jueves, 10 de mayo de 2012

"Ole y óle", de toros y flamenco, un homenaje a España del pintor Zoltán

 Una muestra significativa de lo que el toreo inspira en otras actividades artísticas, en este caso la pintura, y la dualidad que comparte también con manifestaciones tan afines como el flamenco, se refleja en la exposición que inauguró en Madrid el húngaro Zoltán Fodor-Lengyel.
Un homenaje del pintor a los símbolos del temperamento español que le cautivaron hace 36 años, cuando tuvo "el primer contacto con la corrida de toros, en una población cercana a Barcelona, y esa misma noche en la visita a un tablao en el que cantaban y bailaban los gitanos".
La idiosincrasia de España está en el carácter y pensamiento de su gente, y más aún, según Zoltán, en sus tradiciones, reconocidas en sus cuadros como figuras aparentemente estáticas, que a la más leve insinuación al contemplarlas se ponen solas en movimiento.
"España es deliciosa y subyugante, por su entrañable forma de pensar y de afrontar cada actitud, por sus colores y formas, por todo el significado que encierra lo que inspira a los artistas, esa singularidad que la define, en la que es indudablemente transcendente el papel de lo taurino y lo flamenco", explica un entusiasmado Zoltán.
Casi sesenta obras de gran formato como es costumbre en la pintura del artista húngaro conforman la exposición que ha quedado colgada hoy en el madrileño Club Financiero Génova, santuario de la tradición y el progreso, que cada año en las vísperas de la feria de San Isidro se ocupa de lo taurino como gesto de adhesión a la fiesta más racial y auténticamente española.
Abunda la técnica mixta con relieve que dimensionan aún más los lienzos, y las estampas sugestivas y sugerentes por el gran lirismo de sus tonos, por la expresividad de los colores que conjugan en placentera armonía lo tenue y lo explosivo.
También la destreza del dibujo de Zoltán es de una deslumbrante exactitud en la amalgama de sentimientos que quiere expresar, contraponiéndolos a veces, como el amor y el desamor, la felicidad y la tristeza, la vida y la muerte; y otras, haciendo una única pasión.
En el acto de inauguración intervinieron el escultor Santiago de Santiago, que habló del "lenguaje elocuente de la pintura, del ritmo y la vibración que hay en el personal temperamento del artista; y el periodista Paco de León conjugó las sensaciones de gozo y emoción también desde la dualidad del color y las formas.
Agencia EFE