miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cincuenta años... que son cinco siglos

El pasado histórico de los toros en el Ecuador nos remite a cinco siglos atrás, a épocas en que los cronistas describían los festejos en plazas del Quito colonial

Por: Santiago Aguilar
Especial para HOY
Ayer arrancó la Feria Jesús del Gran Poder ciclo de espectáculos taurinos que este año está marcado por la conmemoración de los 50 años de funcionamiento de la Monumental Plaza de Toros Quito, efeméride mayor para la historia de la fiesta de los toros en el Ecuador.
Si bien el coso de Iñaquito y su apasionante recorrido temporal es el principal referente de la actividad taurina en nuestro medio, el pasado histórico de los toros nos remiten a cinco siglos atrás, a épocas en que los cronistas describían los largos y repetidos festejos que se montaban en plazas y plazuelas del Quito colonial para celebrar acontecimientos importantes.
Hoy saludamos emocionados el medio siglo de existencia del querido coso de Iñaquito anclando este sentimiento en la gigantesca base antropológica, cultural y popular de la cosa taurina en nuestro medio; saludamos a una fiesta profunda y mestiza, atada a la vida del Ecuador y su gente.
Las referencias históricas sobre la realización de los primeros espectáculos taurinos en Quito se ubican en 1573; es decir, treinta y nueve años después de la fundación; sin embargo, en el libro El arte ecuatoriano, el padre José Vargas, dominico dedicado al estudio del arte colonial del Ecuador, menciona los acuerdos del cabildo de 1595, 1610, 1614 y 1616, que ya hacen referencia a jugar y correr toros, y cita una noticia de 1549 sobre corridas de toros en Quito con motivo de las celebraciones de la Pascua, es decir que de manera documentada podemos afirmar que el pasado taurino quiteño se ubica apenas 15 años después de la fundación de la ciudad.
En el libro La Real Audiencia de Quito Claustro de los Andes, el ilustre historiador Ricardo Descalzi aporta datos importantes relacionados con la historia de la ciudad y en ella las actividades taurinas precisando que:
El 10 de mayo de 1573 el Cabildo de Quito tiene "acalorada sesión defendiendo las fiestas de Pascuas de Pentecostés y resolviendo que estando mandado jugar y correr toros y que se regocije la ciudad y que ahora se ha impedido hacer lo susodicho, se ordena y se advierte el castigo a quien no asista a las caretas, toros y luminarias".
En el año de 1574, mes de mayo se convino que se realicen juegos de cañas y fiestas de toros, las que tendrían lugar como siempre en la Plaza Mayor conocida como Plaza Grande, donde se armarían los palcos y los tendidos".
Cuatro siglos después, la construcción y funcionamiento de la Plaza Monumental de Toros Quito supuso un giro trascendental en la estructura y sustancia del espectáculo, fue el dejar atrás una etapa romántica en la que el negocio se lo adelantaba con más afición que profesionalismo, fue dar paso a la construcción de otras plazas, a la revolución de las ganaderías locales, a la promoción de los toreros y al nacimiento jurídico de los organismos aglutinantes de los actores de la cosa taurina, es que con la nueva Plaza la fiesta de los toros en la ciudad y en el país adquirió su forma definitiva.
Ahora debemos de manera rotunda reivindicar el pasado histórico de la fiesta de los toros en Quito asignándole los valores ancestrales contenidos en sus 461 años de vigencia y representados por una multiplicidad de manifestaciones humanas que no pueden y deben ser desestimados.

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