Tocar el pulso al ayer, cuando han transcurrido cincuenta años, es
retornar a tiempos que muchos no recuerdan en razón a su edad. Pero sí
muchos otros entre los que me cuento. Fue el 1 de julio de 1962, cuando
en el bicentenario coso taurino segoviano se doctoraba matador de toros
un joven torero de La Velilla llamado Andrés Hernando. Ya había sentido
las mieles del éxito en novilladas por ciertas plazas de relieve y de
hecho dos días antes en la misma plaza segoviana se había despedido como
novillero.
Aquel cartel de la
alternativa formado por toros de Manuel
Arranz y Charro de Murga con la terna compuesta por el toricantano y
Victorino Valencia de padrino y el Viti de testigo de ceremonia, fue un
acontecimiento en el panorama taurino segoviano. Lleno en la plaza y
triunfo incontestable de Hernando cortano una oreja al toro de su
doctorado, de Manuel Arranz y dos y rabo al toro de Charro de Murga.
Paseo en hombros y de esa guisa en volandas hasta el hotel Las Sirenas,
dos kilómetros distante del inmueble taurino y entre aclamaciones y
vítores.
Años de triunfos resonantes como la famosa corrida de Beneficencia,
alternativa
en la México, trofeo "Mabolete" de Linares, indulto de "Potrico" en
Barcelona.... homenajes, popularidad, familia, ganadería de bravo,
empresariado taurino, apoderamiento de toreros, cuncuenta años
transcurridos y ayer domingo, 1 de julio, efemérides gloriosa en olor de
familar y multitud de allegados, amigos y aficionados.
Misa de Acción de Gracias en la iglesia de la Santísima Trinidad,
almuerzo en restaurante Mínimos donde fueron convocados los asistentes
que tributaron homenaje de admiración, respeto, cariño y alta
consideración a la figura emblemática del torero y ser humano. Rodeado
de los suyos, su esposa Sonsoles, sus tres hijos, Andrés, Gonzalo y
Sonsoles, las dos hijas políticas, los seis nietos, hijos de Andrés y el
futuro marido de Sonsoles. Una familia muy unida, muy considerada y muy
entrañable.
El periodista taurino Pablo Pastor cumplió funciones de
presentador-maestro de ceremonia. Aludió a la personalidad de Andrés
Hernando del que dijo "siempre y en todo momento mostró su condición de
segoviano. Fue figura en las décadas de los años sesenta y
setenta
y causa admiración y sana envidia verle rodeado de su familia y querido
por todos sus componentes. Homenaje de sentimiento, respeto y sumo
cariño. Maestro, ¡va por ti! Le fue entregado un precioso óleo de Lope
Tablada simbolizando al torero vestido de rosa y oro la tarde de su
alternativa en Segovia. Hizo la entrega en nombre de la afición segoviana Mariano Pascual.
Después hubo otras intervenciones como las de Julián de Antonio, amigo
de la infancia de Andrés, allá en La Velilla, el cual leyó un mensaje e
hizo entrega de un estoque torero procedente de tiempos pasados y que
empleó en ciertos momentos el diestro segoviano.
El presidente actual de APADEFIM hizo alusión a los beneficios otorgados
en su tiempo a través de los 16 festivales taurino organizados por
Hernando. Le entregó una plaza alusiva, trabajo artesanal de los
acogidos en el centro.
También habló el ex presidente de esta Asociación, Hilario Miguelañez.
Lo hizo igualmente Félix Barcenilla en nombre de la Asociación de
Camareros de Segovia y provincia con entrega de un presente. El joyero
Andrés Revilla con una fiura torera tallada en plata. Antonio Horcajo,
presidente del Centro Segoviano de Madrid añorando tiempos pasados y
aludiendo a una arraigada amistad con el maestro.
Después, intervenciones a cargo de Emilio de Frutos, éste en su
condición de matador de toros y amigo personal de Andrés. Breve
alocución de Manolo Lozano y una muy sentida oratoria de Gonzalo
Hernando, quién dio la enhorabuena a su padre en nombre de la familia y
las gracias a los presentes. Le fue entregada también la insignia
demplata de la peña taurina "El Espontáneo" que fue prendida en la
solapa de su chaqueta.
Fueron cuatro vacas tentadas del hierro de Peñatella. Picó Javier
Bastide y actuaron Andrés Hernando, Emilio de Frutos, Gonzalo Hernando y
Miguel Angel Sánchez. Buenas vacas, unas mejores que otras, buen toreo y
emoción y aclamación popular hacia el toreo desplegado con capote y
muleta del maestro de La Velilla. Hasta Manolo Lozano plantó cara a la
vaca e instrumentó tres excelentes ayudados por alto.
Se colocó a la entrada principal una placa conmemorativa de la efeméride
aludiendo a la fecha, cartel y circunstancia. Es obra del artesano
Miguel Ángel Molinero.
http://www.eladelantado.com
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