La Federación Taurina de Valladolid ha hecho un llamamiento urgente a las distintas administraciones públicas -Junta de Castilla y León, diputaciones provinciales y ayuntamientos- con el fin de que declaren la Fiesta de los Toros como Patrimonio Cultural Inmaterial para blindarla de manera definitiva «contra los ataques infundados e injustos que se vienen sucediendo», según declara Justo Berrocal Hernández, presidente de la Federación, que ha enviado un comunicado a las autoridades competentes «ante el expolio que se pretende cometer con la prohibición de la tauromaquia en Cataluña y consumado mediante la utilización de procedimientos parlamentarios fundados en objetivos políticos ajenos a la fiesta de los toros», añade.
Justo Berrocal espera que se sumen a la iniciativa el mayor número de instituciones posible y procedan a proteger «la más profunda y arraigada expresión cultural del pueblo español, que está amenazada, en peligro y requiere que se tomen medidas de protección». Como Estado Parte de la Convención de la Unesco para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), España tiene la capacidad de elaborar un inventario sobre la tauromaquia, «que obviamente forma parte de nuestro patrimonio más extenso». Este instrumento internacional de protección tiene su aplicación en todo el territorio español y todos los poderes públicos pueden hacer uso y favorecerse de ello.
La Federación Taurina de Valladolid señala que son las comunidades autónomas las que ejercen la competencia en materia cultural y son las responsables de la elaboración de los inventarios del PCI existente en sus respectivos territorios, «de igual manera que están haciendo decenas de ciudades y municipios a través de sus ayuntamientos que han sabido atender el clamor de sus habitantes, protegiéndolo mediante declaraciones de interés cultural que sirven por un lado para lograr el blindaje de nuestros festejos taurinos, y por otro, para caminar hacia el reconocimiento universal que supondrá ingresar en la lista representativa de la Unesco», argumenta Berrocal.
En última instancia, la Federación apunta que una vez declarada la Fiesta de los Toros como Bien de Interés Cultural (BIC) e incorporada la tauromaquia en los inventarios pertinentes, se deberá proceder a hacer la respectiva declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial con arreglo a la Convención de la Unesco, condición necesaria para poder alcanzar ese reconocimiento nacional e internacional. «Las medidas de protección basadas en instrumentos autonómicos son muy importantes, pero no basta con ello para blindar internacionalmente la Fiesta de los Toros, si tenemos en cuenta que hay ataques que se originan incluso fuera de los límites del Estado Español», apostilla Berrocal.
Si las declaraciones llegan al Consejo de Patrimonio Histórico, en España quedará blindada la tauromaquia, según la Federación Taurina, que considera que la Tauromaquia forma parte de una tradición arraigada y extendida por todo el territorio español, cuyos orígenes son anteriores a la creación del propio Estado y va paralela en el tiempo con la existencia del pueblo íbero, que la ha recreado, desarrollado y hecho evolucionar hasta convertirla en un arte, fuente de inspiración de las Bellas Artes.
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