jueves, 14 de julio de 2011

Juan Mora: "Esta profesión no tiene edad de caducidad"

Con el torero, que regresa a Pamplona 14 años después


El veterano torero de la ciudad cacereña de Plasencia habla en profundidad en la entrevista concedida a este periódico sobre la nueva etapa profesional que le ha devuelto a los mejores carteles de las ferias tras duros años de ostracismo en los despachos

Pamplona. El torero de Plasencia regresa 14 años después a una de las plazas donde fraguó su enorme categoría profesional durante la última década del pasado siglo. En Pamplona y otras plazas de Navarra dejó marcado su sello de artista. Un torero, Juan Mora, que resurgió del ostracismo en la pasada Feria de Otoño de Madrid con una faena y unos naturales para el recuerdo. Así, se le volvieron a abrir las puertas de muchas plazas que hacía lustros no pisaba. Todo un lujo es el volver a disfrutar en la Feria del Toro de su pundonor y su esencia, de su dominio y talento soñador, de su inteligencia y su inspiración.

Sólo un cartucho en otoño para dar de pleno en la diana de los mejores carteles de primavera y verano…

Lo del 2 de octubre con Retaco en Madrid fue un ensueño. Fue lo que soñaba todos los días cuando cogía el capote y la muleta para entrenar. Aun proscrito, he sabido preservar y me levantaba todos los días a prepararme por la educación taurina y la filosofía que he heredado de mi padre. Intuía que lo de Madrid iba a llegar algún día. Nunca desesperé.

En Córdoba está la Puerta de Plasencia en recuerdo de los caballeros de la capital del Valle del Jerte que entraron en primer lugar cuando la Reconquista. ¿Lo suyo ha sido también como una reconquista del toreo?

La verdad es que, sin pecar de inmodestia, creo que he sido protagonista de cosas grandes después de toda una vida dedicado en cuerpo y alma a esta liturgia de los toros. Está bien rememorar las cosas importantes de la Historia y de la historia de cada uno que han pasado.

El toro no pregunta la edad a los toreros…

Esta profesión no tiene edad de caducidad y con más de 50 años, si estás bien preparado física y psicológicamente, se puede torear. Mi padre siempre me decía que el toro no pide el DNI. Además el toreo de salón también te pone a punto.

14 años después vuelve a Pamplona. ¿Qué recuerdos le traen las 10 corridas lidiadas en Pamplona en los años 90?

Recuerdos… Impresionantes, magníficos. De la plaza, de la organización, del público y de muchos buenísimos aficionados que hay. El sol es como es, pero es parte del todo, de la idiosincrasia de Pamplona. Me quedo con la esencia de Pamplona, pero recuerdo, por ejemplo, la primera tarde de mis seis años allí con mi segundo toro de Cebada Gago, que creo que se llamaba Panadero; me sentí muy torero y salí por la puerta grande. Ya han pasado 14 años pero sé perfectamente dónde voy, dónde me meto y la responsabilidad que conlleva. La verdad, aunque esté mal decirlo, tiene mérito. Espero que Dios me de la capacidad suficiente esta tarde.

En Pamplona y con una de Núñez del Cuvillo, no está mal después de las corridas duras a las que ha tenido que hacer frente en esta plaza...

Si, muy bien. La empresa nos lo propuso con mucha sensibilidad y trato.

¿Cómo lleva la temporada? ¿Con qué intenciones regresa a la Feria del Toro?

Estoy satisfecho porque todos los días que he toreado he saboreado el toreo en una verónica, en un remate… Estoy esperando a ese toro que me diga "ponte ahí" para cuajarle 10 o 15 muletazos. Me encuentro con suficiencia, sintiéndome torero. No soy ningún majara. Hay que ser torero y parecerlo. No me importa demasiado el participar en el banquete de las orejas y los triunfos.

En aquella gloriosa década de los noventa se pudo disfrutar de usted no sólo en Pamplona, también en Corella, Cintruénigo… donde se le recuerda con cariño…

Bueno… Lo mío con Navarra era toda una gira: Pamplona, Tafalla, Tudela, Cintruénigo, Corella… Y, luego, otra vez en el invierno recogiendo premios. He tenido muchos momentos mágicos en esa tierra.

Se puede hablar de una segunda época, la de la madurez de Juan Mora, pero el concepto del toreo permanece inalterable; se lo dijo a la afición de Madrid por San Isidro a vueltas de cómo prendía el palitroque de la muleta.

Se torea como se es. Yo toreo desde siempre como soy, con mis defectos y sólo alguna virtud.

¿Está de acuerdo con la frase "La vida te sorprende, siempre hay que estar preparado"?

Sí. Hay que estarlo siempre por si te van a avisar para torear.

¿El 14 de julio le verá su amigo Marcelo Giménez Elizagaray desde donde esté?

Seguro, totalmente. Desde que supe que iba a estar anunciado en Pamplona pensé en él. Marcelo era el mejor embajador de Pamplona y Navarra. Una persona generosa, entrañable y valiente.

'La esencia del arte encarnada en un hombre', reza su web.

No me acordaba que ponía eso. Pienso que el toreo sí es arte.

Es el único torero que sigue utilizando durante la faena de muleta la espada de verdad. ¿Se siente distinto?

Forma parte de mi personalidad. Creo que es un detalle torero, bonito, que hacían antes El Viti, Paquirri, Tomás Campuzano… Además, cuando ves que el toro te pide la muerte… pues para adelante.

http://www.noticiasdenavarra.com/

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