lunes, 6 de febrero de 2012

SERAFÍN MARÍN REIVINDICA LA LIBERTAD

El torero de la Cataluña antitaurina parece que ha nacido en Sevilla, en Triana, más concretamente, o en La Puebla del Río. Quizá alejándose de sus raíces que le han defraudado. Ese Serafín apático, sin ganas, desilusionado ha desaparecido. Se abrió de capa con el precioso jabonero claro de Montealto, y desde el principio se adivinó su gran condición. Verónicas rotas, de manos bajas rematadas más allá del infinito. Como cuando se entrena de salón. Lentas, lentísimas, acomodándose a la embestida del toro, es decir, templadas. El remate cumbre, una media entre el desprecio del poder y el gusto del arte. Sublime. Pero también en el quite, con cuatro y remate. Eso es cuajar un toro con el capote. Difícil de olvidar.

Pero siguió embistiendo el tercero de Montealto, de hechuras perfectas, como toda la corrida en general. Un puyazo en toda la yema y una lidia de tres capotazos y haciendo el avión, provocaron que el toro fuera a más. De lío. El inicio de faena, muy inteligente. De torero puesto. Por abajo, para ayudarle aún más. Le siguieron tres tandas de desmayo por el derecho. Aunque el izquierdo no se quedaba atrás. Serafín Marín le dio la distancia y los tiempos perfectos. El torero entregado, entró a matar olvidándose de que la plaza era Valdemorillo. Cogido y con la taleguilla rota recogió dos merecidas orejas. Toro de vuelta al ruedo, la que le fue concedida.


Había esperanza con Víctor Puerto. Torero veterano, pero con la torería que dan los años. Diferente. Pero solo quedó en eso. Después de sendas lidias penosas, solo cabe destacar un inicio por bajo de muchos kilates. ¿No quiso o no pudo? Los toros no se comían a nadie.


El local Julio Pedro Saavedra perdió su oportunidad. La que tanto reclamaba en los últimos cuatro años al no verse anunciado en los carteles de su feria. Faenas compuestas de enganchones, tropiezos y desarmes a granel, no logró dejar ni un muletazo. Del capote solo destacar que tiene los vuelos morados…

Valdemorillo. Media entrada. Toros de Montealto. Bien presentados, de bonitas hechuras. Destacó el tercero Navajuda, nº 44 de 515 kg, premiado con la vuelta al ruedo.      
Víctor Puerto (Frambuesa y azabache) Silencio y pitos
Julio Pedro Saavedra (Botella y oro) Silencia y silencio tras aviso
Serafín Marín (Turquesa y oro) Dos orejas tras aviso y oreja

Crónica de Marcos Sanchidrián.


Foto de Javier Arroyo.

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