. Llance fundamental del toreo de capa, es la verónica, el primero que podemos ver descrito como "lance de capa de frente a dos manos", si hojeamos las Tauromaquias. Lance que venturosamente ha sido transformado en obsequio de belleza.

José Delgado, "Pepe-Hillo" (1754-1801) le da el nombre de verónica y la describe así:... "suerte que el diestro ejecuta situándose con la capa rigurosamente enfrente del toro." (Relacionándola con el parecido de su forma de ejecutarla con la figura bíblica. Como lo dice el poeta Xavier Sorondo: "cuentan que la Verónica en bíblico desdoble, enjuga con el paño la sangre de coral...") Y Francisco Montés, "Paquiro" (1805-1851) escribió que "la primera suerte de que debemos hablar es la verónica (y para ejecutarla) sitúase el diestro enfrente del toro, de tal modo que sus pies estén mirando hacia las manos de éste y a una distancia proporcionada según sus piernas..." Al paso de los años los diestros fueron buscando la forma de practicar ese lance con mayor lucimiento y menor riesgo. Rafael Guerra, "Guerrita" (1862-1941), uno de los famosos califas de Córdoba, asienta en su tauromaquia, citada por el Sr. Cossío, que para ejecutar la verónica "se coloca el diestro de costado en la rectitud del toro y a la distancia que le indiquen las facultades de su adversario...", observando don José María que practicando así el lance se reducen todas sus dificultades, ya que no es preciso desplazar al toro de su terreno, y a poco que se cargue la suerte queda a salvo el cuerpo del torero, y hace notar, además, la "inconsciencia" con que "Guerrita" añade que "la suerte practicada en esta forma resulta de más lucimiento y más parada que cuando el lidiador da la cara al toro, situándose de frente, porque para repetirla tiene, por lo menos, que dar una media vuelta girando sobre los talones".

La innovación del Guerra tornó más bella la suerte y es como la practican los toreros actualmente, aunque algunos abusan exagerando al hacer toreo perfilero, otros abriendo demasiado el compás, en detrimento de la estética, y otros más, a pies juntos, con cuerpo rígido y sin cargar la suerte. ¡Pero cuántas palmas arranca la verónica cuando al practicarla pasan los pitones a distancia inverosímil del cuerpo del diestro! En ellos recae apreciar y juzgar al mejor capote, para verlo tal como lo viera el poeta taurino Gerardo Diego, quien retrató así el que es por excelencia lance clásico de capote, la Verónica:

Lenta, olorosa, redonda,
la flor de la maravilla
se abre cada vez más honda
y se encierra en su semilla.
Cómo huele a abril y a mayo
ese barrido desmayo,
esa playa de desgana,
ese gozo, esa tristeza,
esa rítmica pereza,
campana del sur, campana.
.

Al cante Paco del Pozo-verónicas gitanas (cante de las minas)

martes, 9 de diciembre de 2008

¿Echas de menos Las Ventas ?

Si, la echamos de menos


Plaza de toros de Las Ventas from Timelapses.TV on Vimeo.

Vídeo secuencia realizado por Luis Caldevilla . Excelente fotógrafo, especialista en la técnica de foto-montaje, conocida como "Time Lapse". Os recomiendo dejarse embaucar por su colección de vídeos.

(...via Microsiervos)

domingo, 7 de diciembre de 2008

Con CURRO DIAZ

La peña JURO QUE YO LO VI , con Curro Diaz




Sevilla 2007 con toros de Cebada Gago

viernes, 5 de diciembre de 2008

RECUERDOS III


REHUELGA

Teléfono: (34) 956 233009 - (34) 616 471937
E-mail: rehuelga@telefonica.net
Divisa: Azul turquí y encarnada.
Descripcion señal de oreja: Hoja de higuera en la derecha y orejisana la izquierda.
Finca principal: "Rehuelga"
Benalup C.P. 11190 (Cádiz) España

Nombre propietario: Rehuelga de Medina Sidonia, S.L.
Nombre Representante: Rafael Buendía Ramírez de arellano
Procedencia actual: Santa Coloma-Buendía.

Musica:Carlos Cano.Los Mimbrales

MIGUEL TENDERO Y JAVIER CORTES EN LA ASOCIACIÓN EL TORO DE MADRID


El de Albacete:"Espero tomar la alternativa la temporada que viene y actuar en la feria de Albacete como matador de toros"
El de Madrid:"Me fijo en las figuras actuales, pero quiero tener mi propia personalidad"
Dos de los novilleros punteros del momento y triunfadores en la temporada venteña han sido los invitados en la 6ª de las tertulias invernales de la Asociación El Toro de Madrid.
Ambos aspirantes a figuras del toreo se mostraron muy satisfechos de su paso por Madrid, gracias al cual han podido torear un buen numero de novilladas.Miguel Tendero esta ya pensando en su alternativa, pero espera pasar antes de nuevo por Madrid y actuar como novillero.Javier Cortés comentó lo dificil que es entrar en algunas ferias de novilladas por la gran cantidad de chavales que hay pidiendo una oportunidad.Durante la tertulia se habló de todo lo que rodea a los novilleros desde las duras novilladas que tienen que matar en algunos pueblos hasta sus recuerdos del paso por las escuelas taurinas, pasando por las personas que les ayudan actualmente y que en muchos casos se convierten en algo mas que apoderados.(amigos y consejeros).
ILUSIÓN, eso es lo que se vio ayer en los rostros de dos promesas del torero y que no les falte.
Nota: la proxima tertulia de la ASOCIACIÓN EL TORO DE MADRID será el dia 8 de Enero de 2009.Contaremos con la presencia de Don José Rufino, ganadero de "PEÑAJARA"
Por Javier Salamanca

jueves, 4 de diciembre de 2008

Vida

La revista "Life" ya no se publica en papel desde 2007 pero ahora pone en Internet a disposición de todo el que quiera su archivo fotográfico de más de 10 millones de instantáneas, que ya es decir.

Hay imágenes también, no podía ser de otra manera, de toros y toreros, algunas inéditas.
Encontraréis fotos de Manolete, Juan Belmonte....

Como muestra os dejo una foto de quien da nombre a nuestro rincón y de su amigo barbudo.

EL TORISMO: VISION PLEBEYA DE LA GRAN FIESTA ARISTOCRATICA DEL MUNDO

Para poder comprender lo que se mira, resulta imprescindible hallar su verdadera naturaleza, el extracto que le da forma desde su más inabarcable profundidad. Afirmaba Nietzsche que hay más dolor en la imaginación desvelada de una débil doncella que se imagina la guerra, que en el sufrimiento y la agonía de cualquier soldado. El diferente grado de fuerzas de ambos seres es el que determina respuestas tan distintas. Fue el propio Nietzsche en su libro "La genealogía de la moral" quien advirtió de los dos tipos de moral que existen en el mundo: la aristocrática y la plebeya (actualmente burguesa).
La moral aristocrática es la propia de los seres sanos y poderosos, autosuficientes, aquellos cuya sobreabundancia de poder les permite satisfacer sus instintos. En esta moral, a la palabra "bueno" ("gut" en alemán) se le opone la palabra "malo" (schlecht), que aquí es sinónima de débil, enfermo, bajo, ruin, despreciable. Sin embargo, en la moral plebeya de los esclavos, a la palabra "bueno" (que aquí es sinónimo de débil, bonancible, obediente, no peligroso) se le opone la palabra "malvado" (böse), sinónimo de poderoso, despreciador, depredador, incontrolable, dañino.

Como se puede comprobar, el bueno de cada moral es el malo de la otra, y viceversa. Mientras el enfermo, el débil, necesita una moral vengativa, calculadora, que le sirva básicamente para defenderse de una realidad que le es desfavorable y de la que tiene que mendigar cualquier pequeño consuelo o satisfacción, el noble vive debido a su sobreabundancia de fuerzas, invadido por una cierta ingenuidad y despreocupación. El noble está acostumbrado a seguir ciegamente el mandato de sus instintos, pues está en disposición de satisfacerlos. Esto implica, ciertamente, una inevitable ausencia de reflexión, de cálculo inteligente. Citando de nuevo el libro de Nietzsche, "entre hombres nobles, la inteligencia fácilmente tiene un delicado dejo de lujo y refinamiento: en estos precisamente no es la inteligencia ni mucho menos tan esencial como lo son la perfecta seguridad funcional de los instintos inconscientes reguladores o, incluso, una cierta falta de inteligencia. Así, por ejemplo, el valeroso lanzarse a ciegas, bien sea al peligro, bien sea al enemigo, o aquella entusiasta subitaneidad en la cólera, el amor, el respeto, el agradecimiento y la venganza, en la cual se han reconocido en todos los tiempos las almas nobles".

“Lo que caracteriza más claramente las actuaciones de un ser aristocrático es el apasionamiento, esa "audacia" de las razas nobles que se manifiesta de manera loca, absurda, repentina, este elemento imprevisible e incluso inverosímil de sus empresas (...), su indiferencia y su desprecio de la seguridad del cuerpo, de la vida, del bienestar, su horrible jovialidad y el profundo placer que sienten en destruir, en todas las voluptuosidades del triunfo y de la crueldad…”

Si cada vez me gusta más la fotografía taurina es porque resulta una forma inmejorable de pensar el toreo, de detenerlo en su instante más hermoso y decisivo, y así poder reflexionar acerca de él. Mientras escribo estas líneas tengo delante la imagen de uno de los 24 naturales que "el Cid" le dio a un victorino en la plaza de Madrid. Más allá de su indudable belleza estética, lo que me conmueve de la foto, como de tantas otras, es que en ella aparecen dos seres vivos que están contradiciendo su más elemental instinto de conservación. Por un lado el torero: quieto, firme y asentado, sereno, la suerte cargada, es decir, el peso del cuerpo apoyado sobre la pierna de salida de la embestida del animal, aquella por la que pasa más cerca; la cintura acompañando el muletazo, los riñones encajados, el mentón hundido, toda la musculatura relajada, "desmayada" en el centro mismo de la suerte, justamente la posición opuesta a la que necesitaría para poder huir de la posible cornada. Y por el otro lado el toro: totalmente entregado, embebido en la muleta, humillado, el morro por el suelo, los riñones empujando hacia adelante, lanzado en tromba hacia un ataque que supone siempre el requisito imprescindible para ser herido, justamente la posición contraria a la que debería tener si quisiera defenderse o, al menos, sopesar su ataque, calcularlo. Ambos actúan de una manera infrecuente que muchos podrían tildar de absurda, inútil, propia de seres poco inteligentes. Se están ofreciendo el uno al otro la posibilidad de herirse, uno en nombre de la pureza, el otro en nombre de la bravura. Los aficionados cabales sabemos que aquello que caracteriza el comportamiento de estos dos héroes trágicos que caminan juntos al borde del abismo es la nobleza aristocrática, la entrega a unos instintos llevados por la ciega sobreabundancia de poder.

Si la casta es la capacidad de rebelión, sea huyendo o atacando frente a la realidad que no gusta, la bravura es la aristocracia de la casta, la que aglutina todos sus componentes positivos (acometividad, resistencia, entrega, nobleza). En efecto, el hombre aristocrático ha creado un animal, el toro bravo, a su imagen y semejanza, como el viviente ideal de sí mismo, el único capaz de luchar noblemente hasta la muerte, es decir, capaz de luchar apasionadamente, desde el orgullo, desde la sobreabundancia de fuerza y de poder, desde una firme convicción de victoria hasta el momento mismo de la muerte. Se trata de la culminación de una evolución producida a lo largo de los siglos, de un ser inmejorable, de fuerza y salud sobreabundantes.

Es precisamente la visión desde el punto de vista plebeyo de la corrida de toros lo que provoca el torismo. El torista busca diferenciarse de la gran masa ignorante que puebla los tendidos, y además acortar la enorme distancia de fuerzas que le separa del torero, capaz de jugarse la vida delante de un toro, cuando él es un simple aficionado que lo contempla con secreta admiración y al que jamás podría imitar. Si el torerismo de la plebe es la infancia del aficionado, el torismo es su adolescencia, la destrucción de su infancia mediante su iniciación en la comprensión del rito, sus técnicas y también sus trampas.

Al acudir a la literatura taurina "clásica" se encuentra como la quintaesencia de la pureza con un tipo de toreo anticuado y a la defensiva, que resultaba el aristocrático de la época, en la que aún no había avanzado como lo ha hecho hasta hoy la técnica de torear y la bravura del toro, pero que actualmente no puede ser entendido sino como una tauromaquia de nula entrega, como una simple lucha defensiva de mucho menor compromiso que el toreo actual. Sin embargo, él la comprende perfectamente, al estar hecha de su misma naturaleza plebeya.

Aunque hoy día domina el toreo de entrega y hacia adentro, que es el que exige el público y el toro actuales, fundamentalmente bravo, lo que el iniciado se encuentra en las fuentes "clásicas" como ejemplo de pureza, lo que ha quedado escrito, es el toreo a la defensiva y hacia afuera, el toreo de expulsión. Lo explicó magníficamente Pepe Alameda en su libro "El hilo del toreo", en el capítulo "El silencio de Pedro Romero". “Se les suele llamar clásicas a la Tauromaquia de Pepe-Hillo y a la de Paquiro. Pero el toreo, entonces, apenas estaba empezando. Si tenemos esto en cuenta, debemos comprender que Hillo y Paquiro no pueden ser los grandes clásicos, son simplemente los grandes primitivos. Entre tanto, el otro gran primitivo, Pedro Romero, torea y calla. El silencio de Pedro Romero ha hecho daño, sin duda, a la teoría y a la historia del toreo. Se conservan de él algunas máximas, realmente mínimas, que lo mismo pueden ser directamente suyas que atribuidas por quienes lo vieron torear y lo reflejan con conocimiento de causa. Dos fundamentales: "El lidiador no debe contar con sus pies, sino con sus manos"
(los brazos, claro). "Parar los pies y dejarse coger, este es el modo de que el toro se consienta y descubra". Quiere decir, naturalmente, hasta el punto de que el toro "crea" que ha cogido al torero. Con ser muy poco, es suficiente para comprender que preconiza un toreo de aguante, que el diestro no abandona su terreno ni expulsa del suyo al toro. Toreo de "reunión", no de "expulsión".

El toreo de "línea natural", opuesto al "toreo cambiado". Pero, aunque el esbozo está claro, como no hay desarrollo, deja al toreo de línea "natural" sin literatura. En cambio, el toreo de la otra cuerda tiene una literatura floreciente, desde la primera Tauromaquia, la del propio Hillo con la ayuda de su peón de confianza, su redactor, don José de la Tixera (que también pudo haber sido en parte su inspirador, pues no hay que descontar el influjo mutuo en esta clase de simbiosis). Y luego Paquiro, también con su amanuense de cámara, don Santos López Pelegrín, Abenamar, basados en el mismo concepto del toreo cambiado o contrario. Resultado: como la fuerza de la letra, para muchas personas y en muchos casos es determinante, siempre que se trata de buscar un antecedente, o remitirse a un testimonio de "autoridad", se va a beber en la fuente "clásica", que no es otra que la del toreo cambiado, contrario, encontrando, el toreo "de expulsión". Todo, por el silencio de Pedro Romero".

El torismo es, ante todo, un movimiento reaccionario. Ya lo es cuando niega la evolución del toro a lo largo de la historia hacia un animal cada vez más poderoso y aristocrático. De hecho no deja de tener reminiscencias del ecologismo neocristiano (ellos también son "antitaurinos"). La consideración del taurino, es decir, del profesional del toreo, como presunto cuando no indudable delincuente, el hecho de que un arte y una ciencia como es el toreo estén reglamentados desde el poder, nos advierte hasta qué punto son populares las teorías toristas, Incluso las coincidencias del ecologismo y el torismo en denunciar y perseguir las manifestaciones populares de la tauromaquia, el deseo torista de que se restablezca el buen orden, tanto dentro como fuera de las plazas, nos advierten de su puritanismo exacerbado.

Tanto el ecologismo como el torismo coinciden en la defensa de la biodiversidad (sea de especies o de encastes). El pasado es idealizado y la obra heredada de la Madre Naturaleza vista como algo a preservar y a proteger incluso del propio dominio del hombre. Al idealizarse el pasado, se idealiza el toro antiguo, manso y listo, y el toreo que se le tenía que hacer, defensivo y hacia afuera. El toreo de quietud actual es despreciado por fácil, pues sólo a un toro tonto (olvidan que uno de los requisitos de la bravura es la nobleza) se le puede torear de la manera actual, que es vista como tramposa. Entonces se les exige a las figuras del toreo que toreen con la entrega de los cánones actuales al toro listo y a la defensiva, es decir, el que mantiene un comportamiento manso y cobarde. Esto resulta tan injusto como torear con resabios y trampas a un toro noble y bravo (cuando utilizo la palabra noble no lo hago en ningún caso como sinónimo de bondadoso, sino de entregado a la pelea en buena lid).

Que el torismo es un movimiento reaccionario se comprende cuando se observa la creencia de que el hombre mantiene para con el toro una supuesta actitud innoble, llena de oscuras trampas de las que nadie se da cuenta, cuando la lidia de un toro es algo público y notorio (cualquier alteración en su integridad física o en su comportamiento se va a terminar viendo en el ruedo). El aficionado torista cree que el toro bravo, es decir, noble (es decir, tonto), no es capaz de competir de igual a igual con el torero. Se defiende entonces al toro innoble, al que no se entrega, al que no se deja torear, al que no es bravo, sino fiero, listo, es decir, manso. Se convierte así a la fiesta de toros en una fiesta plebeya y a su evolución, de la mansedumbre a la bravura y del toreo en línea y en constante movimiento al toreo en redondo y en constante quietud, en definitiva, hacia la verdadera entrega y, por lo tanto, nobleza de toro y torero, en involución.

La añorada "emoción" que se está perdiendo no se echa a faltar debido al excesivo tamaño del toro actual ni a su ausencia de bravura, sino precisamente a su exceso de bravura, es decir, la emoción que se está perdiendo no es más que el conjunto de trampas que un toro manso y listo y un torero lleno de resabios técnicos se ponen entre sí en una lucha más propia de dos indignos navajeros que de una noble lid entre aristócratas. Ya hemos dicho que el torismo es la adolescencia del aficionado y, por lo tanto, el lado opuesto al torerismo de su infancia. El torismo es, como toda fase adolescente, un cajón desastre en el que cabe todo aquello que se oponga al orden establecido, en este caso en el toreo. Como movimiento reaccionario que es no tiene una ideología concreta. Por eso se contradice constantemente y resulta un refugio extraordinario para todo aquel aficionado que no sabe verdaderamente de toros pero quiere aparentar que sí. A este le basta con repetir algún precepto básico de las tauromaquias primitivas y con despreciar todo aquello que aplaude la mayoría. El torismo resulta, en definitiva, un magnífico invento del que viven divinamente malos toreros, malos ganaderos y malos aficionados.

El verdaderamente cabal y adulto aficionado a los toros debe ser el primero en reconocer el carácter absolutamente milagroso que posee el buen toreo, en darse cuenta de que nadie puede moralmente exigir a otro ser humano que se juegue la vida por él, así que humanamente, verá a los toreros con cariño, indulgencia y admiración. Pero también el aficionado cabal y adulto a los toros es el que, habiendo superado la etapa infantil-torerista en la que la crítica no existía y la etapa adolescente-torista en la que no existía la indulgencia, es capaz de juzgar - conociendo las reglas y la historia del arte y de la ciencia de la tauromaquia - con ecuanimidad y con justicia a todos los seres que intervienen en una corrida. El verdadero y cabal aficionado a los toros es el que comprende y busca el sentido aristocrático de la lidia, el que no aplaude las actitudes mezquinas de cualquier interviniente que no se entregue de manera total y absoluta.

El aficionado adulto sabe que aquello que debe caracterizar a estos dos héroes trágicos (toro y torero) que caminan juntos al borde del abismo, es su nobleza y su valor o bravura, su entrega, su sentido aristocrático de la vida, su sobreabundancia de poder: un grado de lucidez superior que ante la falta de sentido de la muerte, sólo entiende la más instintiva felicidad como el verdadero sentido de la vida. El aficionado adulto es el que sabe reconocer que es el toro bravo el más difícil de conseguir para un ganadero, el resultado último de un ingente proceso de selección que tropieza constantemente con todas las debilidades y las prevenciones de la cobardía, el ideal aristocrático hecho carne y capaz de cumplir hasta el final su sagrado papel de héroe en la última tragedia que el hombre moderno puede contemplar con sus propios ojos. El aficionado adulto sabe que es este toro, el bravo, el más difícil y exigente de todos, porque no para de embestir, porque no perdona ningún error, porque es el que exige de la otra parte, del torero, una similar entrega, igual de absoluta y apasionada, aquella de la que sólo son verdaderamente capaces unos poquísimos elegidos, las verdaderas figuras del toreo, aquellos sumos sacerdotes que ofician, con riesgo de sus vidas, la gran fiesta aristocrática del mundo.

Articulo de Fernando Sanchez , aficionado de Bilbao

La Suerte de Parir

Según el Cossío, la lidia es el conjunto de suertes que se practican con el toro desde que se le da suelta del toril hasta que se arrastra. No he consultado el diccionario, pero normalmente se asocia la suerte a ese trance, donde el azar se vuelve positivo.

En tauromaquia la acepción de la palabra tiene otro significado; es un lance y, durante el desarrollo del mismo, el torero pretende cubrir el mayor tramo posible, con técnica y preparación, dejando lo mínimo al azar.

Yo pertenezco a una saga taurina y en casa siempre me llamaron La Dominguina. Los toreros de mi familia dominaron distintas suertes, como la de banderillas (Pepe) o la de matar (Domingo), y mi padre, todas ellas.

Dicen los entendidos que practicaba la lidia total o completa. Cada una de estas suertes evoca para mí algún pasaje de la vida en esa gran metáfora que supone el arte de torear.

Contaré un pequeño secreto. Cada uno de mis cuatro hijos llegaron a esta vida en distintos puntos del mundo, pero rodeados por el mismo paisaje: mis piernas vestidas con las medias de torear de mi padre. Siempre elegí la misma indumentaria para este momento trascendente: la suerte de parir.

Dicen que entrar a matar es la suerte suprema porque es el momento en el que el torero le pierde la cara al toro. La suerte suprema para una mujer es parir porque es cuando le da cara a la vida.


LUCÍA DOMINGUÍN , El País 17/05/2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

RECUERDOS II (puntilla)

Cárdeno, Laurita lo puede contar mejor, pero de viniendo de "lo Azule al Ventorrillo" (como meridianamente nos explicó un nativo autóctono en la Medina Sidonia) y torciendo en el camino rural que linda por Poniente con la N-340 (justo a contramano de ese bar de camioneros cuyo totem de neón platica "Un lugar diferente para relajar cuerpo y mente") es el punto exacto donde el mayoral de Cebada Gago, Felipe se hace llamar , a lomos de un pollino famélico nos dió su particular bienvenida. Fue ahí, en ese preciso momento y en ese concreto metro cuadrado de finca, donde expusimos al mayoral de parte de quién veníamos (el ganadero, a la sazón jefe de Felipe) detallando todas y cada una de las llamadas telefónicas perdidas (como nosotros por la Ruta del Toro con ese pedazo Renault Clio que en velocidad punta apenas superaba la de la calesa que transportaba a El Pana en su presentación en La Chata..........) que habíamos intercambiado con Salva durante toda la mañana y en las que el ganadero nos remitía a Felipe, que él ya se encargaba de avisar de nuestra inmediata visita.
Fue en ese momento, en ese justo instante, cuando Felipe, enlomado en su trémula jaca, cargó la suerte, adelantando su mano derecha para echarla al bolsillo de su pantalón de montar y comprobar en su celular que efectivamente le había llamado su patrón, y en una sincronización digna del mejor mataor a punto de estoquear "al encuentro", fue ahí (repito para el que se haya extraviado) cuando Felipe articuló fonema mientras, en lugar de terminal telefónico sacaba de su bolsillo una multiusos suiza color burdeos, Victorinox me parece que rezaba en un costado, y con precisión suiza, como la propia navaja, al aire convergía la misma con la campera uña de su dedo meñique izquierdo.
Fue ahí cuando el mayoral compartió con nosotros el aforismo que ahora anida en nuestros corazones:
"Pué a mí no mayamao naide.........."

Qué grande, Felipe.

RECUERDOS II

CEBADA GAGO
Divisa: Colorada y verde.
Descripción señal de oreja: Zarcillo en ambas.
Fecha creación: 28/07/1946
Finca principal: "La Zorrera"
Medina Sidonia C.P. 11170 (Cádiz) España
Nombre propietario: Hros. de Cebada Gago, S.L.
Procedencia actual: Carlos Núñez, Jandilla y Torrestrella.
Música:Manolo Escobar.Alegres maletillas.

martes, 2 de diciembre de 2008

RECUERDOS

RECUERDOS
Teníamos pensado,la cuadrilla del Rincón de Ordóñez y nuestro amigo Cárdeno de la Cabaña Brava,( Grupo Salvaje,cruce de estos dos encastes) que durante nuestra estancia en la Feria de Sevilla y en especial un día de la prefería,existia un bajonazo en el cartel,
Por mayoría se decido hacer novillos, y bajar a tierras de” Caí a ver ganao”
.La cervecita bien tirada,y los vinos finos en la Tertulia del Alabardero hizo efecto.Se llamo a altas horas de la noche a chiringuitos de coches de alquiler, y a primera hora, teníamos un vehículo preparado para el evento en la puerta del hotel.
Todo salio” rodao” acertamos con lo que iba ha acontecer en La Maestranza, que era lo normal por cartel y nosotros disfrutamos de un buen día ,viendo ganaderías de interés para el aficionado.
Detalles de nuestra visita a la ganadería de Fuente Ymbro,en la Finca los Romerales sita en San José del Valle (Cádiz).
Música:Paquita Rico-Chuflillas del toreo.