viernes, 3 de abril de 2009

TERTULIA EN EL AULA DE TAUROMAQUIA C.E.U



"Ignacio Sánchez Mejías:Crónicas de una fiesta vivida".
por Dª Beatriz Badorrey Martín.Profesora de Historia del Derecho de la U.N.E.D.
Ignacio Sánchez Mejías Torero español, escritor y dramaturgo. Nació el 6 de junio de 1891 en Sevilla. De niño juega a torear con Joselito el Gallo, cuatro años menor que él, en la finca de su padre. Viajó a México, como
polizón, y trabaja en el campo para ganarse el sustento.Seinició en el mundo del toro como peón de brega en las cuadrillas de Rafael el Gallo y Juan Belmonte, más tarde pasó a la de Joselito (se casó con su hermana), que fue quien le dio la alternativa en Barcelona el 16 de marzo de 1919.


Al año siguiente, acompañó a Joselito en la trágica corrida de Talavera en la que éste murió. Fue el encargado de matar a Bailador el toro que acabó con su vida.






Gran aficionado a la literatura, redactaba él mismo las crónicas de las corridas en las que intervenía y estrenó una comedia, Zaya (1928) de tema taurino y un drama, Sinrazón (1928) con influencias de Sigmund Freud y Luigi Pirandello. Retirado en el año 1927, regresó a los ruedos en 1934. El 11 de agosto sustituyó a Domingo Ortega en la corrida celebrada en Manzanares. Al recibir de muleta a su primero -Granadino- como acostumbraba, sentado en el estribo, fue gravísimamente herido en la ingle derecha al incorporarse. Su insistencia en ser trasladado a Madrid sin que nadie le tocase la herida, desencadenó una gangrena gaseosa de la que fallecía en la madrugada del día 13.



Sus restos reposan en la misma sepultura que los de Joselito. Federico García Lorca le dedicó su elegía más famosa -Llanto por Ignacio Sánchez Mejías- escrito con motivo de su trágica muerte.

La conferencia de ayer, trato sobre todo, de la polémica creada en la temporada de 1925, entre Ignacio Sánchez Mejía y algunos periodistas del momento entre otros Jose Gomez. Que le lleva a publicar (en contestación a estos ) las crónicas de sus propias corridas, Siendo el único torero en hacerlo hasta nuestros días.

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