miércoles, 23 de noviembre de 2011

'El Toro Bravo, guardián de la Dehesa' dentro de la Tertulia Mediterránea

Documental sobre los valores ecológicos que la cría del toro bravo añade a las dehesas convirtiéndose en el conservador de ecosistemas únicos y exclusivos en la Península Ibérica tendentes a desaparecer.
BENJAMÍN H. MONTANARI / / CRÍTICO TAURINO


"¡Hola!, me llamo Garboso. Soy un toro de lidia, un toro bravo de la ganadería que fue de Fernando Villalón, poeta y ganadero de reses bravas. Aquel que quiso criar toros con los ojos verdes". Así empieza el documento audiovisual titulado El toro bravo, guardián de la dehesa elaborado por Emilio Lentisco y Juan José Ruiz Plaza con soporte fotográfico de Miguel Asís que fue presentado la pasada semana a asiduos de la Tertulias Mediterráneas y otros aficionados que quisieron no perderse esta "premier" que tuvo lugar en la Marisquería Baviera. 


El cerca de medio centenar de asistentes, provenientes de distintas peñas y sectores de aficionados y la presencia destacada del torero Ruiz Manuel, del presidente de la plaza de toros Marco Rubio, de los presidentes de las peñas del Foro 3 Taurinos 3 y la de Roquetas, del Taranto y Juan José de Torres que como alma mater de las tertulias Mediterráneas hizo las veces de presentador del acto. Para comentar lo que supuso un éxito por la satisfacción de los asistentes con lo presentado y expuesto, se desplazaron todos los presentes posteriormente al cercano Restaurante Las Botas donde disfrutaron de rica cena y mejor compañía. 



Múltiples argumentos en el documental que justificaban la existencia del toro bravo y su final aprovechando el hilo que mostraba la maravillosa y placentera vida del toro en el paraíso de la dehesa. Un recorrido que abarcó desde el origen desde los antepasados del toro en Europa y Asia Central pasando por el aprovechamiento racional y óptimo de los recursos naturales gracias a él. "La única razón de mi existencia, lo único que podemos hacer los toros bravos es luchar con nobleza en una plaza de toros frente al hombre que me reta", poniendo Juan José Ruiz Plaza voz a los pensamientos de ese animal que contaba cual era el transcurrir de su vida y los pormenores de la misma frente a la de uno criado para consumo exclusivo de carne diferenciando las condiciones de habitabilidad de ambos, el tipo de alimentación, trato y la forma de morir. Recorrido desde el nacimiento a la muerte. 



"Pero no es sólo el ADN lo que define a los toros bravos, es también su hábitat. Formamos parte de un proceso biológico perfecto, diverso, saludable y solidario: el de la vida libre en el planeta tierra. Viven conmigo en un ambiente de tranquilidad y absoluta armonía, una numerosa fauna y flora autóctonas que gracias a mi dehesa, se desarrollan en perfecto equilibrio natural, beneficiándose de su existencia y conservación. Aquí están tranquilos, viven como la propia naturaleza los engendró. Nadie se atreve a entrar en estas tierras. ¡Yo soy el guardián de la dehesa!, y mi temperamento no permite la entrada de extraños y mucho menos que intenten perseguir y cazar a mis protegidos. Soy una barrera a la industrialización desaforada y mal planificada. Soy una barrera para el malentendido desarrollo urbanístico". Con su presencia en la dehesa, se ha convertido en el conservador de ecosistemas que, de no ser por él, hubieran tendido a desaparecer en beneficio de la agricultura extensiva y sobre todo de la especulación urbanística, continuaba el argumentario. 



No faltaron comparativas con el ganado de carne y estadísticas: 800 millones de animales pasaron por el matadero degollados, explotados, masacrados para carne de vacuna, ovina, caprina, porcina, equina, de aves y conejos mientras que entre todos los festejos taurinos son un total de 30 mil reses sacrificadas. Las dehesas dedicadas al toro bravo sobrepasan las 540.000 hectáreas en 1200 ganaderías y se extienden por prácticamente todo el territorio nacional. Eso quiere decir que todo ese territorio está a salvo y esa superficie de dehesa brava equivale a las tres cuartas partes de la provincia de Almería, y al 80% de la superficie del País Vasco. 



Nuestro patrimonio genético, el del toro bravo, es de un valor incalculable, que además, se ha mantenido a lo largo de los siglos porque es el único animal que se ha seleccionado en la búsqueda de un determinado comportamiento: la bravura. Se generan alrededor de 1.000 millones de euros anuales en la economía española, cifra que alcanza los 2.500 millones de euros, si se tienen en cuenta los 5.901 festejos populares y sociales que se celebran a lo largo del año. Da trabajo directo a cerca de 200.000 personas; casi 4 millones de jornadas de trabajo generadas anualmente que mantienen a cerca de 15.000 familias y constituye un elemento fundamental para el desarrollo y revitalización de muchas comarcas rurales desfavorecidas y alejadas de los núcleos de población. Es la primera actividad cultural en ingresos por IVA de España. El IVA recaudado por el Estado como consecuencia de la venta de entradas para festejos taurinos fue de 41 millones en el año 2009, siendo sólo una de las contribuciones fiscales que los toros aportan a la Hacienda española. Otros tributos, tasas, cotizaciones sociales, emanadas del sector taurino benefician al conjunto de la sociedad, incluyendo a los que pretenden su desaparición. Según datos de 2009 se vendieron diez millones de entradas por importe de 373 millones de euros en los 2.684 espectáculos mayores y menores; sin contabilizar los festejos populares. Y muchos datos más se aportados en este Interesante e importante documento audiovisual donde no faltó el apoyo poético con obras de José León, Robert Ryan, Antonio Burgos, Felipe Cortines y Murube, Fernando Villalón y Benítez Carrasco sin olvidar el soporte musical de una veintena de autores e intérpretes distintos y de una decena de versiones de música de bandas sonoras de películas. Un documento que será referencia indispensable para la afición taurina como argumentario de El toro bravo, guardián de la dehesa.

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