"....era por contacto, surgía una especie de imán entre el toro y yo. En ese sitio no sabía nada ni quería saber nada de nadie. Salía emocionado de la cara del toro por haberle hecho lo que quería al toro y veía a la gente emocionada, así que volvía a por más“.
martes, 6 de octubre de 2009
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