César de la Fuente Rejoneador
El segoviano asegura que en el rejoneo actual se ha alcanzado «un perfeccionismo» difícil de superar .
El segoviano César de la Fuente, el niño prodigio que debutó con 12 años, a principio de los años 80, y que lleva una veintena en activo, fue uno de los asistentes al homenaje al rejoneo de Castilla y León que organizó la Asociación de Caballistas El Comeso de Portillo.
Pese a llevar una década alejado del público, De la Fuente, continúa ligado al mundo del caballo a través de la escuela de equitación que regenta en la localidad segoviana de Espirdo y no descarta volver a los ruedos a retomar el toreo a caballo que tanto le apasiona para deleitarse con su suerte favorita, la de salida.
-¿De dónde le viene la afición?
-Solo sé que comencé a montar a caballo a la edad de 8 años con Cándido López Chaves -rejoneador segoviano fallecido-, pero creo que empecé más por la afición de mi padre que por la mía propia.
-¿Qué era más difícil, rejonear entonces o ahora?
-En aquellos años yo creo que era más fácil. Ahora pienso que es más difícil, porque las cosas en el toro están ahora más complicadas que hace unas décadas.
-¿Qué tipo de rejoneo le gustaba hacer en aquella época?
-El que yo hacía. Un toreo serio, clásico y muy de verdad. Lo que ocurre que cuanto más de verdad se hace, más complicado es.
-¿Cómo cree que ha evolucionado el rejoneo?
-Fenomenal. En estos momentos se hacen en las plazas cosas impresionantes con los caballos y con los toros. Se ha llegado a un perfeccionismo muy difícil de superar.
-¿Qué tipo de caballos siguen siendo sus favoritos?
-Mis caballos favoritos, son los caballos buenos. La raza tampoco importa mucho. Yo he tenido caballos de todo tipo. Ahora crío lusitanos y monto lusitanos, cruzados y de todo tipo, y me gustan los caballos que cuando te montas en ellos se ponen en tus manos y se dejan llevar.
-¿Un ídolo como rejoneador?
-Tengo muchos. En la época en la que yo empezaba, mis ídolos eran Álvaro Domecq y Joao Moura. Y en estos momentos, sin duda, Pablo Hermoso de Mendoza.
-¿Un caballo que hubiera deseado tener?
-El caballo que más me ha impresionado toreando ha sido Gallo, de Pablo Hermoso de Mendoza.
-¿Una plaza dónde le habría gustado torear?
-Todas aquellas en las que no he tenido la oportunidad de hacerlo. Pero, especialmente, Sevilla y Jerez.
-Usted se dedica actualmente a la doma clásica ¿Qué aportación tiene esta disciplina al rejoneo?
-La doma clásica es la base de la equitación y creo que es la que debe convertirse en punto de referencia para todos los jinetes que después se dedican o quieran entrar en cualquier disciplina.
nortedecastilla.es
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