HÁBITAT DEL TORO DE LIDIA

ACCESO A LA PRESENTACIÓN DEHESAS DE ESPAÑA Y PORTUGAL

     Dehesa, tierra dedicada a pastos en la que se han conservado muchos de los árboles y arbustos del ecosistema natural previo. Se trata de sistemas de gestión agrosilvopastoral de uso múltiple (ganadero, agrícola y forestal), que se basan en el aprovechamiento de tres fuentes principales de producción primaria, completamente acopladas entre sí: monte, labor y pasto. El origen de las dehesas es antrópico, es decir, es un tipo de paisaje creado por los seres humanos.

    El término dehesa alude, generalmente, a las que proceden del bosque mediterráneo o esclerófilo, pero también existen dehesas que tienen su origen en los bosques caducifolios, como las dehesas de fresno o las de roble melojo o rebollo.

    En las dehesas que proceden del bosque esclerófilo predominan los alcornoques, las encinas y los quejigos, con una distribución que depende de las precipitaciones, la temperatura, las pendientes del terreno y la exposición al Sol. En la dehesa se han eliminado parte de los árboles, y en las zonas bajas, también los matorrales, los cuales suelen estar formados por lentiscos, coscojas, jaras y majuelos, entre otros. De esta forma se pueden mantener, a la vez, pastos y árboles. Los frutos de éstos, sobre todo bellotas, constituyen un alimento muy nutritivo para el ganado. Éste puede ser porcino, ovino, caprino o vacuno. En muchas dehesas se optó por utilizar las zonas más fértiles del suelo para los cultivos, mientras que las partes bajas de las laderas se usaban como pastos. Además, también se puede utilizar la madera de los árboles como combustible. Desde un punto de vista ecológico es un aprovechamiento coherente del suelo, porque se combina el estadio juvenil de una sucesión, los pastos, con elementos propios de un ecosistema muy maduro, los árboles.   

    Las dehesas constituyen un ejemplo de explotación sostenible de los recursos naturales. En las dehesas de la península Ibérica se han ido seleccionando las especies florísticas más adaptadas al pisoteo del ganado, al ramoneo o a la forma de comer de los herbívoros. De este modo, los pastizales están formados por un gran número de especies vegetales; en un cuadrado de muestreo de 30 cm de lado se pueden identificar más de 40 especies (en las selvas ecuatoriales la proporción es similar: en un área de 1 km2 se pueden identificar más de 100 especies arbóreas distintas).