El sábado, los corrales del Gas abrieron sus puertas al público. Ayer, poder observar a los toros "desde la barrera" se convirtió para muchas familias en un interesante plan de domingo.
ANDREA GURBINDO . PAMPLONA
A UPÁNDOSE en los hombros de sus padres o elevados sobre las puntas de los pies para llegar al cristal. Así es como estaba ayer la mayoría de los que acudieron al recinto de los corrales del Gas para ver a los toros que se van a lidiar estás fiestas. Se trataba de los más pequeños de cada casa que, acompañados por sus padres y abuelos, se atrevieron a desafiar a la calurosa mañana de domingo acercándose a hacer una de las más tradicionales visitas sanfermineras.
Los toros de las ganaderías de Peñajara, Dolores Aguirre, Cebada Gago y Fuente Ymbro se visitaron desde el sábado y a última hora de la tarde de ayer llegaron las de Victoriano del Río y El Pilar, que se podrán ver a partir de hoy.
Cientos de personas se acercaron ayer a los corrales del Gas para ver a los toros de las ganaderías que ya estaban en Pamplona. EDUARDO BUXENS
La excursión a los famosos corralillos del Gas, que se encuentran frente al ya ambientado parque y recinto ferial del Runa en la Rochapea, se podrá realizar hasta el próximo martes 13 de julio a un precio de 3 euros para los mayores de 12 años.
Entre todos los que paseaban ayer por los ventanales se encontraba Jesús Arilla Martínez, que a sus 80 años se estaba "dando un paseíco para pasar la mañana". Entre risas y con la mirada puesta en la ganadería Cebada Gago, el del Valle del Roncal aseguró que los toros allí presentes no eran "nada del otro mundo". "Yo tengo vacas y toros, un buen ganado y por eso no suelo venir. Tampoco tienen nada de especial", explicó.
Paseando con su hermano Alejandro de 9 años se encontraba también Leyre Ocaña Almendros, de 22, que había decidido enseñar al pequeño de la familia algo que ni ella "había visto nunca". Advirtiendo la emoción que mostraba su acompañante, aseguró que le parecía "una buena manera de dar inicio a las fiestas porque al fin y al cabo los toros son casi o más protagonistas en las fiestas que el propio Santo".
También con su hermana mayor y sus padres estaba muy pendiente de lo que sucedía tras el ventanal Arrieta Álvarez, que admitió estar "muy contenta" sobre todo con las "barracas", a las que irá una vez empiecen los Sanfermines, dictaron sus padres.
Toros negros, los preferidos
Otros de los allí presentes resumían la mañana como "una manera de dar una vuelta con la familia, los hijos y los nietos". Una visita que divierte a los mayores y sorprende a los que más ilusión y emoción demuestran, que en general prefieren ver a los toros "más grandes y negros", aunque pocos se atreverían a correr delante de ellos. Por lo menos de momento.
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