jueves, 27 de octubre de 2011

Reflexiones: la decisión francesa

El camino del ya voy conduce a la casa del nunca (Miguel de Cervantes)





Mientras en Francia en una mañana son capaces de ponerse de acuerdo a la primera en cómo encarar el 2012, en España seguimos mirándonos el ombligo, y sin visos de que haya cambios.
Recapitulemos sobre lo que han decidido en Francia:


- Crear un grupo de trabajo cuyo objetivo será aplicar el IVA propio a los festejos culturales.

- Reducir en un 20% los honorarios de los toreros y el precio de las corridas que sobrepasan 60.000 euros.

- Revalorizar en la misma proporción (20%) los honorarios de los toreros más modestos.

- Dar mayor cabida a las ganaderías francesas a nivel de novilladas sin caballos y picadas.

Por un lado tenemos el cariz económico que supone la modificación del IVA (eso todavía hay que verlo, no está tan claro como parece) y la posibilidad de que el acuerdo tomado por los franceses implique competencia desleal (repetimos: franceses – otra raza, otro modelo-). Según la Ley 15/2007 de Defensa de la Competencia ,del BOE de 4 de Julio de 2007, en este caso se disipa dicha duda razonable ya que “si los acuerdos, decisiones, recomendaciones y prácticas que contribuyan a mejorar la producción o la comercialización y distribución de bienes y servicios o a promover el progreso técnico o económico, sin que sea necesaria decisión
previa alguna a tal efecto, siempre que:
a) Permitan a los consumidores o usuarios participar de forma equitativa de sus ventajas.
b) No impongan a las empresas interesadas restricciones que no sean indispensables para la consecución de aquellos objetivos, y
c) No consientan a las empresas partícipes la posibilidad de eliminar la competencia respecto de una parte sustancial de los productos o servicios contemplados."

Algunos profesionales, como Moeckel (que parece que de esto sabe algo) lo dejan muy clarito. Resumiendo: el único riesgo que corremos es el de querer clonar la gallina de los huevos de oro.
Por el otro ala tenemos lo verdaderamente noticiable, lo que no debe ser velado por las decisiones económico-financieras adoptadas, es que en Francia tienen claro es un 20% de más de 60.000 € vale lo mismo que un 20% de menos de 60.000 €. A los grandes se les reduce, y a los pequeños se les revaloriza.
Castaño, Robleño, Aguilar, Cura de Valverde, Yonnet, Zaballos… para los franceses las figuras no son las mismas que para nosotros. Le quito un poco a los rutilantes y le doy un montón más a los que dignifican nuestra Fiesta.


Es decir: el 20% de 210.000 € (los 35 millones de pesetas de las figuras) son 42.000 €. El 20% de los que menos cobran (vamos a ser honestos y vamos a poner 60.000 €) son 12.000 €. Con la reducción que le hago a una sola figura puedo pagar la revalorización de tres tíos que me maten la camada entera de Pereira Palha.
Yo, honestamente, prefiero seguir pagando por ver a estos insensatos.


Todo este tipo de medidas se imbrican entre ellas si no tenemos presente cuál es el fin último de todo esto:
- la integridad del toro bravo -mástil mayor de la carpa de todo este circo-
- la ponderación y conservación, como si de encaste en extinción se tratase, del aficionado como juez y parte de todo este tinglado
- la recuperación del déficit de afición en parte de los profesionales, parte vocacional que se presume intrínseca en matadores, empresarios y demás gremios aledaños, pero que mengua a medida que el bantustán se hace mayor .

Ojalá importemos la versión original francesa y no la que viene con subtítulos….

2 comentarios:

Raúl Delgado dijo...

Uy, ésos caches multiplican en bastantes puntos la realidad.

Óscar dijo...

Se pretendía que el ejemplo fuese austero, de ahí esas cifras. Yo me quedé en la última reaparición de Morante, don él mismo se jactaba que el que quisiese arte debería pagar 150.000 € por contratarle.