lunes, 22 de octubre de 2012

«Madrid era mi última oportunidad y la aproveché con suma tranquilidad»



Daniel Martín, novillero.
Desde sus inicios le ha tocado vivir la cara más amarga de la profesión. De su enorme proyección dejó constancia ya en su época sin caballos al hacerse con cinco bolsines, aunque a cada luz que se le encendía le sobrevenía una sombra en forma de percance o lesión. Algo similar le sucedió con los del ‘castoreño’, si bien el pasado 9 de septiembre cortaba una oreja en Madrid que hacía justicia a los muchos sinsabores que le ha tocado sufrir. Un apéndice que le da argumentos al novillero salmantino nacido en Alemania para tomar la alternativa la próximo temporada.
Hace poco más de un mes cortaba una oreja de mucho peso en Madrid. ¿Cómo vivió aquella tarde?
Las sensaciones son difíciles de describir, pues fueron muy intensas y se llevan tan dentro que resulta tremendamente complicado exteriorizarlas. Lo que sí puedo decir es que la afronté con enorme tranquilidad para lo muchísimo que me jugaba. Y es que no solo era la tarde más importante de mi carrera, sino que sabía perfectamente que me encontraba ante mi última oportunidad para seguir en esto. Por ello, salí con la cabeza muy fría y con la única intención de disfrutar tratando de hacer lo que yo siento. El caso es que la disfruté de principio a fin, pues con el primer novillo las sensaciones ya fueron muy buenas. Lástima que se levantara al ser apuntillado pues podía haber dado perfectamente una vuelta al ruedo. Y con ese segundo del lote fue muy bonito cómo empecé a hacerle y a romperle hasta cuajarle como lo hice. En definitiva, era mi última oportunidad y la aproveché con suma tranquilidad, en buena medida porque me siento plenamente capacitado.
Y eso que era su segunda novillada en este 2012 tras la de Ceret...
La suerte que tengo es que lejos de desmotivarme por la falta de contratos, sigo entrenando como si tuviera que torear todos los días. Para suplir la falta de actividad delante del toro lo que hago es el mayor campo posible con el fin de no perder el ritmo ni la confianza delante de los animales. De todos modos, es tremendamente complicado no tener continuidad y verte haciendo el paseíllo en Las Ventas. Hay que tener la cabeza muy bien amueblada para asimilarlo.
La única pena es que esa oreja llegara tan avanzada la temporada...
Ese fue el único pero dado que de haber sido a principios de año podríamos estar hablando ahora de una temporada completamente distinta. Pero las cosas son así y en mi caso el triunfo ha llegado en ese momento y bienvenido sea. Tal vez este año no haya ayudado mucho pero me da mucho ambiente y argumentos para que los empresarios cuenten conmigo en 2013.
Un apéndice que hacía justicia a una dilatada carrera marcada por la mala suerte en forma de percances...
Nadie se imagina todo lo que he sufrido, pues entre otras cosas no soy muy dado a exteriorizarlo. Es muy complicado no torear, ver que el tiempo pasa y que tú sigues ahí luchando día a día sin que nadie se acuerde de ti a la hora de ponerte en los carteles. Además, no sé si por suerte o por desgracia me ha tocado vivir demasiado pronto toda la dureza del toreo, pues desde mis inicios los percances o las lesiones me han llegado siempre en momentos clave de mi carrera. Por ello, creo que la oreja de Madrid ha sido una recompensa a tantos sinsabores.


 .eladelantado.com

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