sábado, 16 de junio de 2012

Matías Tejela asegura seguir aspirando “a lo máximo con ilusión y torería”

El matador de toros madrileño Matías Tejela, fue el invitado especial de la 234 Tertulia Taurina de Segovia que con este encuentro abre un paréntesis de inactividad hasta el mes de octubre cuando se reanude la convocatoria. La presencia de Tejela fue correspondida con un elevado número de contertulios que disfrutaron con el cocido segoviano, el coloquio y los brindis que se suceden de forma amable y distendida.
Matías Tejela ya fue invitado de la tertulia en 2004 cuando llevaba un año de alternativa y apuntaba a lo más alto del toreo. Sus éxitos contínuos en plazas de alto nivel, le auparon a lo más alto del escalafón con presencia segoviana en plazas tales como Cantalejo, Cuéllar y Segovia capital. Después, hubo un lapsus en su trayectoria motivada por circunstancias adversas y una cierta indolencia del torero. Resurgió de nuevo para colocarse en un puesto acorde con su categoría artística arrancando la pasada temporada con 22 corridas toreadas y en la presente con siete, dos en la feria de San Isidro.
--- Es cierto lo que comentas y espero refrendar la nueva trayectoria en la que me encuentro muy centrado, muy dispuesto y con renovadas ilusiones. Lo pasado, pasado está. Reconozco la parte de culpa que me corresponde y que baso en la falta de madurez con ciertos fallos propios y ajenos. Fueron circunstancias que ni deseo y espero no vuelvan a producirse. Yo soy ante todo un torero vocacional. A los doce años decidí ser torero, ingresé en la Escuela Taurina de Madrid y desde entonces la profesión de torero es mi profesión a la que no renuncio y en la que espero permanecer muchos años.
Preguntáis si mi condición de madrileño influye positivamente en el ánimo de los aficionados de Las Ventas, que si es una cierta ventaja. Pues acaso en algún pequeño porcentaje puede que sí, pero ante todo creo que mi concepto del toreo tenga mayor influencia, es decir, que mi tauromaquia es la que impacta mayormente en el gusto y partidismo de los aficionados. De las dos tardes de la feria de San Isidro, la primera me las ví con dos toros de difícil faena. El de Ventosillo me lo puso muy complicado y me condicionó mucho. El de Torrestrella en la segunda tarde, me permitió desarrollar el toreo que a mi me gusta, de mano baja y a medio pecho. Llevo nueve años de matador de toros desde aquella bonita y siempre bien recordada tarde del 15 de marzo en Valencia con Dámaso González y Joselito como padrino y testigo de alternativa.
Ahora, tengo por delante una temporada con interesante número de corridas, algunas de enorme compromiso como la del 10 de julio en Pamplona con toros de El Pilar y Fandiño y David Mora de compañeros de cartel, con quienes vuelvo a torear el 20 en Mont de Marsan y ganado de Fuente Ymbra. Espero superar el número de corridas del pasado año y, por supuesto, mejorar el bagaje artístico. Yo continúo manteniendo el deseo y la ilusión por alcanzar el liderato en número de festejos y en calidad torera. Tengo muy buenas vibraciones que me suponen un estado anímico muy conveniente para caminar por la vida y por la profesión de torero.

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