viernes, 22 de octubre de 2010
¡¡¡NO ES EL TORO EL EJE DE LA FIESTA!!!
Fue la respuesta del Ganadero Tomas Prieto de la Cal ayer por la tarde en las Jornadas de Tauromaquia, organizadas por la Universidad CEU- San Pablo.
En la ultima mesa de la tarde, El toro como base de la fiesta: Riqueza genética y ecológica.
Invitados
D. Tomás Prieto de la Cal, ganadero de reses bravas de encaste Veragua.
D. José Joaquín Moreno Silva, ganadero de reses bravas; propietario de una vacada de encaste Saltillo.
D. Javier Cañón, Catedrático de Genética- Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.
Moderan
D. Santiago Vega García, Catedrático y Decano de la Facultad de Veterinaria de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
D. Rafael Cabrera Bonet, Médico. Director del Aula de Tauromaquia y Crítico Taurino.
El ganadero de encaste Veragua dio su punto de vista de cómo se encuentra actualmente la fiesta.
"¿Es el toro el eje de la Fiesta? Mi respuesta como ganadero es NO. Hoy no es el eje de la Fiesta. Y de ahí vienen todos los problemas que tenemos. Así de claro y así de sencillo. La Fiesta se basa en el toro, pese a muchos, pese a los mismos taurinos, pese a todo aquel que compone el mundo del toro…; en general se le da la espalda al TORO, que es la clave. El toro debe ser el eje de la Fiesta, pero en todo su esplendor, en todos sus encastes, en toda su bravura y esto conlleva a que los toreros se deben adaptar a ese toro, como ha ocurrido durante siglos y siglos. Porque ahora la evolución se ha convertido en involución. Cuando el toro recobre su protagonismo, seguramente en todas esas idas y venidas a los ministerios, en vez de ver las fotos que vemos, a lo mejor veríamos al Duque de Veragua, al Señor Miura…
El toro bravo conlleva la grandeza del toreo, que los toreros se midan a las mejores ganaderías, a las más bravas, a las más encastadas, que cada uno sepa que cada toro tiene su lidia, no todo son derechazos y naturales. ¿Por qué todos los toros que salen en las ferias son iguales? Porque proceden de lo mismo. Yo, si fuera torero, buscaría la comodidad, si me lo permite el público y el empresario. En los años cincuenta era impensable ver a Pepe Luis Vázquez sin los Miuras en Sevilla, porque la afición y el empresario no eran capaces de anunciarle con otras ganaderías. La clave está en que antiguamente el torero se lo ganaba en la plaza, que el novillero se anunciaba en los pueblos donde le pagaban por torear: es la casa construida por los cimientos. Y hoy es al revés. ¿Quién no tiene interés en ver el toro bravo? El mundo del toro. Es una vergüenza pero es la realidad".
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