lunes, 12 de marzo de 2012

Gonzalo Santonja: «Es una evidencia que las corridas de toros existían en el siglo XVII»

Gonzalo Santonja: «Es una evidencia que las corridas de toros existían en el siglo XVII»
Francisco Salamanca observa a
Gonzalo Santonja durante su intervención.


El escritor y catedrático, que es un experto taurino y un gran aficionado, inauguró las XIX Jornadas de la Peña El Encierro



Con documentos y evidencias que muestran que el toreo a pie nació mucho antes de lo que cuentan algunos especialistas, el escritor y catedrático Gonzalo Santonja abrió las Jornadas Taurinas que anualmente organiza la peña El Encierro.Santonja es doctor en Filología Hispánica, diplomado en Documentación por la Escuela Nacional de Documentalistas y Honorary Fellox in Writing por la Universidad de Iowa, además de catedrático en la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua. Pero sobre todo es un gran aficionado taurino, lo que le ha hecho acercarse al mundo del toreo desde sus facetas de investigador y escritor.Una de sus obras más conocidas en el mundo de la tauromaquia es 'Luces sobre una época oscura. (El toreo a pie del siglo XVII)', tema sobre el que instruyó a los que acudieron a escuchar sus palabras en la sacristía de la iglesia de san Francisco de Cuéllar.Bajo la premisa de que «es una evidencia que las corridas de toros existían en el siglo XVII», Santonja abrió su charla mostrando su respeto por José María de Cossío, «que para mí es un maestro», aunque su postura está en desacuerdo con la del escritor. «Aunque le lleve la contraria, es desde el respeto y la admiración», precisó.Y este desacuerdo se centra principalmente en la teoría de Cossío de que el toreo a pie no existe hasta bien entrado el siglo XVIII o casi el XIX. Santonja desmonta esta afirmación con algunos documentos encontrados en archivos y bibliotecas de Castilla y León. Uno de ellos está fechado en el año 1663 y se trata de un contrato firmado en Valladolid y encontrado en el Archivo Histórico Provincial de esa ciudad.Durante su ponencia en Cuéllar, Santonja fue desgranando uno a uno los párrafos de este contrato, que hacen ver la realidad de la existencia del toreo a pie en esa época. El contrato se firma entre Alonso Velarde, escribano de su Majestad y presidente de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Jesucristo, y Pedro Morcillo. A través del documento acuerdan que Morcillo queda obligado a asistir a la 'corrida de toros' que dicha cofradía celebrará el 5 de septiembre. Además, el documento incluye el acuerdo de que estará en la ciudad de Valladolid con Pedro Nieto y Andrés Serrano.
Terna de toreros
Tan solo con estos datos ya se puede conocer la existencia de una corrida de toros, pues con esas mismas palabras se encuentra en el documento, además de tener ya una terna de toreros, tal y como ocurre en la actualidad.En el contrato también queda reflejado que los tres mencionados asistirán en la Plaza Mayor toreando, haciendo suertes de a pie y poniendo banderillas a los toros, según lo habían realizado en otras fiestas de la cofradía. El documento también señala que, además del toreo a pie, tienen que dar dos lanzadas de a pie y dos de a caballo, dándoles rocines diferentes para cada lanzada.Además de afirmar que en esa época ya existían las corridas como hoy en día, Santonja destacó datos como que los contratos antes se ganaban en las plazas, que la corrida cuenta con al menos cuatro toros, con los tres tercios, y que los expertos toreaban por dinero, por lo que ya era su profesión y les daban los caballos, pues no se podían permitir el lujo de perder los animales.También explicó detalles como la existencia de un escalafón y el reconocimiento de su oficio, por el que se les paga un dinero que en el siglo XVII les permitiría vivir bastante bien. Mediante otros documentos, Gonzalo Santonja dio a conocer que esa misma terna de toreros actúa ese año en otras plazas, como Salamanca y León.Todo ello con palabras muy claras que hoy en día también se utilizan, como toreadores o corrida, con lo que se hace evidente que ya en ese año se tienen todos los ingredientes del toreo.Para el escritor y catedrático, es tan claro este ejemplo que si pones a una persona del siglo XVII en una plaza actual, y al contrario, ambos entenderían, ya que es el mismo espectáculo. «Es un modo de entender la cultura que se ha mantenido a lo largo de la historia. Una manifestación cultural del máximo interés patrimonial. Los toros son tan importantes como las iglesias románicas o las catedrales», afirmó Santonja, que anunció la publicación de un nuevo libro en breve.

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