martes, 9 de noviembre de 2010

LAS CORRIDAS EN COLOMBIA

Como en México, también en Colombia existían modalidades propias o criollas de la fiesta de toros. En los primeros años de la llamada «vida republicana», una vez conseguida la independencia, se celebraban en Bogotá nueve festejos en el mes de julio, para conmemorar precisamente esa separación de la Corona española. Eran fiestas en las que se corrían reses, pero sin el más minino parecido a la fiesta actual. Unos protagonistas de estas singulares corridas a la colombiana fueron los denominados orejones, vaqueros de las haciendas de la sabana de Bogotá que exhibían sus facultades en las faenas de enlazar y someter a las reses. No faltaban los banderilleros, de nula técnica, y los espontáneos, que servían mucho más de burla que de admiración. Fueron tiempos de una Fiesta primitiva y lugareña que no aportaron otra cosa que el mantenimiento del gusto del público por los toros.La Llegada de Alcalareño y Bienvenida
La tauromaquia colombiana comenzó su vida adulta por el año 1917, cuando llegaron a este país los toreros españoles José García «Alcalareño» y, más tarde, Manuel Mejías Rápela «Bienvenida». Ambos diestros sostuvieron en Bogotá una gran rivalidad que dividió al público y sirvió de gran negocio para la empresa del entonces circo de San Diego, la antigua plaza, anterior a la actual de Santamaría.
También en Cali, en una humilde placita en el barrio del Centenario, se dieron festejos con estos dos diestros, y la Fiesta fue cobrando auge en otras ciudades de Colombia. La construcción de la actual plaza de toros de Bogotá, en 1931, fue definitiva para el crecimiento de la Fiesta en Colombia.
Por esta plaza desfilaron las grandes figuras de España, como Domingo Ortega, que en tres tardes triunfales en 1938 se hizo ídolo de Colombia. Los festejos de ese año para conmemorar el cuarto centenario de la capital colombiana contaron también con la presencia de grandes toreros mexicanos, como Armillita, Jesús Solórzano y Fermín Rivera, y se lidiaron, por primera vez en Colombia, toros españoles de Santa Coloma y Miura.
Las Ferias
Bogotá monopolizaba prácticamente la actividad taurina de Colombia; sólo Medellín, de vez en cuando, se daba el lujo de ser escenario de corridas de algún postín. Manolete, Litri y Aparicio son nombres que dejaron huella en los años cuarenta y cincuenta, hasta la creación de la Feria de Manizales (1955), que abrió definitivamente a Colombia como gran centro taurino. Poco después se comenzó a organizar la Feria de Cali (1957). Estos dos acontecimientos hicieron de la temporada colombiana la primera de Sudamérica. Empezaron a llegar las grandes figuras de España. Irrumpieron también los toreros nacionales, especialmente Pepe Cáceres, Joselillo y Vázquez II, y los ganaderos colombianos hicieron un esfuerzo considerable para hacer de Colombia una gran nación taurina.
César Rincón
La altura de la tauromaquia colombiana la puso César Rincón, no sólo el mejor y más grande torero suramericano de todos los tiempos, sino también una importante figura en España. Rincón llegó a la Fiesta cuando ya Colombia había logrado la mayoría de edad taurina, perfilando una tauromaquia en la que los gustos de los aficionados se parecen a los de España. Los medios de comunicación radiales han contribuido de forma extraordinaria al fomento de la Fiesta en Colombia; éste es un caso único en el mundo por la fantástica difusión de las corridas de la temporada grande, aunque el resto del año la atención que se presta a los festejos que se celebran en los meses de marzo a octubre es escasa. César Rincón es el más importante torero colombiano y uno de los más destacados de América. Sus triunfos en las plazas españolas y francesas han prestigiado a la tauromaquia de Colombia.
La semilla de lo que sería con los años la floreciente tauromaquia colombiana fue regada por la expedición del conquistador Alonso Luis de Lugo, que, en 1543, llevó a la entonces recién fundada Santa Fe de Bogotá un lote de setenta toros españoles. Aquellas reses nada tenían que ver con los que hoy se conocen como toros de lidia de pura casta, pero sirvieron para dos objetivos fundamentales: acrecentar la cabana nacional de Colombia y nutrir los festejos que se celebraban en la plaza Mayor de Bogotá. En los territorios de Nueva Granada, que hoy constituyen Colombia, se celebraban festejos taurinos exclusivamente en las fechas especiales: la llegada de un nuevo virrey o presidente de la Real Audiencia y, de forma extraordinaria, la subida al trono de un nuevo soberano. Al principio, los toros se lidiaban enlazados, es decir, sujetos a un poste por una cuerda o soga atada a las astas.
Más tarde se prescindió de esta cuerda y se lidiaron sueltos. No faltaron las prohibiciones eclesiásticas o gubernamentales, por lo que la Fiesta tuvo también en Colombia sus períodos de parálisis. Sin embargo, la entonces colonia española contó con un virrey aficionado a los toros llamado José Solís Folch de Cardona, que impulsó la celebración de festejos taurinos, que, según las crónicas, resultaron de un lujo extraordinario. Otros virreyes muy aficionados, como Pedro Messía de la Cerda y «el pacificador» Pablo Morillo, asentaron la vigencia de los toros en Colombia..
Redacción: La Pasión por los Toros
Planeta Deagostini

El número de festejos taurinos desciende un 3% en tres años


 


De las 1.011 corridas de toros que se celebraron en 2007 se ha pasado a 651 en 2010 - La plaza de Valencia mantiene su número de espectáculos







VALENCIA
La temporada taurina de 2010 se ha vuelto a caracterizar por el acusadísimo descenso en el número de festejos celebrados en ruedos españoles, con un 38% menos.
Una tendencia que comenzó el año pasado y que esta temporada ha vuelto a sentirse de manera muy sensible. Tanto es así que, con respecto a la campaña 2007, en 2010 el descenso en cuanto a corridas de toros fue de un 35%, habiéndose celebrado 360 menos que hace tres años. En este mismo lapso de tiempo, la bajada de novilladas fue de 283, lo que significó un reducción del 42% y, en cuanto a espectáculos de rejones, la cifra se redujo en 165, lo que representó un 35% menos entre un año y otro.
En lo que hace referencia a Valencia y su provincia, se ha cerrado este año con un total de 46 festejos celebrados, uno menos que en la temporada 2009, con lo que los estragos de la crisis han sido menos acusados.
En relación con 2007, en la provincia bajaron las corridas de toros un 27%, las novilladas lo hicieron un 28%, los espectáculos de rejones se mantuvieron y, por contra, se incrementaron de forma muy significativa las novilladas de promoción.
En la plaza de toros de Valencia se celebraron a lo largo de la campaña que acaba de concluir un total de 25 espectáculos, dejando al margen los concursos de recortadores y festejos populares. Quince de ellos fueron corridas de toros, las novilladas con picadores se situaron en cinco, por dos festejos de rejones y dos novilladas de promoción con alumnos de la escuela, amén de la tradicional desencajonada. Hay que tener en cuenta que el coso de Sebastián Monleón cerró sus puertas tras la feria de San Jaime con motivo de las obras de reforma que se iniciaron a finales de julio, debido a lo cual la feria de octubre en esta ocasión no se celebró.
En cuanto a las plazas de la provincia, los espectáculos en el año 2010 fueron un total de 21. Nueve festejos se celebraron en el marco de la semana taurina de Algemesí, donde tuvieron lugar ocho novilladas picadas y otra sin los del castoreño.
Cuatro tuvieron lugar en Utiel: una corrida de toros, otra de rejones y dos novilladas de promoción. Tres se celebraron en el coso de Xátiva, dos de ellos corridas de toros y un festejo sin caballos. Requena albergó una corrida de toros y una novillada de promoción, en tanto que Chelva fue marco de una corrida del arte del rejoneo. Finalmente, en Bocairent y Pobla del Duc se celebraron sendas novilladas sin picadores con participación de alumnos de la Escuela de Tauromaquia de Valencia.
En el año 2009 en el albero valenciano se programaron 31 festejos. De ellos 15 fueron corridas de toros, 9 las novilladas picadas, 2 los espectáculos del arte del rejoneo, 3 novilladas sin picadores, a los que hay que sumar la tradicional desencajonada y un espectáculo cómico taurino.
Y en la temporada 2009 los festejos en la provincia habían alcanzado la cifra de 18. Nueve se celebraron en Algemesí, tres en Utiel, dos en Xátiva y en una sola ocasión se abrieron las puertas de los recintos taurinos de Requena, Chelva, Bocairent y la Pobla del Duc.

ENRIQUE AMAT

Una barrica con sabor taurino

El arte del vino, según Luis Francisco Esplá.

Bodegas Vicente Gandia presentó la semana pasada la barrica customizada por el torero alicantino Luis Francisco Esplá, que la compañía incorporará a su colección Arte en Barrica, en la que ya hay obras de artistas como Miquel Navarro, Carmen Calvo o José Sanleón, entre otros.
La bodega presentó esta nueva barrica coincidiendo con la inauguración del congreso nacional Lo Mejor de la Gastronomía. El acto, celebrado en la Institución Ferial de Alicante, contó con la presencia del director Corporativo y de Marketing de Bodegas Vicente Gandia, Javier Gandía, del director comercial de Hostelería, Vicente García y del torero Luis Francisco Esplá.

levante-emv.com