viernes, 9 de noviembre de 2012

Fidel San Justo explicó la compleja labor que realizan los veedores


Uno de las cuatro personas que realizan en España esa misión, previa a la corrida de toros, detalló en la tercera conferencia organizada por la peña taurina “El Espontáneo” su trabajo.
Por primera vez un veedor de toros habló en público y en conferencia-coloquio sobre materia tan sutil, controvertida e interesante, como la selección de reses bravas para festejos por mandato de empresarios y toreros. La figura del veedor tiene un fundamento basado en acertar lo máximo posible con la elección de un encierro que conforme una corrida y determinar por trapío, hechuras y condicionantes morfológicos para que clase de plaza va destinada. Fidel San Justo explicó de manera clara en su mayoría de comentarios y explicaciones y con algunas preguntas se inhibió por entendidos conceptos.
—Yo fui matador de toros desde el 26 de agosto de 1967 cuando tomé la alternativa en Santander de manos de Ruiz Miguel con "El Regio" de testigo y toros de Marqués de Villagodio. Corté tres orejas. Después permanecí en activo hasta 1982. Yo residía en Salamanca desde los diez y seis años cuando me trasladé a la ciudad charra desde mi pueblo natal Viérnoles donde nací en 1944, para ser torero.
Aficionado al toro de lidia, me versé en conocimientos adquiridos en diferentes ganaderías y encastes para asimilar esos conocimientos desde la misma raíz. Me hice veedor de toros y novillos. Pronto comencé mi actividad en esa materia y con los años me fueron encargados cometidos por parte de empresas y toreros. Plazas como Gijón, Madrid, Salamanca, Santander, Burgos, Palencia, Segovia, Vitoria, Avila, Sevilla, Barcelona, Valencia, Alicante, Zaragoza y las francesas de Arlés o Bayona, fueron lugares donde se lidiaban festejos cuyas reses habían sido elegidas por mí. Y por encargo personal me desplazaba a determinadas ganaderías para confirmar la elección que se había realizado previamente para revisar "in situ" el encierro que iba a lidiar algún torero importante como Roberto Domínguez, César Rincón, Ortega Cano, El Juli, Ponce o José Tomás. Cuando he seleccionado un encierro, digamos que en el mes de enero, vuelvo de nuevo a visionarlo un par de meses después para comprobar su evolución morfológica.
Cada encierro elegido va en consonancia con la categoría de la plaza. Visito por ejemplo la ganadería de Victoriano del Río para elegir toros para Burgos, pues esas reses no son en hechuras como puedan ser para Madrid, pero de todas formas procuro seleccionar toros de bonita lámina y con hechuras suficientes para que pases el reconocimiento sin problemas. Sobre la preferencia de encastes por parte de ciertos toreros, puedo afirmar que a Ponce le encanta el encaste Santa Coloma, El Juli rechaza el de Atanasio y todos saben las preferencias de José Tomás por Nuñez del Cuvillo o Victoriano del Río. Yo visito como profesional un gran número de ganaderías, veo unas trescientas corridas para al final embarcar unas 160. Las tres ganaderías fuera de lo de Victorino Martín, éste cobra diez y ocho de las antiguas pesetas, son por concepto económico las de Nuñez del Cuvillo, Victoriano del Río y Juan Pedro Domecq. Mi responsabilidad acaba una vez embarcada la corrida rumbo a su destino.
Respecto a Francia, la plaza más responsable y donde se lidian los toros más cuajados en todo, es la de Arles. Los toros que mejor juego suelen ofrecer, son aquellos que se lidian a principios de temporada, cuando vienen a la plaza mejor dotados, allá por los tres primeros meses del año.
En España somos únicamente cuatro veedores de toros. Considero que el cometido que se nos encomienda es de mucho compromiso puesto que después de ser lidiadas las corridas, surgen comentarios positivos o negativos y eso hay que saberlo asimilar con buen talante. Esta profesión nace por verdadera vocación y amor al toro de lidia.
El coloquio transcurrió por cauces de cierta tensión, puesto que hubo preguntas que no fueron satisfactoriamente respondidas por entendido sentido sobre el condicionante del toro para ciertos toreros. Fidel San Justo eludió respuestas y dijo sencillamente: “Yo cumplo mi cometido de elección de las corridas y ahí acaba mi compromiso. No voy a las plazas después a ver los festejos, me lo cuentan”.
En la cena celebrada en restaurante La Taurina le fue entregado el correspondiente óleo de Lope Tablada, presente que hace la peña al respectivo conferenciante.

eladelantado.com

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