domingo, 9 de noviembre de 2008

II Concurso de Relatos Taurodelta


El pasado 5 deNoviembre se falló, por partida doble, el ganador del Concurso literario que se celebra desde 2007 por parte de Taurodelta y que podemos ver a lo largo del año, los textos participantes, en los programas de mano de cada una de las corridas de la temporada.
Y digo lo del doble fallo porque aunque el premio se lo ha llevado el relato titulado "Cuando los botos dejan de crujir", para el Rincón, por lo menos para el que suscribe, el jurado ha fallado dos veces en la elección de dicho galardón, creo sinceramente que las aportaciones de dos de nuestras "socias comanditarias y rinconeras" merecían mejor suerte y lugar.

Adjunto van los relatos de Susana y de Rebeca.

Chapeau por vosotras, chicas.




Carta de amor de Las Ventas a un torero. Cantar al Mío Cid.2 de octubre de 2008



No puedo ofrecerte, Mío Cid, Tizona que alivie el pesar con el que te vi marcharte; ni alcanzo a escribirte un cantar que verse en palabras lo inmenso de tu donaire, torero. Ni mi diestra ni mi izquierda, que admira en todo a la tuya, pueden trazar el delgadísimo hilo que te separa de un dios cuando te despides de mí cruzando mi umbral sin pisar mi arena. A veces me he preguntado, maestro, si enmudecerá el tiempo cuando tu corazón se pare. Sé, Mío Cid, que acariciará algún día el viento mi albero entonando tu nombre. ¿Qué será entonces del silencio mudo, eterno y perfecto de los versos que con tu muleta escribiste? ¿Qué del alma que arañaste, del oro que vestiste? No borrarán los siglos tu nombre de la historia, no hay vacío ni adiós para quienes han elevado el espíritu. Llevas en tu andar pausado, ceñido de seda, un rito sublime al que muchos auguran el fin; eres tú, amado mío, la custodia en la que conservarlo. Te llora mi alma, aún mecida en tu hondura, al saberte dolido, herido por tu propia mano. No te engañes, Mío Cid, volverás a vivir en mí la gloria; a fuego están ya en mi memoria los toros que toreaste, las luces que luciste, las tardes que me amaste. Porque no es lo nuestro romance de portazo, sino amor de Puerta Grande, no dejes que ningún fantasma acabe con este idilio, que se alimenta, a partes iguales, de nuestra inmortalidad y tu pureza.
Siempre tuya, la plaza de toros de Las Ventas.


Susana Fuentes Arcos (publicado en el programa de mano del día 02 de Octubre de 2008).






Las siete menos cuarto de la tarde8 de junio de 2008

Las siete menos cuarto de la tarde, ya son las siete menos cuarto. Comienzan los aprietos, voy al lado de mis compañeros a la plaza del miedo, del silencio y de las palmas que exigen bravura y fortaleza, pero también la plaza de la gloria. Ya voy de camino a Las Ventas del Espíritu Santo. Allí me encontraré con otros compañeros de oficio y de afición, pero por nada del mundo me separaría del hombre que llevo al lado; joven, pelo moreno ligeramente peinado, manos fuertes pero habilidosas y unos labios que se mueven murmurando no sé qué plegarias.
Entramos. El calor sofocante contrasta con la tierna humedad que desprende el albero y la oscuridad de los pasillos, el frescor que exhalan los ladrillos se agradece. Desde el patio de cuadrillas se oye el murmullo, los besos de saludo y los chasquidos de las cámaras de fotos resuenan rompiendo un silencio insoportable. Huele a toro y a miedo.
Estamos liados para el paseíllo, suenan los clarines, se abren las puertas, la expectación es total. Salimos al ruedo y el sol me acaricia levemente haciéndome brillar con intensidad, escucho palmas. No se puede tener mejor final que el que yo imagino: fulgurar al anochecer cuando él sea sacado a hombros por la puerta más grande ¿o hay algún destino mejor para una simple puntada de oro que la de brillar en una tarde de toros?


Rebeca Fuentes Arcos (publicado en el programa de mano del 08 de Junio de 2008).

2 comentarios:

Rebelion dijo...

Muchas gracias, guapo.

Anónimo dijo...

thank you