sábado, 27 de agosto de 2011

Poemas del Toro


Es la noble cabeza negra pena,
que en dos furias se encuentra rematada,
donde suena un rumor de sangre airada
y hay un oscuro llanto que no suena.
En su piel poderosa se serena
su tormentosa fuerza enamorada
que en los amantes huesos va encerrada
para tronar volando por la arena.
Encerrada en la sorda calavera,
la tempestad se agita enfebrecida
hecha pasión que al músculo no altera:
es un ala tenaz y enardecida
es un ansia cercada, prisionera,
por las astas buscando la salida.

Rafael Morales

 
Alançaban tablados todos los caballeros
a tablas e escaques juegan los escuderos,
de otra parte matavan los toros los monteros,
avya y muchas çitulas e muchos violeros.
"Bodas del Conde". Fernán González
Gonzalo de Berceo
En figura de toro que es escalentado,
cavando con los piedes, el ceio demudado,
con fiera cornadura sannoso e yrado
paróseli delante el traidor provado.
"El clérigo embriagado". 
Gonzalo de Berceo

 
Negro era el toro, y de color tiznado,
erizado de cerro y lomo altivo,
corto de pies, de manos apartado
los ojos grandes, como fuego vivo,
de espeso remolino coronado,
en mirar espantoso y vengativo,
como un erizo levantado el vello,
de cuernos altos y arrugado cuello.
"Octavas a la desgraciadas y lastimosa muerte
de don Diego de Toledo". 
Pedro de Medina Medinilla

 
¡Ay, bisonte de Altamira,
te tragó el león de España;
fue por hambre, no por saña,
y el león ahora delira,
porque en tu sangre te lleva,
troglodítico bisonte,
botín salvaje en el monte,
sueño mágico en la cueva!
"En la cueva de Altamira". Miguel de Unamuno

 
Se va la noche, negro toro
-plena carne de luto, de espanto y de misterio -,
que ha bramado terrible, inmensamente,
al temor sudoroso de todos los caídos;
y el día viene, niño fresco,
pidiendo confianza, amor y risa
- niño que, allá muy lejos,
en los arcanos donde
se encuentran los comienzos con los fines,
ha jugado un momento,
por no sé qué pradera
de luz y sombra,
con el toro que huía -.
"Desvelo". Juan Ramón Jiménez

 
Desque l' vieron los toros, enerisan los cerros,
los bueyes y e las vacas repican los çençerros,
dan grandes apellidos terneras e beçerros;
"¡Aba! ¡Aba! ¡vaquericos, acorrednos con los perros!"
"Libro del buen amor". Arcipreste de Hita

 
E como toro judío
busca por donde fuir,
andaba del todo frío
desde las cuestas al río
catando por do salir;
mas a la fin no fallaba
en esta ribera brava
ninguna seguro pasaje
pues la cumbre del boscaje
con las nubes comarcaba.
"Planto de las virtudes". Gómez Manrique

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