La novillada de abono de Vale do Sorraia decepcionó y
la terna fue silenciada.
Los utreros de portugueses de Vale do Sorraia, bien presentados.
Los saltillos de Sorraia eran un
misterio. Fueron mansos y muy duros para morir. Casi todos embistieron
rebrincados, puede que por ser desastrosamente picados.
Silencio para
los novillos portugueses de Vale do Sorraia, los tres primeros
con trapío de toro, los tres últimos más cómodos, fueron al
caballo sin mucha convicción empujando poco debajo del peto pero
entrando tres veces al matalón. Desarrollaban peligro en el último
tercio llegando al final de la lidia con muchas problemas también
debido a que exigían lidias antiguas como sus estampas pero los
chavales bastante hacían con estar delante cuando muchas
autodenominadas figuras no llegaran a ver un cuerno tan íntegro como
los que llevaban por delante los utreros portugueses.
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