Ya es oficial, el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo arrancaba anoche y lo hacía con el pregón del matador de toros salmantino, Santiago Martín, 'El Viti'. Con las bazas que da la experiencia, El Viti tiró de anecdotario para resumir en sentidas palabras, lo que ha vivido y sentido con los mirobrigenses.
Quizás hasta ayer, pocos sabían que el torero salmantino más importante de todos los tiempos se presentó en este carnaval en el año 1967, no como torero, sino como joven que quería disfrutar de la fiesta. «Me enteré de que la persona que me interesaba», confiesa El Viti, «venía al baile y, acompañado por unos amigos, nos vinimos a Ciudad Rodrigo. Yo disfrazadazo de moro con una chilaba, turbante y careta, de forma que nadie me conoció y pude acercarme a la que hoy es mi esposa y bailar con ella».
Y nadie mejor que este matador, que el próximo mes de mayo cumplirá 50 años de alternativa, para reconocer que la de Ciudad Rodrigo, «es una fiesta por y para el toro, no es solo una fiesta sino una forma de vida única y diferente».
Por eso, toro y torero coincidieron en la vieja Miróbriga cuando el de Vitigudino contaba con tan solo 18 años. Corría el año 1947 cuando estuvo por primera vez de becerrista, un año después de que se creara el Bolsín Taurino de Ciudad Rodrigo. A pesar de esa juventud, recuerda que algunos en los tendidos decían: «¡Qué viejo es!».
A partir de este día, añade «comprendí cuál era vuestro espíritu del carnaval y del amor y del respeto que tenéis al toro bravo».
Pero la jornada de carnaval de ayer en Ciudad Rodrigo estuvo caracterizada, de igual modo, por el denominado 'Campanazo'. Un acto que congrega en la Plaza Mayor a miles de personas que esperan que la campanera haga sonar su campana por primera vez en este carnaval. Ni la nieve que cayó a primera hora de la tarde ni el frío, impidieron que el personal se entregara al desenfreno que supone el antruejo y que se extenderá hasta el próximo martes.
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